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Edición N° 35 - primavera 2004

Una propuesta metodológica para analizar las políticas culturales públicas municipales

Por:
Germán Bianco Dubini.
* (Datos sobre el autor)


I- ¿Cómo surge el interés por formular esta propuesta?

En la Argentina de los últimos 15 años las políticas y prácticas han intentado consolidar el status de consumidor como nueva carta de ciudadanía - y por ende consumidor de “productos culturales” - (Canclini:1995, 22-23), lo que produjo una acentuación de los procesos de exclusión social, fragmentación, empobrecimiento extremo, super-polarización de la riqueza, corrupción en los ámbitos públicos y privados, crisis de representación político partidaria, desilusión por democracias con dificultades para resolver problemas sociales, vulneración de derechos, crisis de identidades sociales, etc., que contribuyeron a precarizar materialmente ámbitos complementarios de la vida cotidiana y poner en crisis las representaciones que se tenía de ellos.1

Desde 1990 me desenvuelvo como profesor en un instituto municipal de música danzas y teatro de un municipio del conurbano norte de la provincia de Buenos Aires. A partir de 1995 – año en que comienzo a formarme como trabajador social – comienzo a observar y vivenciar no solo su deterioro material (no funcionalidad edilicia, escasos recursos técnicos y tecnológicos, falta de material didáctico pedagógico, etc.) sino también profundas dificultades en la dirección del mismo que vienen incidiendo negativamente en las iniciativas y motivaciones del plantel docente.

Cuando razones de "descentralización" implicaron el traslado del espacio de mis clases hacia otro ámbito municipal, tuve la posibilidad de corroborar algunas de las observaciones previas e identificar otras. Por ejemplo que entre el plantel de talleristas existe: un desconocimiento interpersonal y de las actividades entre aquellos que no comparten el mismo espacio institucional, fragmentación de prácticas, escasa planificación conjunta, dificultades para extender el trabajo producido hacia otros ámbitos dentro y fuera del municipio y, escasa autonomía para tomar decisiones en mejora de la calidad del trabajo.

La sistematización de estas y otras observaciones me llevaron a reflexionar acerca los efectos que – por acción u omisión – producen en lo social-comunitario las políticas culturales. Lo cual implicó interrogarme acerca de: ¿por qué no se jerarquizaba un área que podría permitir la creación, el desarrollo simbólico y espiritual y la participación de la comunidad para generar una vida con mayor calidad y, al mismo tiempo, contribuir a generar satisfacción en los agentes que se desenvuelven prioritariamente en estos ámbitos formándose continuamente, compartiendo experiencias, etc.?; ¿no se percibe que invertir en estas áreas puede funcionar al mismo tiempo como prevención de las situaciones derivadas de un modelo socio económico cultural hegemónico y excluyente? - ¿cuáles serían las representaciones que funcionarios, directivos, docentes, alumnos, padres, vecinos y público en general tendrían acerca de las áreas de cultura y educación?.

Lo cual derivó en un primer planteamiento del problema a investigar: ¿qué criterios conceptuales, metodológicos y de actuación debe incluir la política cultural del municipio para guiar el diseño y aplicación de proyectos que satisfagan las necesidades culturales de sus habitantes para vivir una vida con calidad?

Pero para responder esta pregunta aparece como necesario una primera etapa que implica conocer el trayecto que ha venido recorriendo la política cultural del municipio y sus agentes involucrados pues “toda política cultural parte de una noción de cultura (...), esta está explícitamente definida y expresada o simplemente asumida como obvia en los textos de diseño de las políticas o en los discursos de quienes movilizan el sentido de lo simbólico para fines políticos (...) pero el acto de nombrar no es lo mismo que el acto de reconocer y las políticas culturales se construyen tanto desde los discursos que las nombran como desde las prácticas que le dan forma y desde las cuales se constituye su experiencia de sentido” (Ochoa:128 y 130)

En conclusión, la profunda crisis que imprimió el modelo socio económico mencionado al inicio, explicaría solo en parte la paulatina precarización de los ámbitos dependientes de cultura y educación, pues las políticas culturales deben leerse desde “declaraciones y prácticas explícitas así como en ausencias y agendas ocultas” (Nivón:153). Por lo que se impone indagar también en las condiciones internas que definen la o las lógicas - complementarias u opuestas – que guían la política y la gestión cultural desde los distintos ámbitos institucionales responsables del área de cultura. Estudiar las políticas culturales del municipio implica “abordar la institución antropológicamente, es decir, como un espacio social y cultual cuyas formas organizativas, ideológicas., de trabajo, etc., deben ser estudiadas desde la cotidianeidad de sus prácticas” (Ochoa:128).

II - Presentación

Sin perder de vista que estas 2das jornadas tienen como eje central la relación entre investigación y antropología social y, con el fin de hacer inteligible este trabajo y delimitar el estado actual-real de la investigación, creo imprescindible realizar una breve descripción del proceso que originó el proyecto Orígenes e Influencias en Nuestra América en el área de cultura y educación de un municipio del conurbano norte de la provincia de Buenos Aires.

Consciente de estar exponiendo en un ámbito en el cual no tengo historia y que quizás muchas de las cuestiones que plantearé desde la antropología no representen una novedad, creo que el aporte central estará en compartir una experiencia que aborda el trabajo social desde una perspectiva cultural. Mencionar trabajo social, significa declarar explícitamente la intención de desarrollar una propuesta que no solo aporte conocimiento al campo académico o que satisfaga ambiciones personales por un título oficial, sino que a partir de un trabajo de campo sustentado en una inserción fundada en el área, sea parte de una acción reflexivo transformadora, generando un conocimiento práctico del que podamos apropiarnos (sobre todo aquellos que formamos directa del proyecto) para operar en el campo en el que una diversidad de agentes sociales nos desenvolvemos cotidianamente.

Cursar la maestría en Desarrollo Cultural Comunitario en la Universidad de Oriente (Sgo. de Cuba) supuso comenzar por dos cuestiones: 1) construir una conceptualización de cultura directriz del trabajo a realizar y, 2) plantear el problema sobre el cual se va a trabajar.

