Introducción

La historia recién comienza a escribirse, porque definir al niño como sujeto de derecho y crear las condiciones sociales para su cumplimiento no es fácil.

Nos obliga a todos a re-significar el valor de la vida, desde los temas más simples hasta la dramática realidad de saber que son cientos los chicos que aún están en poder de apropiadores, herencia de la última dictadura militar.

Por ello, popularizar los derechos del niño fue meta de un largo quehacer que aprendí junto a los chicos de la Escuela Nº 2 de Villa Gesell, y que se enriqueció en los gestos cotidianos de mis compañeras de trabajo.

La propuesta de este Cuadernillo es la de compartir la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por las Naciones Unidas en 1959, a través de la genialidad de Quino y su maravillosa "Mafalda". Son diez artículos que invitan a una profunda reflexión sobre la dignidad del ser humano.

Al inicio de esta página para Internet coloqué un deseo de Mafalda, Guille, Susanita, Felipe, Manolito, Miguelito y Libertad -los "chicos" de Quino- de construir una sociedad mejor. Si "algún zanahoria nos perdió los planos" o se niega a dibujarlos, quiero responsabilizarlo del llanto de Víctor porque no tiene documento de identidad, de Pamela que no oye bien y se olvida de las letras, de Gonzalo porque el cinturonazo del "viejo le arde en el lomo", de María Cristina que cuida hasta las 5 de la mañana a sus hermanitos hasta que la mamá vuelve de trabajar, de Julián que va a trabajar en el palenque, de Augusto que volvió a la escuela y al comedor, de María Belén que sueña con una casa como un castillo muy blanco y muy lindo donde vive una princesa muy feliz.

En la esperanza de estar cuidando a los constructores de un mundo libre de injusticias renuevo el compromiso.
Hasta la victoria. Siempre.

Virginia Casas

Algunas palabras actuales, y necesarias....

Comparto con todas y todos aquellos que siguen cuidando a los constructores del “hombre nuevo” esta experiencia que me permite sentirme confiada por un rato.

Hace unos días, en la puerta de una escuela una mujer de unos treinta y pico acompañada por dos nenes me preguntó si era Virginia Casas. Ante mi respuesta me dice “¿No se acuerda de mí?” Sus ojos eran enormes, oscuros, sonreían a pesar de mi penoso olvido.
“Soy Isabel B”
La vida corrió veloz para atrás.

Isabel era una nena de 12 años que iba poco a la escuela, que cuando llegaba al aula estaba cansada, no entendía, se olvidaba.
La abuela de Isabel -único adulto de la familia- era ciega, juntas recorrían todas las dependencias municipales, Cáritas, y los comercios solidarios pidiendo algo para seguir en pie.
Isabel era su lazarillo; mientras caminaban le informaba sobre las personas con las que se cruzaban, los posibles lugares donde podrían darle algo: comida, remedios, ropa, chapas, colchones.
Caminaba con su abuela todo el día y al llegar a casa, le hacía la comida y cuidaba a sus hermanitos menores.
Algunas veces Isabel escribía algo ilegible en su cuaderno, que nunca era suficiente para pasar de grado.
En mi querida Escuela N°2 decidimos que no podíamos arreglar la vida familiar de Isabel, que otros eran los responsables de tanta indigencia; pero sí podíamos cambiar la frustración de no aprender.
Y lo hicimos. Isabel terminó su escuela primaria, sabía leer y escribir, los números los manejó siempre.

La abrazo y vuelve a ser una nena de 12 años.
Le dice a sus hijos “ella era mi maestra”. Yo era Orientadora Educacional y sin embargo la escuela nos alumbra a todos como maestras y maestros, lo cual es una certeza que se resiste ante la fragilidad posmoderna.

Isabel sonríe aún más y me confía: “Vivo con un hombre bueno, me trata bien, trabaja, tengo dos chicos, me estoy haciendo la casita. Los chicos van a la escuela .... no les gusta mucho pero yo les digo que tienen que ir para ser buenos en la vida”.
Nos volvemos abrazar.
Seguramente todas y todos necesitamos una vez al menos, la experiencia de encontrarse con un constructor de futuro y sentir que “Hasta la victoria siempre” sigue vigente.

Virginia Casas.
Villa Gesell 2009



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