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Edición N° 39 - octubre 2005

El infierno es el Otro

Por:
Brenda Maier
* (Datos sobre la autora)


El presente ensayo abordará las representaciones sociales que hay en torno a la intervención del Trabajo Social, que se materializan en el discurso y accionar de los trabajadores sociales, desde la planificación de políticas hasta su concretización.

Modernidad, intervención, democracia y capitalismo

Considero necesario hacer una breve reseña para entender la coyuntura en la cual la intervención comienza a desarrollarse -aunque no es objeto de este trabajo ahondar sobre su historia-. Por este motivo me resulta conveniente exponer la definición del concepto intervención, elaborada por Susana Cazzaniga: “Entendemos por intervención profesional la puesta en ‘acto’ de un trabajo o acciones, a partir de una demanda social (solicitud de intervención), en el marco de una especificidad profesional” 1

Intervención en tanto construcción socio histórica, que actuará en la compleja trama social y tendrá estrecha relación con los derechos propuestos por la modernidad y la democracia; y los condicionamientos que producen el capitalismo, como modelo, y el mercado, como operador del mismo.

La intervención en lo social en principio, estuvo ligada al pasaje del mundo antiguo al moderno, se presentaba como la vía de ingreso hacia el camino de la modernidad. En era de la Ilustración todo estaba basado en la razón y ésta se convertía en el medio para lograr el progreso indefinido.
De este modo, la intervención en lo social asume, como aspiración, aportar soluciones a los problemas que dificulten el desarrollo de los individuos que impiden el orden social. “La intervención en lo social será un instrumento significativo, (...) por un lado, explicará la necesidad de racionalizar e iluminar a ese otro, y por otro, aplicará cada vez más nuevas modalidades, instrumentos y métodos de dominación” 2. Una de las primeras materializaciones de esto, es la introducción paulatina en la vida cotidiana – a partir de prácticas sanitarias- así, a través de la intervención se ejercía el disciplinamiento sobre las conductas y los cuerpos.

Paralelamente en la posmodernidad, la democracia se instala no solo dentro del lenguaje sino también como una forma de gobierno. La misma “supone un ‘contrato’ implícito entre individuos libres, iguales y autónomos, entre sujetos plenamente constituidos y dotados de razón, que acuerdan un régimen de convivencia donde todos se entienden 3”. A su vez, el proyecto de la posmodernidad, en su dimensión económica produce la afirmación del capitalismo, modo de producción que se basa en la relación entre los poseedores de los medios de producción y los que poseen la fuerza de trabajo. Aquí, se visualiza una contradicción entre los postulados de la democracia y los del sistema capitalista; la primera plantea una igualdad que no se corresponde con la relación asimétrica que establece la segunda.
Una de las formas en que se pueda entender esta contradicción es afirmando, como lo hace Grüner, que “la democracia en su versión ‘contractual’ es desde luego un invento moderno, es un invento de la era del capitalismo y de su instrumento económico (e ideológico) dominante: el mercado” 4. Las terminologías abstractas utilizadas en el discurso hegemónico, como igualdad, modernidad, etc, se aggiornan según la conveniencia de estos grupos en relación al fin deseado.

En la actualidad, la intervención en lo social ya no actúa en la promoción de derechos, sino en la restitución de los mismos. La imposición del neoliberalismo -la versión actual del capitalismo- como patrón de organización social ha realizado una redefinición del Estado, ya no siendo éste el encargado de regular las relaciones sociales sino se ha trasladado hacia mercado, el cual determinara de una manera particular el abordaje de lo social. En las ultimas décadas, el Estado dejo de actuar como centralizador de políticas publicas, dando lugar a nuevos actores como ONG’s y organismos privados. No se puede obviar por un lado, importancia de la participación de estos últimos en tanto representantes de las bases, y por otro la intención del Estado de perder responsabilidad y adjudicarla a la sociedad civil.

La intervención especifica del Trabajo Social abordará, en la actualidad, la cuestión social entendida ésta “como la expresión de la relación contradictoria entre capital y trabajo” 5.
Cuestión que tomará diversas expresiones por la complejidad de la sociedad, en general, y se deberá reflexionar sobre las múltiples y diversas percepciones de cada individuo, en particular. Estas cuestiones se deberán tener en cuenta para lograr una mirada holistica de la cuestión social a la hora del abordaje profesional.

Para concluir esta breve reseña, a modo de reflexión, expondré un interrogante que realiza Carballeda, en su libro La intervención en lo social: “¿No es posible pensar que el proyecto de la modernidad en tanto emancipación, generó más ataduras que libertades, quizás por su inevitable e intricada relación con el capitalismo?” 6.