Para la primer cuestión retomé la reflexión de Clifford Geertz (1987:20): es porque existen múltiples definiciones de cultura, hay que optar por una. Por eso a partir de la lectura y análisis de diversos autores elaboré una concepción antropológica de la cultura que la percibe como regularidad de tipo universal. De esta manera la cultura se nos presenta como un proceso permanente por el cual los seres humanos viven y participan activamente la construcción de su representación de la vida como totalidad, a partir de una relación dialéctica y/o contradictoria entablada con su entorno ambiental (natural y construido); consigo mismo, sus semejantes y la otredad y; con su herencia social expresada tanto en la historia como en las creencias, mitos e ideologías, la cual se revela en el presente como apelación del pasado y proyectándose al futuro.
La cultura se hace concreta en el plano de la cotidianeidad abarcando todos los ámbitos de la vida a partir de la creación, producción y apropiación de objetos espirituales (sentimientos, valores, contemplación, lúdico-recreativos), intelectuales (pensamiento reflexivo, experiencias de saberes, construcción de nuevos conocimientos), simbólicos (creencias, mitos, códigos lingüísticos, emblemas, formas de expresión artísticas), materiales (artesanías, tecnología, medios de intercambio económicas) e institucionales (normas, reglas, conductas, procesos de socialización educativos, familiares, salud, laborales, etc.) que le otorgan pertenencia e identidad, la distinguen como sociedad y los diferencian de otras.

Desde esta perspectiva todo hombre es poseedor de cultura y, si bien esta define rasgos distintivos, particulares y perdurables, no es un proceso homogéneo, estático, puro, predecible y lineal, sino en permanente construcción debido a las influencias y disputas derivadas de intercambios transculturales e infraculturales 2.
La cultura de un pueblo tenderá a ser instituyente en la medida que sus miembros participen en todos los niveles del proceso de creación, intercambio y aprendizaje.

Para la segunda cuestión realicé un análisis situado, histórico y reflexivo, acerca de las experiencias personales y profesionales que he tenido a lo largo de 14 años como docente del área artística de cultura y educación del municipio. El resultado de esta reflexión derivó en el siguiente problema a abordar: ¿permiten los criterios conceptuales, metodológicos y prácticas desarrolladas por la políticas cultural del municipio procesos crecientes de autonomía, teniendo en cuenta que del espacio cultural municipal participan agentes sociales con diferentes capitales y que ocupan diferentes posiciones para incidir en su diseño y aplicación?
La respuesta está claro que devendrá del posicionamiento teórico y metodológico asumido y de los análisis e interpretaciones de los discursos y prácticas de los diferentes agentes sociales involucrados.

Sabemos que las políticas culturales no pueden – ni tienen por qué - abarcar la complejidad de los procesos socio culturales. Su objetivo es lograr intervenciones fundadas, racionales y estratégicas, que en nuestro caso, pueden ser desarrolladas articulando el trabajo de agentes interesados (municipales, comunidades organizadas e individuos), para marcar el rumbo, compensar carencias y/o reforzar potencialidades de las propuestas culturales vigentes.
Así, como expresa García Canclini (1987:26), pueden contribuir a satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o transformación social. Intencionadamente significa aquí que las bases que sentaría el proyecto deberían estar orientadas hacia políticas culturales incluyentes como son las de Democracia Participativa (García Canclini:1985, 50-51): "coexistencia de múltiples culturas en una misma sociedad, propicia su desarrollo autónomo y relaciones igualitarias de participación de cada individuo en cada cultura y de cada cultura respecto de las demás ... la política cultural no debe dedicarse a difundir solo la – cultura - hegemónica sino a promover el desarrollo de todas las que sean representativas de los grupos que componen una sociedad.
No se limita a acciones puntuales, sino que se ocupa de la acción cultural con un sentido continuo (a través de toda la vida en todos los espacios sociales) y no reduce la cultura a lo discursivo o lo estético, pues busca estimular la acción colectiva a través de una participación organizada, autogestionaria, reuniendo las iniciativas más diversas (de todos los grupos, en lo político, en lo social, lo recreativo, etc.), además de transmitir conocimientos y desarrollar la sensibilidad, procura mejorar las condiciones sociales para desenvolver la creatividad colectiva. Se intenta que los propios sujetos produzcan el arte y la cultura necesarios para resolver sus problemas y afirmar o renovar su identidad”

La participación real supone considerar al ser humano como agente reflexivo, es decir, capaz de darle sentido e interpretación a cada una de sus prácticas. La complejidad del carácter explicativo estará en función de sus posibilidades discursivas (Giddens:1995, 41) y los niveles de reflexividad, dependerán de los capitales adquiridos (social, cultural, económico y simbólico) y de la posición en el campo social. Los agentes que aparecerían como sobre determinados por la estructura, tienen a través de la lucha, posibilidades condicionadas de reposicionarse en el campo específico estableciendo alianzas estratégicas con otros agentes que permitan manipular sus capitales y generar cambios o nuevos conjuntos de reglas (Bourdieu:1995, 63-75).

Frente a posturas que construyen un ser humano como sujeto pasivo que espera paternalmente los análisis, interpretaciones y soluciones que otros le puedan plantear a sus problemas, proponemos agentes sociales interesados. Estos pueden ejercer un poder real sobre la política y gestión institucional para transformar aspectos vinculados a la dimensión cultural del municipio, siendo parte del proceso de toma de decisiones, de la elaboración de objetivos y estrategias de acción y asumiendo protagonismo en la implementación y evaluación del proyecto (Sirvent:1998, 129-130).

III - La Propuesta: Los Encuentros como Fiesta y Método Estratégico.

Para promover la participación de estos potenciales agentes interesados, se plantea un método estratégico de trabajo al que denominé genéricamente “Convencer desde el Hacer”.

Tres lineamientos direccionan su proceso: 1) la organización de encuentros conjuntos entre diferentes áreas artístico culturales en las que se manifiesten y distingan críticamente rasgos y características correspondientes a elementos identitarios tanto de los pueblos originarios como de los heredaros hasta nuestros tiempos, con el fin de recuperar aspectos de la memoria histórica y el patrimonio cultural de nuestros pueblos que den cuenta de las distintas maneras de expresar su acervo cultural; 2) que a lo largo del proceso de trabajo se vayan identificando participantes que se transformen en miembros de un grupo gestor 3 capaz de elaborar propuestas culturales que apunten a satisfacer necesidades culturales de los habitantes del municipio, y sean consideradas en la formulación e implementación de la política cultural pública que el municipio lleva adelante y; 3) ir estableciendo las posibilidades de generación de procesos crecientes de autonomía considerando las condicionamientos sociales y culturales que se nos presentan.

