Edición N° 7/8 - abril 1995
(para el hemisferio sur)

DROGAS

Entre altares, control y economía de mercado
2da parte

Por:
Graciela Touzé
*
(Datos sobre el autor)


De los griegos nos llega el término phármakon, que significa remedio o veneno. No uno u otro, sino ambos simultáneamente.
Unas sustancias serán más tóxicas que otras pero ninguna será sólo medicamento o veneno.

Para los griegos la toxicidad no se medía en términos morales sino que se expresaba matemáticamente: la diferencia entre dosis activa y dosis mortífera. El límite entre beneficio y perjuicio no lo establecía la sustancia, sino su uso humano.
Cualquier tratado de farmacología da cuenta de la enorme variedad de psicofármacos naturales y sintéticos disponibles en la actualidad.
Esto no debe hacer olvidar la complejidad del tema desde el punto de vista temporal y espacial.
Salvo las comunidades que viven en zonas árticas, desprovistas de vegetación, no hay un solo grupo humano que no haya hecho uso de alguno de ellos desde tiempos inmemoriales hasta hoy. Esto hace al asunto de las drogas un fenómeno plural en sí; se da en una pluralidad de tiempos, en una variedad de lugares y por medio de diversas sustancias.
Por tanto, el uso de drogas -que siempre es de tal o cual sustancia, de esta u otra manera- constituye un indicador del tipo de sociedad y el tipo de conciencia donde esto acontece.
"Hasta donde alcanzan la memoria y los signos las drogas han ido determinando una amplia variedad de instituciones o respuestas, que son explicables sólo a partir de cada concepción del mundo, y que por su parte ayudan a perfilarla bajo una luz nueva". -6-
Así la alta estima del budismo hacia el cáñamo se explica viendo hasta qué punto sus efectos se relacionan con las técnicas de meditación. Sólo se entiende la difusión del opio en la Roma Antigua considerando el valor atribuido por sus ciudadanos a la eutanasia.
Desde una perspectiva histórica, el·uso de drogas alterna períodos donde se diluye en ritos mistéricos e iniciáticos o en aplicaciones medicinales, con ocasiones en las que ciertas sustancias (nunca las mismas) se asocian a la idea de plaga o epidemia.

Desde el siglo xv a.C. se conocen en la península indostánica diversas preparaciones del cáñamo. "La planta... resulta mencionada en los primeros Vedas, sobre todo en el cuarto o Atharva Veda. Sus preparaciones líquidas son la bebida favorita de Indra, el dios guerrero que representa a los invasores arios. Según las tradiciones védicas el cáñamo brotó cuando cayeron del cielo gotas de ambrosía".
En la América precolombina las muestras más antiguas del consumo de coca datan del siglo III a.C. "Son estatuillas encontradas en las costas de Ecuador y Perú. donde aparece un rostro con las mejillas hinchadas por el 'bocado' o 'cocada'. La casta sacerdotal inca la usó en ceremonias adivinatorias y otros ritos, siendo difícil precisar si con anterioridad a la dominación incaica su uso tenía carácter religioso o profano".

El opio fue empleado por todas las escuelas médicas de la Grecia clásica. "Durante un periodo de cinco siglos... no existe una sola mención a personas esclavlzadas o embrutecidas por su uso... Absolutamente nadie piensa que alguien se degrada o amenaza el orden civil administrándose opio o administrándoselo a otros, si ellos así lo saben y consienten". -7-

Estos ejemplos dan cuenta de la manera apacible en la que transcurrió el uso de drogas durante siglos. Con todo, se registran al menos dos ocasiones previas a la actual cruzada antidroga, en las que tal uso fue definido como plaga que atentaba contra los dioses y el poder político. La primera se remonta al culto báquico en la Roma preclásica y la segunda a los untos y potajes brujeriles desde el siglo XIV al XVII.

