Edición N° 18 - invierno 2000
(para el hemisferio sur)

LA VEJEZ
Una etapa de la vida con sentido o sin sentido

Por:
Alberto José Diéguez
*
(Datos sobre el autor)


El político, filosofo y literato romano Ciceron, en su tratado sobre la vejez usó a Cato "el viejo" sabio senador romano, famoso por sus habilidades oratorias, para hablar sobre este tema.
La élite de la juventud romana, acude a Cato en busca de consejo sobre la vida, la vejez y la muerte.
Cato de 84 años parece estar contento con su vida y no muestra ningún temor ante la muerte. Cuando los jóvenes le preguntan por su secreto, Cato responde que un hombre que teme a la muerte es un necio. "¿Qué debo temer? O seré feliz (en la vida que llega) o no sentiré mas sufrimientos, ni miserias en este mundo".
Luego pregunta socarronamente a los jóvenes: "¿Quién puede garantizar que alguien jóven o viejo, vaya a vivir hasta el atardecer?" -1-

El tema de la vejez no es nuevo, lo que sí es nuevo es la prolongación de la vida a partir de los adelantos tecnológicos y científicos; de los cambios sociopolíticos y del interés que este grupo etário despierta a nivel del mercado.
Las personas luchan contra el envejecimiento, pero el envejecimiento llega por más que se luche. Esa lucha va a conducir a la persona a ser siempre infeliz, por cuanto persigue cosas equivocadas, irreversibles y será fuente de angustia, de conductas excesivas, de depresiones o adicciones.
Los escapismos son solamente una ilusión, un intento de silenciar la realidad que en la vejez aparece como inexorable.

El envejecimiento y la muerte ponen de manifiesto la finitud de la vida y le plantea al ser humano, preguntas acerca de lo que hace o ha hecho. Ese es el lugar en el que ese ser se debate entre el absurdo y el suprasentido.

El envejecimiento no es solamente decadencia, puede verse tambien como crecimiento. Ese factor positivo es que la persona entiende que va a morir y que por eso, vive una vida mejor, más rica, más trascendente. Es aceptar una condición activa y valiente y buscar nuevas metas más valiosas. La vejez es aceptada sólo cuando se sabe por qué se enevejece y cuando se le asigna en consecuencia un significado.

Vivir significa poder responder hacia los demás, hacia otra u otras personas, sentir con ellas, ofrecer a los demás lo que podamos dar de nosotros, aceptando quién eres y gozando por ello, en vez de llevar adelante una vida insatisfecha e irrealizable.

El libro "Tuesdays with Morrie" del sociólogo y periodista Mith Albom, relata la historia de Morris Schwartz "el viejo Profesor", enfermo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) dolencia también del eminente físico Stephen Hawking.
Pese a la irreversibilidad de esta dolencia y aún padeciendo de una enfermedad terminal, en vez de preocuparse de la muerte "el viejo Profesor" ocupábase de vivir dirigiendo su mirada hacia los demás. Esta es sin duda una postura fortalecedora de la vida.

En Argentina, desde hace más de diez años y hasta hoy, los días miércoles se reúnen los jubilados frente al Congreso Nacional, para reclamar por un haber más digno. Esos jubilados traen experiencias de luchas, de movilizaciones y han adoptado en el final de sus vidas una postura frente a la vida, ejemplificadora para las jóvenes generaciones y para toda la sociedad.

Otro tanto ocurre en estos días con el Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados de la ciudad de Mar del Plata, integrado por jubilados, jubiladas y sus hijos desocupados de diferentes barrios de esa ciudad argentina, que lucha contra la desocupación de sus hijos y reinvindican soluciones ágiles frente a las soluciones burocráticas y al deslinde de responsabilidades de los funcionarios de turno.

La conocida organización Abuelas de Plaza de Mayo, fundada hace más de veinte años, ha desarrollado la búsqueda de sus nietos desaparecidos durante la dictadura militar y promocionado los derechos humanos en todo el mundo.

La vejez es un período en que cobra importancia los valores, la filosofía de vida, la sabiduría y el significado de la vida. La vejez posibilita una alternativa psicológica y filosófica en la percepción de la muerte. Lleva a un despertar de la responsabilidad ante la vida, en vez de negar la existencia de la muerte o entrar en la desesperación.