Estos lineamientos suponen la participación de agentes sociales dispuestos a realizar un proceso reflexivo y permanente de investigación-acción en el que el análisis crítico de la memoria histórica, la visibilización de lógicas diferentes de concebir el mundo y la potenciación de saberes adquiridos, generen alternativas viables para el ámbito cultural presente y futuro.

En junio de 2003 se eleva la propuesta a la Subsecretaría de Cultura y Educación del municipio 4, y se logra el primer paso: el aval del subsecretario. Esto quiere decir que el proyecto es apoyado pero aún sin formalizarlo institucionalmente. En términos económicos significa que no tiene un presupuesto asignado sino el apoyo en recursos o en la gestión de los mismos (material didáctico, viáticos, comunicaciones, prensa)

Se comienza a desarrollar la primera etapa a la que denominamos Articulación de áreas de trabajo para lo cual: a) se realizó un relevamiento de los recursos institucionales existentes: cursos y talleres que se ofrecen a la comunidad y espacios de realización; espacios posibles tanto para la organización como para la presentación de los encuentros; medios existentes para difusión; b) se establecieron redes posibles de trabajo a través de acuerdos con directivos, docentes y alumnos interesados; c) se planificaron prácticas conjuntas intergeneracionales entre diferentes áreas artísticas que distinguieran los rasgos identitarios autóctonos y los de otras culturas; d) se presentó la producción a todo el público a través de encuentros integrados en diferentes espacios públicos; e) se realiza una permanente sistematización de la práctica que permitió elaborar periódicos informes de actuación a la Subsecretaría dando cuenta de la marcha del proyecto;

Hasta el momento se realizaron 7 encuentros: 6 en el ámbito del municipio y otro fuera participando en el “Día del Arte Solidario” (organizado por Artes Escénicas en el marco de las 2das jornadas de Cultura y Desarrollo). En ellos participaron alternativamente, docentes y talleristas de instituto de artes, escuela de cine y de los centros culturales y más de 200 alumnos de talleres, cursos y escuelas públicas. Alrededor de 650 fueron las personas que asistieron a los encuentros.

Se encuentran planificados nuevos encuentros y proyectos conjuntos: 1) junto con la escuela de cine (proyección de la película musicalizada por el proyecto tanto en salas del municipio como fuera de él, participación en festivales de video, exposición en escuelas de música, y desarrollo de diferentes estéticas musicales para que los alumnos las utilicen como recurso didáctico pedagógico); 2) la terminación del propio video del proyecto para que esté a disposición de todos los interesados y, 3) continuar participando de jornadas y congresos acordes con la temática.

El intercambio permitió difundir el proyecto; captar el interés y generar el compromiso de algunos directivos, docentes, y alumnos ; revelar en algunos la inquietud por brindar aportes a las propuestas culturales actuales; fortalecer vínculos intergeneracionales; y comenzar a internalizarlo a partir de las prácticas y planificaciones conjuntas; redefiniendo las propuestas originales.

Al interior del proyecto la realización de los encuentros permitió entre otros aspectos: compartir con la comunidad diferentes propuestas culturales socio-educativas conjuntas que propusieron instancias didáctico-pedagógicas para incluir al público; visibilizar los dineros que en impuestos son destinados a las áreas de cultura y educación; optimizar recursos reduciendo costos al compartir materiales, tecnología, conocimientos y tareas ya producidas; interesar a potenciales participantes a sumarse al proyecto; sistematizar el trabajo realizado a manera de memoria y como instrumento pertinente para identificar y analizar aciertos, equivocaciones, hechos novedosos, conflictos, situaciones inesperadas, contrapropuestas, impactos reales, etc., que permiten realizar ajustes en pos de mejorar y optimizar el alcance del proyecto; Generar procesos de autonomía planteando soluciones no mercantilistas a los problemas: potenciando saberes previos reconocidos o no oficialmente (locución, diseño gráfico, filmación, fotografía, multimedia, etc.); intercambiando material bibliográfico, instrumentos y tecnología; asumiendo responsabilidades en la realización de ensayos fuera de los espacios municipales; utilizando y cuidando el espacio de práctica en instalaciones municipales para alumnos sin instrumento; fomentando la participación de familiares (medios de transporte para alumnos y tecnología); Divulgarlo estratégicamente: en diferentes medios especializados locales y electrónicos y asistiendo a jornadas acordes con la temática.

Las mayores dificultades aparecieron en la comunicación, por lo que es central mejorarla en función de conocer y alentar el grado de compromiso; fortalecer el seguimiento de actividades, la delegación de responsabilidades y el vínculo entre docentes participantes; favorecer funciones protagónicas.

Es justamente desde el hacer reflexivo y respetando los tiempos de cada grupo, que aquello que parece difícil de lograr se va concretando a partir de la evaluación de lo producido y la generación de nuevas ideas. Es en este escenario en el que propuestas, motivaciones particulares y condicionamientos objetivos definen formas de participación no homogéneas que permiten identificar y auto-identificarse posibles miembros del grupo gestor.


IV – La posición del investigador
Con el primer paso en marcha surgió un dilema a dilucidar: la posición del investigador.

En primera instancia se encuentra el hecho de formar parte de la misma sociedad que el resto de la población que, en mayor o menor medida, está vinculada con el proyecto. Este obstáculo podría - en teoría - ser rápidamente resuelto poniendo en práctica una postura de “extrañamiento”, método desarrollado por los antropólogos para el estudio de sociedades complejas de las que en general forman parte pero que como señala Gustavo Lins Ribeiro (1986:66) al insertarse en realidades sociales de las cuales no participa en lo cotidiano, desconoce (y este conocimiento es parte central del extrañamiento) inmediatamente la conciencia práctica, importante para la definición de los parámetros del flujo de la vida social de los agentes sociales que estudia”.

Pero aquí se suma otro problema, como coordinador del proyecto soy parte interesada en los resultados del mismo: la respuesta la encontré en el posicionamiento como trabajador social, profesión en la que el proceso de investigación es parte de una práctica de intervención fundada.