En el año 186 a.C. el gobierno romano descubrió que se celebraban bacanales o "misterios orgiásticos" nocturnos en la ciudad. Un extranjero fue sindicado como introductor del culto, al que se sumó, entre otros cargos, el consumo de alcohol.
El Senado inició una serie de acciones caracterizadas por su falta de juridicidad que culminó con la mayoría de los acusados pasados a cuchillo o crucificados. Si bien el vino fue considerado vehículo del mal, lo que se perseguía no era su uso, sino una reunión de personas que cuestionaba a las instituciones vigentes.

La reacción romana a las bacanales constituye el antecedente de las persecusiones religiosas del Bajo Imperio y los posteriores procesos por hechicería. El fenómeno implica tres rasgos -delación recompensada, secreto y tortura- que en adelante han de reiterarse en las campañas de descontaminación contra las pestes morales.

Así planteadas las cosas se hace evidente que la raíz del problema actual se articula con los límites del derecho a la diferencia, es decir con la media de desviación aceptable para cada sociedad en un momento dado.

Prohibicionismo o liberalización
Sucintamente se ha señalado hasta.aquí el papel que juegan en la conformación del "problema droga", concepciones estereotipadas y dogmáticas. Incluir la historia de la ebriedad en la historia general puede ayudar a despejar los conceptos de los mitos.
En este sentido, resulta válido aclarar la relación entre el "problema droga" y el más amplio tema de la libertad real del hombre contemporáneo. Rastrear los orígenes del prohibicionismo puede iluminar algunos aspectos de esta relación.

El prohibicionismo se consolida con la reacción antiliberal del siglo pasado. Si las revoluciones burguesas del siglo XVIII habían intentado establecer un sistema de garantías frente al poder político, en el siglo XIX la reorientación de la acción del Estado hacia el ámbito privado crea las condiciones para el surgimiento del abstencionismo.

Diferentes perspectivas intervienen en tal génesis:
  1. El retorno, especialmente vigoroso en el mundo anglosajón, del elemento religioso tradicional que había sufrido un retroceso tras las revoluciones laicas del siglo XVIII. Esta actitud se traduce en una demonización de los fármacos (el alcohol en primer lugar) considerados plagas impuras que amenazan a la sociedad.

  2. Las tensiones sociales producto del proceso de proletarización e industrialización y la consecuente concentración urbana y ante las que comienzan a aceptarse por un lado, algunas formas de ebriedad como "desviación" ad'mitida en ciertos grupos ,y por otro, a implementarse formas de control orientadas hacia sectores marginados.

  3. La evolución del estamento médico y su asunción de competencias antes reservadas al eclesiástico, que desde una perspectiva autoritario paternal prepara el futuro profesional del médico como celoso guardián del bienestar general.

  4. La expansión administrativa del Estado que empieza a asumir funciones y servicios antes reservados a la sociedad civil y que devendrá un siglo más tarde en el Estado de Bienestar. La asistencia estatal (a los alcohólicos entre otros) legitima así formas de control.

  5. El conflicto chino-inglés respecto del opio que genera nuevos estereotipos y pautas coloniales. Es en la historia de los Estados Unidos donde mejor se observa la consolidación de la postura abstencionista. que cristaliza en 1869 con la creación del partido prohibicionista" -8-

Como observa Thomas Szasz, en la actualidad las distintas orientaciones de las políticas sobre drogas tienen como objetivo el modo particular en que se distribuyen.

De acuerdo con este criterio de disponibilidad podemos categorizar las sustancias en:

  1. Sin límites estatales a las ventas, por ejemplo café, aspirinas.

  2. Con controles estatales que limitan las ventas:
    1. A adultos, por ejemplo el alcohol.
    2. A pacientes a través de recetas médicas, por ejemplo penicilina, diazepóxidos.
    3. A adictos. a través de dispensadores especiales. por ejemplo metadona en los países que la incluyen en sus programas de tratamiento.