Ese despertar, esa actitud de vida es lo que posibilita al ser humano aferrarse a los motivos que le produzcan gozo y que la vida aún le ofrece, asumiendo la propia existencia en el mundo (Ludwig Binswanger. Rudolf Allers).

Así descubriendo nuevos significados de vida, se trasciende saliendo al encuentro de las cosas para transformarlas o contemplarlas, o saliendo al encuentro de lo humano en forma de solidaridad, creación de comunidad o amor.

Durante mis conversaciones con los estudiantes universitarios de trabajo social y de educación social, observé desde hace años el esfuerzo – la gran mayoría de las veces ineficaz - que realizan por cuantificar el problema de la vejez; por estudiar su situación y sus necesidades; así como de procurar buscar soluciones asistenciales a sus problemáticas, desestimando la posibilidad de redescubrimiento del "homo sapiens" y de trabajar ayudando a las personas a encontrar una vida significativa.

Sus esfuerzos se dirigen a proyectar programas de asistencia domiciliaria; hogares de día; atención domiciliaria, ... las cosas que todo anciano debería tener en una sociedad civilizada, a la que sirvió con su trabajo, con su esfuerzo. Lo obvio parece no ser tan obvio y los mayores que gozan de una residencia son en este mundo una insignificante proporción de "privilegiados".

Si en la etapa juvenil y adulta, las personas piensan en su automovil, en su casa, esos objetos han sido sustituídos en la vejez por servicios necesarios, en un medio familiar y social en el que el anciano se convierte en una "carga", pero que están vacíos de sentido.

Se calcula que uno de cada cuatro personas mayores de 70 años, necesita de alguna ayuda, pero son pocos los que tienen algún tipo de cobertura social. En España este grupo lo constituyen apenas el 1,6 % de los mayores de 65 años y la protección social es decreciente en la mayoría de los países, en particular en Latinoamérica, como producto de las políticas de ajuste que se dirigen en especial a la salud y a la educación.

Pero la situación de desprotección y marginamiento comienza mucho antes, cuando a los 50 años de edad las empresas públicas y privadas, se desprenden de su personal mayor.

Solamente parece interesar aquel segmento que cuenta con medios económicos. En general y en la mayoría de las sociedades el mayor gasto médico lo producen los mayores, alrededor del 60 %. El gasto turístico de los jubilados del primer mundo es otro sector atractivo para el mercado. Pero la situación es por de más preocupante en el resto del mundo y en especial la de los mayores de 80 años.

La defensa de la dignidad de la vida tanto en el ocaso como en los aspectos trágicos de la condición humana, debe ser una reflexión cotidiana, que debería iniciarse desde la escuela y proseguirse a lo largo de toda la vida.

Frente a estos "factum" los seres humanos podemos tomar una actitud, modificando esa dimensión trágica por una de logro y crecimiento (Vicktor Frankl).

La muerte es el punto final de nuestra existencia en-el-mundo (Martin Heidegger). La vejez un reto a la persona. Ante ella se decide a-donde se quiere llegar y se toma una actitud .

El sentido a la vida es inseparable del aprecio a la vida. Dentro de esta perspectiva es al ser que-está-en-el-mundo que trasciende al encuentro de algo o alguien, sin dejar por ello de ser él mismo y que descubre el sentido que le da una razón para vivir. (Goethe).

Esta visión no es compatible con un concepto de hombre llamado solamente al poderío, al placer o asentado en la ética del éxito o el consumo, en el cual la existencia se empobrece.

No se trata de tener una posición de derrota o de pasividad o formas conformistas o inmovilistas o actitudes de desesperanza que no favorecen la naturaleza humana. En los ejemplos mencionados lo hemos visto. Por el contrario se trata de encontrar potencialidades humanizantes.

La frase de Goethe citada por Viktor Frankl en "From Psychoterapy to Logotherapy", 1956, pág. 56 me parece apropiada para concluir con este trabajo.

"Si tomamos al hombre como es, le haremos peor de lo que es, pero si colaboramos con él en dirección a lo que debe ser, será autenticamente humano". Aceptar el desafío de su humanización plena es atreverse a envejecer con dignidad y plenitud, a pesar de ...

NOTA
-1- Tomado de GUTTMANN, David. Logoterapia para profesionales. Desclée De Brouwer. Bilbao, 1998, pág. 71.



* Datos sobre el autor:
* Alberto José Diéguez
Doctor en Psicología Social; Licenciado en Servicio Social

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