Sintéticamente podemos decir que es una profesión que históricamente viene redefiniendo su especificidad académica y que, fracasos y autocrítica mediante, trabajo social podría definirse como una profesión que a través de su inserción en diferentes ámbitos institucionales públicos y no gubernamentales (salud, justicia, educación, desarrollo social, cultura, hábitat, medio ambiente, etc.) con incidencia en múltiples áreas y problemáticas que afectan a diferentes poblaciones (desde la niñez hasta pueblos originarios) busca promover y generar procesos de transformación de aquellas situaciones que individuos, grupos y/o poblaciones viven como adversas potenciando recursos existentes en las comunidades que permitan vivir una vida con mayor calidad.

De todas maneras era necesario llevar adelante un control epistemológico permanente a través del análisis de la propia implicación 5 o develar las prenociones como las llamara Bourdieu (2001) que se nos filtran. Este ejercicio es central para comprender el por qué de los diferentes sentimientos vivenciados, qué nos va ocurriendo a medida que desarrollamos el trabajo, con los temas abordados, con las personas que nos vinculamos, las preguntas realizadas y no realizadas, la manera de preguntar, lo que damos por sentado, el por qué de la elección de un tema, etc. Está claro que la experiencia es fundamental pero esta no exime de errores ya que no se tiene a mano permanentemente el marco teórico sistematizado como para preguntar u observar con claridad. En definitiva la realidad marca que ningún investigador es ni puede ser neutro en el campo y menos aún cuando se es parte interesada. 6

Además como expresa Rosana Guber (2004:171,172) a propósito de la observación participante y sobre todo cuando uno comienza el trabajo “su inflexibilidad revela la imposibilidad que tiene el investigador de definir de antemano y unilateralmente qué tipo de actividades es necesario observar y registrar, (... ) y a través de qué tipo de actividades se puede obtener información...”.

Un último punto era resolver el tipo de observación que estaría llevando a cabo, a primera vista podemos decir que se convierte en participante (por ser parte de las actividades, estar en reuniones, etc) pero en realidad la excede pues cada dato significativo sería útil tanto para la investigación como para confrontar los objetivos del proyecto y direccionarlo estratégicamente en función de límites, posibilidades, obstáculos y facilitadores. Por eso la denomino observación interviniente.

Un dato no menor es que, al ser aún una investigación no rentada, la primera etapa de recolección de información y obtención de datos estuvo supeditada a los momentos en los cuales se llevan a cabo tareas vinculadas con el proyecto. De todas maneras el hecho de coordinarlo me permitió acceder a diferentes espacios a partir de los cuales elaborar registros de las actividades del proyecto y de las reuniones, encuentros, entrevistas informales, charlas telefónicas, dichos y escuchas en espacios diferentes y de diferentes agentes participantes del espacio cultural del municipio.


V – Las primeras observaciones

Hechas las aclaraciones del caso, mencionaré en esta oportunidad algunos registros centrados en el período junio 2003 – junio 2004. Estos poseen datos de fuentes primarias y secundarias. La elección del período tiene como criterios: el momento en que la estructura institucional termina por definirse y el caudal y tipo de información acumulado en este tiempo. De todas maneras agrego algunos datos actuales que son significativos, pues en algunos casos parecen reafirmar y en otros contraponerse a lineamientos de la anterior gestión.

Realizaré una descripción que en términos de Geertz (1987) podríamos llamar “superficial” como paso previo a la “densa”. Se vincularán una multiplicidad de temas y relaciones intersubjetivas que adquieren significado en el hoy considerando que los argumentos recogidos, como también señala el antropólogo, no necesariamente presentan coherencia y advierte que poner el esfuerzo en esta empresa deriva en la construcción de descripciones más parecidas a relatos literarios.

Primer registro: durante un período el instituto de arte compartía las instalaciones con la dirección general de cultura y educación aunque las actividades se realizaban en contraturnos. Desde el instituto se habían comenzado a gestionar pedidos de refacciones y ampliaciones debido al incremento de alumnos ocasionada por la apertura del área de música popular y danzas contemporáneas y modernas. Incremento que solucionaba un problema histórico: alta deserción y baja inscripción de alumnos en las propuestas de “cultura clásica” que brindaba la institución y que ponían en jaque la continuidad del mismo. La directora del instituto nos manifestaba por esos tiempos “me dijeron que al edificio no puede hacérsele nada, y que en realidad hay que tirarlo abajo y hacerlo todo de nuevo porque está mal hecho.

Luego de un tiempo se instalaron divisores de vidrio y aluminio en algunas aulas con el fin de utilizar parte de esos espacios como oficinas de la Dirección General de Cultura y Educación. Esto se habría realizado sin comunicarlo a las autoridades del instituto: “a mí no me avisó nadie” dijo la directora del instituto y, significó reducir espacios utilizados para dar clases. En una reunión con la directora general de cultura y educación esta manifestó “vamos a hacer todo lo posible para averiguar qué ocurrió y que no vuelva a pasar”. Lo llamativo era que esas oficinas eran directamente para su dependencia.

Con el tiempo se propuso mudar el instituto a otra sede ubicada a 300 metros, que ya había sido sede del instituto años atrás. De dimensiones más amplias, esta construcción de tipo colonial quedó prescindible cuando una brigada de la policía departamental la dejó de utilizar. Desde el discurso oficial se mencionaba que esta nueva sede permitiría “lograr la independencia del instituto al tener su propio edificio y realizar las actividades de una manera más cómoda”.

Al cabo de unos meses ocurrieron dos hechos significativos: el edificio de la sede anterior fue refaccionado totalmente y la nueva sede tuvo que cerrarse momentáneamente por la inundación del subsuelo con aguas cloacales y por problemas con las instalaciones eléctricas que ponían en peligro las vidas de todos los asistentes. Desde la dirección general se planteó el cierre momentáneo del instituto ya que según las autoridades “tomaría un máximo de 3 meses arreglarlo”. Ante esta situación y con el ciclo lectivo en marcha se propuso desarrollar las clases en espacios municipales alternativos y así se hizo. Durante este período en condiciones de fragmentación de actividades se dispuso personal para evaluar la cantidad de alumnos en los distintos cursos. Cabe destacar que era época de invierno y muchos de los lugares utilizados no tenían calefacción lo que provocó que algunos padres no enviaran a las clases a sus hijos por temor a que se enfermaran.

