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Edición N° 26 - invierno 2002

Algunas notas sobre la Salud Mental, los Lazos Sociales y otras Yerbas….

Sobre la Salud Mental…

Por:
Daniela Chirro
*
(Datos sobre la autora)


Muchas de las prácticas actuales se encuentran marcadas por la historia y el desarrollo anterior de la psiquiatría. La reclusión de las personas que "sufren enfermedades mentales" sigue siendo un importante hilo conductor que llega hasta la actualidad. Desde los Griegos hasta hoy, pasando por diferentes matices y modalidades las personas con las llamadas enfermedades mentales han sido siempre tratadas de ser mantenidas fuera de la "corriente principal de la sociedad", que marca y determina qué es bueno y qué es malo, qué es normal y qué no lo es. Siguiendo a Foucault1 "el poder está íntimamente unido al saber. Es el poder de las élites el que produce las certezas, porque en definitiva dice quién tiene razón".

Si uno lee detenidamente, puede encontrar cientos de detalles que vuelven una y otra vez a repetirse en la historia, disfrazados de modernidad y de nuevos avances y descubrimientos. Si bien no se vuelve a afirmar abiertamente como Hipócrates que las enfermedades se producían por un desbalance en los humores esenciales, con gran sorpresa he leído "nuevas investigaciones" que sostienen que "los problemas de conducta antisocial resultantes del abuso en la infancia, sería aparentemente causado por la sobre excitación del sistema límbico, la región de la neurona media primitiva que regula la memoria y la emoción"2

La clasificación de las enfermedades también se originó en Grecia, siguiendo un largo camino en la historia, hasta llegar hoy a la clasificación internacional del llamado DSM IV.

Galeno por su parte mencionó la influencia del clima en las características psicológicas. Hoy, cuando leo la clasificación del DSM IV sobre la depresión o los trastornos bi-polares debido al "patrón estacional" me pregunto si todavía seguimos usando el mismo razonamiento. Todavía me sigo preguntando qué es lo significativo de tener más energía cuando sale el sol y uno puede estar afuera todo el día y no estar con tanta energía cuando durante el día hace 20 grados bajo cero y oscurece a las 4 de la tarde. ¿Es eso un signo de enfermedad mental? ¿Cómo pueden clasificarse en el mismo sistema de códigos la falta de orgasmo, la demencia y los problemas de aprendizaje?

También es importante mencionar la influencia causada por Césare Lombroso a través de su clasificación del delicuente basado en la fisonomía. Ha sido y aún es una gran influencia (negativa) en el avance del entendimiento de la Violencia Familiar y el abuso sexual.

Creo que la valoración en cada sociedad (y en realidad dentro de esa sociedad, en cada uno de nosotros), hace que pensemos "la enfermedad mental" de acuerdo a lo que es aceptable dentro de nuestro marco referencial. La homosexualidad, que para nuestros padres fue un degeneramiento o con "mayor benevolencia" una enfermedad, para nosotros fue o todavía es una elección que "alguna gente" hace. Quizás para nuestros hijos sea una gran incógnita "¿cómo podía ser que en el tiempo de antes una sólo podía casarse con hombres?!"

De a cuerdo a lo sostenido por J. Carballeda 3 "las concepciones actuales acerca de la Salud Mental pueden ubicarse junto con el orígen de la modernidad", es decir bajo la nueva concepción que ubica al hombre como sujeto del conocimiento, reemplazando a Dios como centro. Es así que, en relación a la locura, pasa a ser la figura del médico quien posee la verdad, el saber y por ende el poder. Clasificación en primer lugar y luego transformación de la práctica (intervención) serán los dos elementos claves de esta etapa. Es importante reconocer el valor de la incorporación de lo social dentro del panorama general de la salud mental. Pero este análisis de lo social aparece recortado y restringido al medio inmediato en el que el hombre se desarrolla dejando de lado el análisis estructural de las condiciones que lo crean. Es una forma más de culpabilizar a la persona que padece una problemática y a su entorno inmediato, perdiendo de vista el modelo que genera y perpetúa ésto que supuestamente "trata de corregir" a través del tratamiento.

Es interesante ver cómo esto último sigue vigente en la actualidad porque sigue estando al servicio de los que detentan el poder.


Para analizar algunos puntos sobre la relación de la Salud Mental y Lo Social es necesario remarcar la dificultad de definir el concepto de salud mental, sea por la gran carga valorativa que este tipo de concepto tiene, sea por los diferentes modelos explicativos utilizados, sea por los criterios utilizados para su definición o por la confusión reinante entre la definición de la salud y de la enfermedad como categorías definibles una por la ausencia de la otra4.

