Edición N° 14 - invierno '99
(para el hemisferio sur)

Editorial

"En este caso, los "últimos hombres" de esta fase de la civilización podrán aplicarse esta frase: "Especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón: estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente"

Max Weber   

Esta frase, si se quiere profética de Max Weber, nos habla de nuestro mundo. Un mundo que este autor percibió e intuyó cuando planteaba los diferentes caminos de Occidente a principios de este siglo. El camino que lleva a esta conclusión es el de sociedades petrificadas, mecanizadas y envueltas en una compulsa de lucha de todos contra todos. Weber pareciera estar describiendo nuestro mundo, donde el salvajismo del mercado petrifica las barreras dentro de la sociedad. Pero la nueva tecnología las hace flexibles en el sentido de que todo puede caerse, ésa tal vez es otra novedad. Lo flexible de nuestra sociedad es una posibilidad de movimiento hacia abajo, de caída, de vulnerabilidad, de exclusión.

Mientras tanto, "gozamos" de los adelantos tecnológicos, o los miramos desde una vidriera, desde pantallas donde el dueño del mundo es un experto en venta de hamburguesas y su vocero global se denomina CNN.

Así, las democracias conseguidas a fuerza de inumerables luchas y padecimientos en América Latina son azotadas por las fluctuaciones del mercado y una lista interminable de condicionantes que sabemos en el fondo son imposibles de cumplir.

Este número de Margen intenta brindar elementos para intervenir sobre la cuestión social, quizás en la perspectiva de esperar mejores tiempos y hacer dentro de los estrechos hiatos de una sociedad engolosinada por lo superficial y liviano.

Weber escribe esa frase cuando está finalizando un libro clásico, "Etica Protestante y Origen del Capitalismo", ahí mismo también se pregunta acerca de si surgirán antiguas ideas o ideales, de no ser así, la emergencia de los "últimos hombres" es casi evidente.

Un autor Argentino, Rodolfo Kusch, plantea algunas alternativas cuando nos dice... "El mundo del ser, o sea el occidental, aparentemente ha resuelto el problema de la hostilidad del mundo, mediante la teoría y la técnica. Pero si consideramos que esa solución consiste solamente en la creación de una segura realidad, advertimos la precariedad de ésta"...

Desde América es mas fácil descubrir y advertir precariedades, seguramente porque las padecemos, porque se experimentan con nosotros. Pero, escencialmente "conocemos" y es muy probable que esos "últimos hombres" de este lado del Océano y del Río Grande para el sur, no sean más que pobres, precarias y vacías imitaciones de aquellos que se creen los dueños del planeta y ordenan y se aplauden sus propias intervenciones destructivas sobre los indefensos en nombre del bien de la humanidad.

Este número de Margen es solo un pequeño aporte para reflexionar escencialmente sobre el hacer cotidiano de las prácticas que intervienen en lo social.

El director


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