El retorno al edificio se produjo a los 6 meses, en los primeros 3 meses se había pintado la fachada del edificio pero no se había arreglado nada de lo que había provocado su cierre momentáneo. Otro dato significativo que se averiguaría luego del retorno al edifico era que una reglamentación establecía que pasado los 3 meses de inactividad, el personal podría ser transferido a otras dependencias. Entre los docentes, comenzaron a correr rumores acerca de la intención de cerrarlo, sobre todo cuando producto de la evaluación de cursos, se realizó un programa de quita de horas a algunos docentes que no cumplían con el mínimo de alumnos para las horas asignadas. Una gran cantidad de docentes afectados comentó que “la decisión del recorte “vino de arriba” (de la dirección general) pero ella (por la directora del instituto) fue quién eligió a quien sacarle horas”. Hasta ocurrió un caso curioso, una profesora acompañante de piano en danzas falleció y fue sustituida por un equipo de audio “así nos ahorramos 20 horas cátedra que no hubo que sacárselas a otros docentes” comentaba la directora. Estas situaciones produjeron la reacción de algunos docentes que acusaron a la directora de no defender a su plantel y las necesidades del área artística y “asegurarse una buena salida”. Por estos tiempos la directora pasaba por una crisis matrimonial y un cuadro depresivo, y estaba gestionando su jubilación. Algunos docentes creían que “para evitar problemas está haciendo todo lo que la otra (directora general) le dice”.

Casualmente cuando planteo mi viaje de maestría a la directora general (ya había un nuevo director en el instituto) me dice “ah yo también soy asistente social ... que bueno que te vas a Cuba, yo estuve all”, y después manifiesta “qué de problemas me trajo ese instituto!!! pero claro si la directora era un desastre”. En una oportunidad al firmar el puntaje docente pude leer que la calificación que la directora general le había dado permanentemente a la directora del instituto era de 10 puntos, el máximo puntaje. Siempre me pregunté ¿habrá existido una situación de extorsión para correrla del camino con la amenaza de perder su jubilación por mal desempeño o carpeta médica aprovechándose de su situación psíquica y emocional?

A fin de comprender el contexto en el que se inscribe esta situación es pertinente señalar que el municipio sufre a partir de los 90 un cierre masivo de fábricas y comercios radicados en la zona, lo que produce una caída de ingresos en impuestos a lo que se suma la caída del trabajo asalariado sobre todo en sectores de clase media. Por estos tiempos el municipio debe ceder a algunas peticiones del gobiernos provincial (de otro signo partidario) para obtener fondos, entre ellas hacer recortes en diversas áreas, una era la de cultura y educación.

La acciones realizadas con la idea de cerrar el instituto negada sistemáticamente por las autoridades, sería confirmada casualmente por el subsecretario de cultura y educación en una de las reuniones por el proyecto Orígenes e Influencias, dijo “nunca entendí por qué lo querían cerrar”.

Segundo Registro: Al poco tiempo de mi vuelta de Cuba se produce la creación de la subsecretaría de cultura y educación y asume un funcionario que en 1990 había sido director de cultura, luego ocupó una banca oficialista en el concejo deliberante hasta su retorno al área. Esto generó ambigüedad en el cargo de dirección general y a los pocos meses la directora general fue trasladada. Me enteraría de su destino cuando visito una secretaría municipal para plantear posibles articulaciones entre áreas. En esta reunión marca su descontento con el subsecretario cuando le entrego documentos referidos al proyecto y se niega a recibir la carta aval firmada por él diciéndome “no la nota de él no me la dejes”, “¿por qué?” le pregunto y me responde “no la quiero porque él deshizo muchas cosas que yo hice”. Cuando le pregunto “¿tiene esta secretaria alguna dependencia en la que pudiésemos desarrollar actividades con adultos mayores?” se pone seria, me mira fijo, hace un chasquido con la boca y me dice “nada, me sacaron 3ra edad, ahora lo tiene la nueva secretaría de cultura, deportes y turismo”, haciendo visible su molestia con esta decisión.

Tercer Registro: También marcaría su descontento con el subsecretario la ex directora de cultura (actualmente en otra área de cultura) quien en una entrevista me comenta que “habíamos empezado trabajando bien pero después no me gustaron algunas cosas y a partir de allí nunca más”, ¿qué cosas?” le pregunto, “cosas...” repite y agregó “yo soy funcionaria de carrera no pertenezco a un partido y me dirijo directamente al intendente porque él fue quien me eligió para el cargo”. Pero la tensión se extiende hacia otros agentes que en algunos casos llegan a la descalificación: durante la misma entrevista menciono que estuve conversando con la secretaria del subsecretario, “¿con quién?” me pregunta, le doy el nombre, sonríe irónicamente y me dice “¿asique dice que es secretaria?”. Esta persona previo a realizar un pase a subsecretaría se desempeñaba como profesora de teatro de niños en el mismo espacio donde se encontraba en ese momento la Dirección de Cultura. Con la nueva gestión volvió al mismo espacio ahora como profesora de adultos. De esta misma persona me dice otra agente que ejerce como directora en uno de las dependencias de educación: “tene mucho cuidado con lo que hablas con ella, no es muy confiable ... su padre era un ejemplo de actor y persona y es lamentable como un hijo puede ser tan distinto”.

Cuarto Registro: A partir de la asunción de un miembro de una organización de la comunidad como director de un centro cultural me comencé a preguntar si esto obedecería a devolución de favores políticos por apoyo vecinal en campañas político partidarias. Así es que aprovecho una reunión para preguntarle al subsecretario “¿cuál es la relación del municipio con organizaciones de la comunidad como esta y cuál es el criterio para designar un director?”. Cuando se refiere a los encuentros con ellos me dice: noo...si te putean en todos los colores... a este (por el nuevo director) lo eligió directamente “el intendente” (usa en realidad un apodo por el que todos lo conocen asociado a una nacionalidad), el resto (de su organización) no estaba de acuerdo con que asuma ....ojo es un buen muchacho, pero no es lo mismo que Pepe (otro director del centro cultural salido del barrio) ese era un canillita que había trabajado en teatro vocacional toda su vida, conocía el paño y a todo el barrio y la gente lo quería mucho”. Esto lo confirmé cuando en un acto por el aniversario de este barrio, apareció su imagen y testimonio en un video, las casi 900 personas asistentes comenzaron a aplaudir. “Si yo pudiera elegirlos seria otra cosa, fijate vos el (menciona un espacio municipal), la directora es un desastre, si me lo dieran a mí sabes cuantas cosas podríamos hacer”.