  3. Con prohibición estatal de venta a cualquiera, por ejemplo cocaína, marihuana.

Las propuestas de reforma se corresponden con estas categorías dando lugar a tres posturas frente a los controles sobre drogas, con estrategias características para cada una.
  1. Criminalizadoras:
    Amplían los controles limitando las categorías 1. y 2. a.; los usuarios son tanto criminales como pacientes que deben ser castigados y también tratados (coactivamente) .

  2. Legalizadoras:
    transfieren algunas sustancias del tipo 3. a las categorías 2.b. o 2. c.; dejando la fabricación y venta de sustancias hasta ahora prohibidas en manos del monopolio estatal. Consideran a los usuarios de drogas como enfermos que deben ser tratados coactivamente.

  3. Liberalizadoras:
    Preconizan abolir las categorías 2. b., 2. c. y 3. ubicando las sustancias hoy restringidas en el tipo 2. a.; el uso de drogas es considerado elección personal, no un crimen ni una enfermedad.

El debate acerca de prohibicionismo o liberalización excede en mucho la discusión acerca de qué hacer con las sustancias y se inscribe en la pugna entre dos conceptos del hombre y especialmente de su existencia social. Lo que pone en evidencia no es otra cosa que el dilema autocontrol o control ajeno. Las cualidades farmacológicas de las drogas poco han incidido en el pasaje de la sustancia como mediación ritual a la sustancia como mercancía.

Bibliografía

  • Carballeda. A. "La farmacodependencia en América Latina: su abordaje desde la atención primaria de la salud". OPS, OMS. Buenos Aires, 1991.

  • Del Olmo. Rosa. "La socio-política de las drogas". Fac. de Ciencias Económicas y Sociales. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1985.

  • Escohotado. A. Historia general de las drogas. Tomos I. II y III: Alianza editorial. Madrid. 1990.

  • González Zorrilla, Carlos. "Drogas y control social" en Poder y control. N" 2. Barcelona. 1987, págs. 49 a 65.

  • Rossi. D. "SIDA: construcción social y marginalidad", en Primer Programa de Capacitación No Presencial "Modalidades de Intervención en la Prevención y Disminución del Uso Indebido de Drogas". Fundación Convivir. Buenos Aires, 1992.

  • Rossi. D. y Touzé. G. "SIDA: Discriminadón y Control". en Margen. Revista de Trabajo Social. Año I N° 1. Buenos Aires, octubre de 1992.

  • Sontag, S. "El SIDA y sus metáforas. Ed. Muchnik, Barcelona. 1989.

  • Szass, T. Nuestro derecho a las drogas. En defensa de un mercado libre, Ed. Anagrama, Barcelona, 1993.

  • Touzé, G. "Modelos de prevención" en Primer Programa de Capacitación No Presencial "Modalidades de Intervención en la Prevención y Disminución del Uso Indebido de Drogas", Fundación Convivir. Buenos Aires, 1992.

  • "Prevención y alternativas de rescate del sentido de la vida" en La Calidad de Vida de la Persona: Desafio actual del Nuevo Milenio. Santiago de los Caballeros. PUCMM. 1992.

  • Touzé, G y Rossi, D. "SIDA y Drogas: ¿Abstención o reducción del daño?, Documento Técnico. Fondo de Ayuda Toxicológica, Buenos Aires, julio de 1993.

    Notas
    -6- Escohotado, A. Historia General de las Drogas, Tomo I. Alianza editorial, Madnd. 1989, p. 25.

    -7- Los textos antes citados corresponden a Escohotado, A., op. cit., págs. 93. 120y 143.

    -8- Touzé, G. y Rossi, D. "SIDA y Drogas: ¿Abstención o Reducción del daño?". Documento técnico, Fondo de Ayuda Toxicológica, Buenos Aires, julio de 1993, págs. 12 y 13.



* Datos sobre la autora:
* Graciela Touzé
Lic. en Trabajo Social. Docente de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Coordinadora del Programa de Prevención del SIDA del FAT (Fondo de Ayuda Toxicológica). Integrante del CEITS.

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