La Salud Mental es una construcción social ya que es la sociedad la que marcará qué es salud y qué no lo es. Eso no significa la aceptación pasiva de parámetros impuestos por un orden social que decide qué es y qué no es. No sólo lo que la corriente dominante considera salud y enfermedad. Como dice Foucault en su libro "Los Hilos Sociales del poder", el poder puede ser visto como pequeños vasos capilares distribuídos en toda la sociedad.

Si tomamos el pensamiento de E. Pichón Rivière5 la salud mental puede ser considerada como una adaptación activa a la realidad; relación dialéctica y mutuamente modificante entre el sujeto y el contexto social. Todo lo contrario a una adaptación pasiva de normas y valores estereotipados mantenidos en la sociedad. Salud mental en relación a la posibilidad de aprendizaje, del proceso creador, de la conciencia crítica para el descubrimiento de las propias necesidades así como también de las formas de resolver esas necesidades.

¿Cómo separar la salud mental de esta realidad en la que estamos inmersos? ¿Cómo hacer para que esta realidad no nos paralice y nos haga sentir a su merced ?

La crisis económica recrudecida en la actualidad, la impotencia de una sociedad a la que se le niegan sus derechos de decidir qué hacer con su dinero, con su vida; la resignación de los que están "un poquito mejor" porque todavía tienen trabajo; la falta de credibilidad en un proyecto a nivel país o de un futuro creíble que lleva a la desolación de pensar que ésto no se arregla más. La necesidad de largas jornadas laborales (2 ó 3 trabajos) para poder sobrevivir a la crisis; la falta de tiempo para recreación o tiempo libre, etc.

En medio de la crisis del estado de bienestar, resumida como la desaparición del estado como garante y regulador del amparo de los más desprotegidos, y de la crisis de la cultura del trabajo, entendida como la sensación de incertidumbre y desamparo dada la inestabilidad laboral (flexibilización laboral, desempleo, subempleo, etc), la crisis del sujeto se presentará como un punto de encuentro de estas dos crisis. Las dimensiones económicas y la política de la crisis afectará a los imaginarios sociales creando nuevos significados para legitimar estas nuevas formas de desigualdad creadas. La vulnerabilidad social y la subjetiva dan lugar al proceso de marginación social y también al del padecimiento subjetivo que conllevaría a la enfermedad mental.

La sensación de "vivir al día" y de no poder planear para el futuro (ahorrar plata para que te confisquen los ahorros en el banco!) hace que las estrategias de supervivencia utilizadas por los sectores populares, se hayan extendido al resto de la sociedad guardando distintas modalidades de acuerdo a la realidad que la atraviesa.

La falta de sensación de futuro, de posibilidad de pensar en un proyecto desemboca en nuevas problemáticas relacionadas con la salud mental: stress, adicción, falta de deseo, bulimia, anorexia.

En este contexto social la salud mental necesita imperiosamente no ser pensada en forma aislada como algo disociado de esta realidad sino como una construcción dentro de esta misma realidad que la condiciona y la define. La posibilidad de crear nuevas formas de respuesta a estas situaciones se convierte en el desafío de quienes (vaya a saber por qué) elegimos esta profesión. Quizás el ponernos en contacto con ese "por qué" nos ayude a cuestionarnos realmente acerca de nuestra práctica cotidiana.


Sobre los Lazos Sociales….

Desde hace ya muchos años se ha venido dando un proceso de fragmentación social en nuestro país. Desde la dictadura militar se llevo a cabo una política de desvastación de la sociedad terminando con los derechos gremiales obtenidos anteriormente por los trabajadores, destruyendo el aparato productivo, la educación y las expresiones culturales. Todas las formas organizativas sociales pre-existentes fueron desvastadas, toda participación social, desarticulada. Esta política apuntaba a la alienación del individuo (y aun sigue haciéndolo, ya que esta política sigue conviviendo entre nosotros, quizás disfrazada de otra cosa pero con los mismos propósitos).

Esta destrucción y alienación del individuo se constituye así como lo opuesto al objetivo sustentado por la Salud Mental.