Frente a una pregunta acerca de las posibilidades de tener una entrevista con la nueva secretaria de cultura para presentarle el proyecto me responde: “cómo te puedo graficar ... las conversaciones con esta persona son espamódicas, ni siquiera pudimos establecer una agenda, una calidad de reunión, para ella en este momento todo pasa por los carnavales y por traer a...(se refiere a un artista de renombre nacional) y el resto no existe”. En otra reunión expresará “todavía estoy acomodando los huesos”, haciendo mención al golpe que había significado para él que hubiesen creado una nueva estructura por encima de la que él presidía, casualmente la misma estrategia utilizada cuando este funcionario asumió la subsecretaría e implicó el alejamiento de la anterior funcionaria. Agrega, “ni caja chica tengo, todavía debemos pagos del año pasado, no puedo planificar nada”, “¿crees que te están haciendo un vacío?”, pregunto directamente, “no tengas duda”, me responde. Y en otro momento agrega “además no tengo cuadros” lo dice con una sonrisa irónica e inclinándose sobre el escritorio como buscando apoyo y agrega “deci que son buena gente que si no ...”.

Quinto Registro: retomando lo mencionado anteriormente por el subsecretario respecto a que cuando un tema ocupa toda la agenda los otros se dejan sin tratar, ocurrió un hecho a comienzos de 2004 junto con la creación de la nueva Secretaría de Cultura, Deportes y Turismo. Un centro cultural permaneció cerrado todo el verano con el objetivo de realizársele refacciones (las que estaban aprobadas por el municipio). Los trabajaos de pintura comenzaron en marzo y se llevaban a cabo por la mañana, y el centro permanecía cerrado durante las tardes (horario destinado a las actividades: talleres, cine). La propia secretaria el día de la reinauguración de la temporada manifestaría que “hasta ahora solo se le arregló la cara .. todavía no se han llevado a cabo todas las refacciones planificadas”. Cuando el público o personalmente pregunté al personal y dirección la fecha de re-apertura, la respuesta era “no sabemos, dicen que después del aniversario de (mencionan el barrio)”. El nuevo director del centro manifestaba su desconcierto acerca de esta nueva gestión porque según él “quieren dar películas todos los días y yo quiero que siga siendo un centro comunitario para el barrio”. Esta situación generó incertidumbre acerca de cuáles talleres iban a continuar y cuándo comenzarían. De hecho algunas actividades tuvieron que mudarse a otros espacios, entre ellos las murgas de la zona que con el aval de la anterior directora de cultura tenían un espacio para ensayar y planificar sus actividades: “me metí en el tema de las murgas y hasta publiqué un libro...hicimos tan buena relación a partir de los carnavales que ahora se juntan acá para ensayar y coordinar sus actividades” me decía en la entrevista.

Sexto registro: una de las dificultades con las que me he encontrado es la de poder mantener conversaciones con los distintos agentes. En general nunca he podido plantear la idea en su totalidad porque se corta el diálogo permanentemente con intervenciones: a) en la reunión mencionada con la ex directora general de cultura y educación que ejerce como secretaria en otra dependencia, cuando escucha que soy trabajador social me dice “¿pero vos sos trabajador social?...ahhh no sabía!!! Mirá andamos buscando uno porque no me traes tu currículum”, dejando en un segundo plano el objetivo de la reunión; b) en la misma entrevista cuando le comentaba que desde el proyecto se había realizado la música de unos cortos animados de la escuela de cine, esta funcionaria acotaba “ahh a esa escuela la hice yo”. Sin embargo la directora de esa escuela diría ante este comentario “todos quieren atribuirse los logros, es un mal bicho, en cambio sí debo decir que recibo apoyo permanente de la directora de educación, que también es muy querida en salud donde trabajó (...) el subsecretario al que conozco desde que éramos adolescentes es más pillo” Esta cuestión de la auto-atribución surgió también en funcionarias de la nueva gestión. Mientras explicábamos los fundamentos del proyecto a cada actividad acotaba “claro si eso lo hicimos hace 10 años” y cuando compañeras del grupo gestor mencionaron una actividad organizada por ellas en un centro cultural esta agente dijo: “claro yo le dije a Cacho que hagamos eso ...”.

En una reunión con otro director fue imposible mantener un mínimo diálogo para explicar el contenido de la propuesta ya que el funcionario entablaba monólogos permanentes acerca de cada cuestión que se mencionaba. Esto ocasionó que luego se acercara a la subsecretaría porque no entendía lo que se planteaba hacer en el centro cultural que dirige con este proyecto, “no entiendo por qué este muchacho habló conmigo si antes había hablado con la profesora (menciona a una compañera de trabajo del instituto de arte” repetía el director y el subsecretario le aclaró frente a mí la actividad que íbamos a hacer allí en conjunto.

Séptimo Registro: Un viernes de abril por la noche se reabría la temporada de un centro cultural municipal en el marco del aniversario de uno de los barrios del municipio. En este centro en el que me desempeño como docente se encontraba un afiche oficial que daba cuenta de la puesta en marcha de un plan que se propone “investigar las raíces culturales del municipio” a través del relevamiento, registro y concreción artística de mitos, personajes, rumores, tradiciones orales y leyendas regionales existentes en el partido a través historias que contarían vecinos interesados. Debo reconocer que cuando vi este cartel se me hizo un nudo en el estómago, ya que esta propuesta venía a ocupar parte sustancial de Orígenes e Influencias en su faz de indagación de la memoria colectiva, las identidades culturales, creencias, mitos e historias. Ejes mencionados en el esquema del proyecto presentado y en los que ya habíamos comenzado a trabajar con el conocimiento del subsecretario pues se mencionaba en los informes de actuación entregados, los que eran leídos en mi presencia. Incluso nos había facilitado libros acerca de la historia de algunos barrios del municipio.

Descartando de llano “el robo de la idea” lo asocié primero con una imposición de la nueva gestión que debía acatar. Intento entonces abordar este tema con la mejor predisposición posible y con la excusa de presentarles a las primeras miembros del grupo gestor le pregunto “¿de qué se trata este plan?” y amablemente me responde “convocamos a este profesional que es abogado y dramaturgo, trabajó en muchos países haciendo esto y la idea es que brinde una capacitación a 20 personas que serían agentes culturales que recolectarían esta información, en definitiva es un método en el que puede participar cualquiera ... Algunas veces se iría a los barrios y otras la gente se acercaría a los centro culturales” y disimulando mi malestar le pregunto ¿este no es el proyecto que tu secretaria te comentó un día en la escalera de cultura?” “y mirá puede ser eh!” me respondió sonriendo y se alejó para reunirse con otros invitados. De las palabras del subsecretario surge un no registro global del proyecto (más allá de los informes entregados y las reuniones) que impide ver la posible vinculación (por similitud o complementariedad) de ambas propuestas. De aquí que no surja la necesidad de comunicarnos de esta nueva actividad.

Cuando asisto a la reunión por este plan el coordinador comenta sintéticamente la historia del mismo, “este es el 2do encuentro, el plan tuvo su lanzamiento oficial la semana pasada en (...) se lo presentamos a la Secretaria en diciembre (de 2003) pero lo fuimos desarrollando particularmente desde la Subsecretaria, y se concretó en marzo (de 2004) ..”

Surgen una serie de preguntas ¿cómo son leídos los logros?; ¿cómo es que “no hay caja” chica pero pueden hacerse contratos con profesionales externos al municipio?, ¿si pedimos libros, historias y detallamos contactos posibles para realizar con gente que se ocupa del tema por qué no se comenta en ese momento una propuesta como esta que podría enriquecer el trabajo?.

La rápida formalización de este plan de investigación y las dificultades que Orígenes e Influencias tiene para acceder - incluso teniendo en cuenta que el proyecto representa al municipio en jornadas y congresos internacionales sobre el tema – debe ser leído de las tensiones entre funcionarios más que desde el desinterés o falta de capacidad.


De estas y otras múltiples observaciones situadas surgen algunas conclusiones que deben ser ratificadas o rectificadas por un completo análisis socio-cultural 7. Sobresalen al menos tres que podríamos identificar como: 1) tensiones entre agentes involucrados, 2) auto-atribución de acciones: desde adjudicarse trabajos que en general no son reconocidos o legitimados por otros agentes, hasta una concepción de la gestión cultural en la que pareciera que quien decide es el funcionario o deviene de la lucha entre las diferentes posicionamientos y cuotas de poder simbólicos entre funcionarios y; 3) se perciben dificultades en la comunicación en relación con la predisposición a la escucha. Lo que ocasiona malos entendidos o el no registro de las conversaciones.

Como se verá estas situaciones marcan límites y posibilidades en la implementación de un proyecto que pretende construir procesos crecientes de autonomía. Es en esta medida que retomado la conceptualización de cultura que manejamos y la interpretación de los discursos y prácticas es que estaremos en condiciones de establecer los parámetros posibles de autonomía en el hoy. No para aceptarlos pasivamente sino para comprender donde estamos parados, y hacia dónde queremos ir sin perder de vista las libertades condicionadas en la que nos movemos, como expresa Dolores Juliano (1992:56) refiriéndose a las opciones identitarias “... las personas optan pero lo hacen dentro de los marcos de opciones delineadas previamente dentro de determinadas estrategias políticas”, además y con el fin de establecer acciones necesarias para poder operar y profundizar procesos de autonomía es necesario asumir que esta se construye y no es algo que existe per se. Por último como bien señala Geertz (1987) estos procesos deben ser inscriptos en procesos más amplios en los que se desenvuelva la sociedad.

Por lo que al analizar la relación entre cultura y autonomía (en función de la información disponible hasta la anterior gestión, la que hay que complementar con la actual) tendrá que considerarse que:

1 - La orientación de las propuestas culturales deviene de los acuerdos – no exentos de tensión - entre los criterios personales de los funcionarios a cargo del área cultural y los del resto de autoridades con poder de decisión. Esto implica que del espacio cultural municipal participan agentes sociales históricos (funcionarios, directores, docentes, alumnos, vecinos, público...) que ocupan diferentes posiciones y poseen diferentes capitales, los cuales son utilizados estratégicamente en disputas simbólicas a fin de orientar la política y modalidad de gestión cultural municipal. En estas disputas, el presupuesto asignado al área y los recursos materiales disponibles o generables, adquieren un peso considerable a la hora de decidir;

2- El trabajo producido y acumulado por las diferentes cátedras y talleres de las áreas de educación y cultura no es aprovechado en todo su potencial. En este sentido el área específica de cultura (talleres, eventos, seminarios, cine, etc.), posee una sistematización, conocimiento, seguimiento y evaluación fragmentado y de escasa rigurosidad de las prácticas que se realizan bajo su órbita, lo que dificulta caracterizar las fortalezas y carencias que permitirían planificar acciones correctivas, reforzar tendencias, servicios o prácticas preexistentes e/o incorporar actividades nuevas en función de las necesidades culturales de la población;.


VI – Conclusiones: la modalidad de investigación adoptada

De estas primeras observaciones y en base al bagaje teórico conceptual adquirido la propuesta que más se ajusta al problema es un abordaje metodológico fundamentalmente cualitativo que tenga como guía la teoría del campo de Pierre Bourdieu.

En este sentido pueden reconocerse al menos tres líneas de investigación en las que pueden comenzar a explorarse a través de un completo análisis socio-cultural. Pero necesariamente deberán realizarse en etapas y sobre todo la segunda y la tercera estarán supeditadas a ciertos requisitos: a) la formalización del proyecto a nivel municipal y obtener el compromiso de autoridades para enriquecerlo, apoyarlo y divulgarlo. Esto permitiría establecer un presupuesto acorde con la propuesta; b) que su formalización debe ser por lo menos hasta la finalización de la nueva gestión para garantizar su continuidad; y c) el tiempo que lleve la conformación y la formación del grupo gestor para ser capaza de obtener, registrar, sistematizar y analizar la información.

Desde la perspectiva bourdesiana, durante la primera etapa podríamos realizar un mapa del campo ubicando los diferentes agentes de acuerdo a su posición en él. Posición devenida de la trayectoria realizada a partir de los capitales acumulados históricamente y apostados estratégicamente en distintas luchas.
Será necesario establecer la composición de los diferentes capitales que poseen estos agentes participantes para determinar su incidencia particular en el campo que participa, pero también el volumen total adquirido a lo largo de su historia y que puede ser importante a la hora de comprender su posición en el campo en cuestión. Por otra parte y en función de posiciones situadas históricamente, inscribirlo en la situación histórica municipal, lo que podría brindar indicios del por qué de algunas ubicaciones, las modalidades que adquiere el uso del poder, el respeto y/o desprecio entre los agentes, y el acomodamiento a las reglas y /o sus modificaciones.