En un momento donde cuestionar, reflexionar y oponerse generando conflicto está prohibido, la capacidad del ser humano para desarrollar una vida más creativa y libre se vió/ve cercenada. La vida cotidiana de la gente se vió/ve inundada de silencio, individualidad, miedo. Luego con la democracia se fue recuperando la idea de que volvía la posibilidad de tomar decisiones. Esta ilusión duró poco tiempo, dado que la realidad muestra que la vulnerabilidad, el manejo, la coersión, y el abuso hacia la gente siguen vigentes. Con otras formas, sí, pero siguen. La hiperinflación, la reforma del Estado, la flexibilización laboral, la globalización, son procesos económico-sociales que van dejando una gran huella/herida en la población. La marginación social ya existente se vió agravada con todas estas medidas de capitalismo a ultranza. La falta de seguridad laboral al igual que la falta de trabajo han abierto la puerta a nuevas consultas en el campo de la salud mental. El stress, la sensación de no servir, la des-esperanza/des-esperación, hace que la calidad de la vida cotidiana de la población haya ido en detrimento.

Los lazos sociales han quedado desdibujados. Pero ante lo que hasta ayer se consideraba "inacción", "falta de acción" de la gente, de nosotros, algunos autores6 plantean que en realidad habría que repensar las categorías políticas de análisis con las que hemos estado acostumbrados a interpretar estas acciones, esta resistencia.

Los piqueteros, las marchas de las Madres, de los jubilados, la carpa docente…ahora, los cacerolazos y las asambleas, el trueque.

Pero quizás estas nuevas formas de expresión social puedan llegar a ser una forma de pensar en la construcción de nuevos lazos sociales. ¿Quién hubiera pensado algunos años antes que los piqueteros iban a ser aplaudidos en Plaza de Mayo por las asambleas barriales? (haciendo un ejercicio mental ya que las asambleas no existían).


La actualidad social y política nos encuentra en una situación diferente que en la época del proceso. Pero aún muchos resabios quedan. Impunidad. Abuso desde el gobierno de las libertades individuales. Represión ante un pueblo que se revela y expresa su indignación ante el abuso de poder, ineptitud y corrupción.

Quizás todo sea muy incipiente como para pensar movimientos más duraderos. Pero la esperanza está encendida. Nuestra sociedad necesita recrear lazos sociales, nuevas respuestas a nuevas situaciones, a nuevas realidades.

"Lo que lleva al Hombre a relacionarse con el mundo externo es la necesidad"7; y hoy el pueblo tiene una necesidad imperiosa de empezar a ser respetado.

Los que trabajamos en el campo de la Salud Mental tenemos esta nueva oportunidad de tomar una posición ética de acompañar este proceso. No podemos mirar para otro lado. Acompañemos este proceso creativo y liberador con nuestra propia creatividad. Con nuestra propia liberación.

Y otras Yerbas… (acerca de la intervención desde el Trabajo Social y el Trabajo Interdisciplinario)

Pensando en las posibilidades y las perspectivas en Salud Mental, varias ideas vienen a mi mente en forma desordenada aunque trataré de presentarlas de la mejor manera posible. No creo que la contradicción se vaya a quedar afuera.

La primera idea es mantener como dos líneas de lucha complementarias, la de la práctica cotidiana y la de la lucha más estructural. ¿Qué podemos hacer en la intervención nuestra de cada día que nutra una postura de cambio, a la vez que cambios más de fondo ayuden a nutrir nuestra práctica cotidiana? El cuestionamiento constante de nuestra propia intervención aparece en escena en el primer plano. ¿Cómo re-pensar nuestra práctica, cómo mantener esa visión autocrítica, cómo generar espacios de re-flexión/contención que nos permitan sentir no sólo que lo que hacemos vale la pena sino también que podemos enriquecernos con cada experiencia. Los Trabajadores Sociales hacemos una gran crítica de otras profesiones, de la sociedad, de la política, etc, etc, pero deberíamos poder hacer una autocrítica más seguida de nuestra siempre cambiante profesión. Nosotros como parte de esta realidad también somos parte de esta desorientación. No dejemos que esta desorientación nos lleve a prácticas del pasado.

Si además de una época de excepticismo también estamos pasando por una época de cuestionamientos de las formas de "ser", familia, mujer, loco, país subordinado… ¿por qué no usar esos momentos de ruptura de lo socialmente aceptado para que no sólo se modifique lo concerniente a las necesidades del sistema, sino que podamos ir incorporando las necesidades nuestras, de la población? Puede que suene muy naïve, pero aun creo en un cambio posible….

El abordaje social en los hospitales de día abre en mí muchos interrogantes acerca de cuánto se puede llevar a cabo en la práctica cotidiana y cuánto se queda en buenas intenciones.

Cuán importante es tener políticas que soporten estos cambios y no sólo los cambios aislados. La interconexión entre las instituciones que superponen su actividad, como por ejemplo la judicial y la de salud mental, que puedan realmente trabajar cooperativamente y no burocráticamente generando una piedra más en el ya complicado camino en la búsqueda de soluciones.

"En este campo, el Trabajo Social aparece como el vector correlacionante entre el adentro-afuera institucional. Se integra en el equipo de trabajo para construir con el resto de las disciplinas el proceso dialéctico sano-enfermo que permita brindar un espacio terapéutico a la problemática de la Salud Mental. En este sentido no es una ciencia en sí, se define por su práctica y a partir de ahí se remonta teóricamente. Así el Trabajo Social construye su objeto de intervención, es decir, no lo extrae mecánicamente de la realidad, lo hace en base a sucesivas aproximaciones a ella que le permitan ir gradualmente precisándolo, delimitándolo, particularizándolo"8.

Después de 10 años de práctica profesional y habiendo sido éste tema de sistematización de mi práctica pre-profesional, me resulta muy interesante sentarme a re-pensar la Interdisciplina. Recuerdo que durante las prácticas no hacíamos más que criticar la falta de colaboración con los profesionales (poniendo mucho más énfasis en la culpabilización de los médicos que en nuestras intervenciones). Pero no voy a olvidar nuestras caras cuando estabamos sistematizando los casos en los que había habido trabajo conjunto con otras disciplinas y los comparamos con los que habíamos intervenido sólo desde el trabajo social. No sólo la cantidad era mayoritaria de los de intervención interdisciplinaria sino que los resultados de dicha intervención habían sido cualitativamente más positiva. Toda nuestra idea pre-concebida de lo que estabamos por analizar dio un vuelco bastante importante.

Después de 10 años de defender el trabajo interdisciplinario como una forma sumamente más eficiente y eficáz en los resultados, todavía sigo sintiendo cuán difícil a veces se torna esta defensa en ciertos ambientes y más aún contando con una formación profesional tan compartimentarizada.

Uno de los puntos que me ha intrigado en los distintos Equipos de los que he formado parte, es la dificultad de confrontar distintas posiciones. Y siempre lo he tomado como una increíble paradoja. Nosotros, que nos dedicamos a tratar de que la gente pueda enfrentar sus problemas, tenemos dificultades para hacerlo como equipo. Muchas veces me pregunto si los equipos de trabajo no recrean de alguna forma las situaciones con las que trabajan de acuerdo a los distintos campos…

También recuerdo buenas experiencias, pero el miedo a confrontar, a discutir no nos permite incorporar nuevas ideas o perspectivas. Y cuanto más tiempo pasa sin "practicar este ejercicio" uno se va acostumbrando más a que nadie le cuestione nada…

Mencioné al principio que mis ideas no sólo serían desordenadas, sino también probablemente contradictorias. Y así creo que lo fueron; posibilidades y horizontes en la intervención en salud mental. Tanto por hacer, tanto por crecer a la vez que el horizonte corre delante nuestro (¿o será que nosotros estamos corriendo en la dirección equivocada?)


1 Citado por A. Carballeda en "La Modernidad y las prácticas sociales". Esquema de Trabajo . ESTS Cátedra de Trabajo Social I - Universidad Nacional de la Plata.


2 Scars that won't heal: The Neurobiology of Child Abuse. By Martin H. Teicher, Scientific American, March 2002. Pagina 68 a 75. Nota extraída de la pagina 71.


3 Alfredo Juan Manuel Carballeda en "Iluminismo; Razon y locura" artículo parte de trabajos preliminares desarrollados desde la Cátedra de Trabajo Social I.


4 DICCIONARIO CRÍTICO DE CIENCIAS SOCIALES SALUD MENTAL, José Luis Alvaro
Universidad Complutense de Madrid.


5 Enfoques y perspectivas en psicología social. Ana P. de Quiroga. Desarrollo a partir del pensamiento de E. Pichón Rivière. Ediciones Cinco.


6 ver Ana Fernández, Jornadas de Verano - Marzo del 2000 Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. La locura en Argentina. Tercera clase: jueves 23 de marzo del 2000


7 Idem 5

8 Noemí Benchimol, Mónica Guarino y Juana Naguirner: " Abordaje social en hospital de día"



* Datos sobre la autora:
* Daniela CHirro
Licenciada en Trabajo Social en la UBA; Postgrado en Psicología Social y Coordinación de Grupos. Especialista en Violencia Familiar. Actualmente se encuentra trabajando en USA con inmigrantes de la Comunidad Latina.

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