Nos aproximaremos a este conocimiento utilizando los instrumentos metodológicos que nos provee la antropología considerando, como propone Geertz (1987:21) que: “hacer etnografía es establecer relaciones, seleccionar a los informantes, transcribir textos, establecer genealogías, trazar mapas del área, llevar un diario, etc. pero no son estas actividades, estas técnicas y procedimientos lo que definen la empresa. Lo que la define es cierto tipo de esfuerzo intelectual: una especulación elaborada en término de, par emplear el concepto de Gilbert Ryle, “descripción densa. A través de los análisis de fuentes primarias y secundarias y sabiendo que muchas veces nos encontraremos frente a interpretaciones de interpretaciones, intentaremos acceder a los significados para dilucidar el problema de investigación planteado en el primer punto.

Acceder a esta información implicará entre otras tareas: indagar, sistematizar, analizar e interpretar los documentos y gacetillas existentes; establecer estadías en los horarios de trabajo en los distintos espacios municipales en relación con el área de cultura y desarrollar observaciones, diseño y elaboración de entrevistas a directivos, docentes, talleristas y alumnos; asistir a los eventos organizados y realizar encuestas a asistentes de espectáculos, encuentros y diversas actividades, tomar contacto con agentes que hayan sido parte del área de cultura y educación en el pasado lejano y cercano, estén o no desempeñando funciones en otras áreas del municipio.

Para un segundo momento de investigación se debería indagar en los orígenes identitarios culturales del municipio y su conformación actual trabajando con archivos históricos, investigaciones existentes y una muestra representativa en base a una red de indicadores acordados;

Y para una tercera etapa, con el grupo gestor constituido a partir del método estratégico de la organización de encuentros mencionados, proponer una investigación muy cara al trabajo social: la realización de un auto-conocimiento cultural comunitario entre los participantes de Orígenes e Influencias en Nuestra América, y así entre otros posibles temas: develar qué es lo que identifican como patrimonio cultural propio y heredado; y conocer las creencias que tienen acerca de lo que es la cultura y las políticas culturales.

De la sistematización y análisis de la información proporcionada se podrán ir determinando cuáles se convierten en datos significativos para ser retomados en la construcción de criterios y propuestas que deban ser considerados en la política cultural municipal.

Constituir y formar el grupo gestor es imprescindible para llevar a cabo estos procesos en los que la investigación acción participativa adquiere papel central como opción epistemológica y metodológica, pues la participación real en instancias colectivas de obtención y análisis de información devela conocimientos y devuelve la confianza y creencia en las propias capacidades y así favorecer un Desarrollo Cultural Comunitario participativo y reflexivo.

Esto es fundamental para incidir en los otros agentes involucrados, adquirir poder de decisión en la esfera pública y modificar aquellas “reglas del juego” que no sean convenientes al proyecto.

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1 Todavía resta por evaluar los impactos que producirán las políticas que se encuentra llevando a cabo el gobierno del Presidente de la Nación Néstor Kirchner, que llegó a la presidencia como miembro del partido justicialista y luego de una profunda crisis económica que afectó centralmente a la denominada clase media del país.

2 Restricciones de espacio me impiden desarrollar los procesos de construcción de identidades culturales en relación con a) el tiempo y territorio geográfico de origen; b) los intercambios transculturales (enriquecedores) e infraculturales (generadores de profundas desigualdades ocasionadas por modalidades de colonización que intentan someter y marginar prácticas autóctonas que derivan en estados de des-culturización y subculturización), y c) los fenómenos de resistencia.

3 Grupo multidisciplinario que tiene como principal tarea elaborar en base a aspectos conceptuales, el diseño del diagnóstico: necesidad del estudio, objetivos, tesis de las que se parte, organización del diseño, elaboración de las acciones a desarrollar, ejecución de las tareas, análisis de los resultados, elaboración de recomendaciones.

4 En este municipio, durante el período de gestión municipal 1999 – 2003, la Dirección de Cultura y la Dirección de Educación dependían de la Subsecretaria de Cultura y Educación. A partir de diciembre de 2003 y, luego de la reelección del intendente municipal, un nuevo escenario institucional emerge. En las áreas que nos competen: 1) se crea la Secretaría de Cultura, Deportes y Turismo; 2) la Dirección de Educación pasa a depender directamente de Secretaría de Gobierno; 3) la Subsecretaría de Cultura y Educación queda como Subsecretaría de Cultura, pero 6 meses después se disuelve con la renuncia del subsecretario. Con la asunción de una nueva funcionaria (quien se desempeñaba hasta el momento como directora de los talleres dependientes del área de cultura) y su nuevo equipo toma (o mejor dicho retoma) el nombre de Dirección de Cultura.

5 Concepto acuñado por René Lourau, puede verse el texto de María José Acevedo “La implicación. Luces y sombras del concepto lourauniano”. Artículo de cátedra de la materia Psicología Social e Institucional, cátedra Ferraros Di Stéfano, carrera de trabajo social, Facultad de Cs. Sociales. www.catedras.fsoc.uba.ar/ferraros/BD/Implic.htm

6 Rosana Guber en el Salvaje Metropolitano (2004), comenta lo importante que fue conocer las notas de campo que Malinovsky para comprender alguno de sus análisis, aunque lamenta que se lo haya hecho mucho tiempo después de publicadas sus obras.

7 Aquí cabe señalar que la nueva gestión a cargo de la Dirección de Cultura parecería compartir al menos desde lo discursivo esta situación. Como ejemplo, puede mencionarse el interés por acercarse a los talleristas a través de una mayor presencia y propuesta de reuniones conjuntas.




* Datos sobre el autor:
* Germán Bianco Dubini.
Licenciado en trabajo social (UBA); Maestrando en Desarrollo Cultural Comunitario por el Centro de Estudios de Postgrado del Caribe (CEPCA), Facultad de Humanidades, Universidad de Oriente (Santiago de Cuba); Ayudante de la materia Psicología Social e Institucional, carrera trabajo social, Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

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