La práctica social y las producciones discursivas

La práctica social se elaboró, históricamente, en el mismo momento en que desarrollaba su saber. A su vez, construía a los sujetos con los que intervenía, en tanto sujetos de conocimiento. Todo conocimiento está apoyado por un discurso, el cual contribuye a sostener el imaginario social, compuesto por representaciones, saberes, valores, relaciones de poder, significaciones, que guiarán el pensar, decir y hacer de una sociedad.

El discurso social ofrece a los sujetos figuras de identidad -de sí mismo - y de identificación -del otro -. A partir del lenguaje se crean imágenes de lo real y se concretizan los modos en que la sociedad arma sus representaciones del mundo. La realidad tiene un sentido particular para los sujetos, ya que en la misma están inscriptas sus subjetividades.

Moscovici define las representaciones sociales como “formas de conocimiento práctico que apuntan a la comprensión y al dominio material y social. Tienen un carácter explicativo ya que significan algo para alguien y permiten que quién las formula, introduzca algo de su propia interpretación” 7.

Las representaciones sociales están presentes en toda sociedad y son parte de los discursos. En nuestra profesión, visualizamos como están ligadas a la justicia social y a la equidad. Existen representaciones recíprocas tanto de los trabajadores sociales en torno a las personas con que trabajan, como de estas personas en torno a las/los profesionales. Población destinataria, beneficiarios, usuarios, objeto de intervención, son algunas de las denominaciones comunes que se utilizan para referirse a los individuos; las mismas se corresponden con las diversas representaciones que se tienen de ellos.

En Trabajo Social, como en cualquier otra disciplina, existen relaciones de poder múltiples que atraviesan, caracterizan y constituyen el cuerpo social. Estas relaciones de poder se corresponden estrechamente con las representaciones y la intervención, ya que ésta construye sujetos sociales a partir del saber -que otorga poder, en términos foucaltianos-, se entromete en sus subjetividades, clasifica a los sujetos y luego produce estrategias y discursos que legitiman su práctica. Del mismo modo, los sujetos han elaborado un discurso que está cargado de significaciones, se puede observar como ellos, conscientes del lugar de poder que ocupan los trabajadores sociales, utilizan en su relato estrategias para obtener el recurso buscado. Las diferentes modalidades discursivas muestran las distintas representaciones, tanto del trabajador social como del sujeto, las cuales guían nuestros actos y pensamientos.

El caso Blumberg, muy presente en nuestra sociedad y en los medios de comunicación, puede tomarse como ejemplo. Él, al hablar de su hijo y sus amigos los denominaba como: “los chicos”.

En cambio, al referirse a los chicos que habían secuestrado a su hijo hacía referencia a “los menores”. Con esto, para el imaginario social de las tantas personas que concurrieron a la marcha “cruzada por Axel” -y para los que la siguieron por los medios de comunicación- queda entendido que “los chicos” son aquellos que pertenecen a la clase media, mientras que “los menores” son aquellos que son denominados como clase baja, con todos los estigmas que esto acarrea.

En el discurso de Blumberg, en ningún momento se mencionaron las tensiones que genera el capitalismo en las sociedades, ni las determinaciones socio-históricas que atraviesan a estos individuos y mucho menos de los padecimientos con los que estos “menores” conviven cotidianamente.

Desde el Trabajo Social también se crean realidades de este tipo. Sin duda, pocas veces se hacen públicas, con excepción de las políticas sociales, que frecuentemente son parte de los debates en los medios de comunicación. Podemos tomar como ejemplo el Plan Jefas y Jefes de Hogar: comúnmente, en los medios de comunicación se designa como "beneficiarios" a las personas que se les ha otorgado el plan.
Se sabe que ninguna familia puede subsistir con ciento cincuenta pesos mensuales sin embargo, no reparan en asignarles tal denominación, beneficiarios de qué sería la pregunta. Al utilizar este término, los medios –dentro de una estructura sociopolítica y económica- reafirman socialmente la creencia de que se les está haciendo un favor estas personas. Lo conveniente sería que, desde el discurso, se indicara que se trata de un derecho que se intenta restituir.

La reconceptualización y ciertos cambios

A partir de la etapa de la reconceptualización en la profesión hubieron cambios relevantes, se postularon nuevos cuestionamientos sobre la práctica como así también del marco conceptual utilizado y de los sujetos con los que se trabajaba. Dicha etapa fue parte de un movimiento que se dio dentro de la carrera de Trabajo Social, que se correspondía con la coyuntura sociopolítica de la década del 70. Parte del colectivo profesional, tomaron como base para el abordaje de las intervenciones esa corriente de pensamiento.

Podemos tomar como ejemplo, el cuestionamiento que se hizo en los últimos años sobre la temática de niñez: se adoptó reformular el marco conceptual tomando como referencia la Convención del Niño/a y Adolescente, que plantea una mirada integral para el abordaje de niñez, así desechando la ley de Patronato -aunque en el GBA y en el interior se sigue utilizando-.
Lamentablemente, la transformación de estos patrones no ha sido absoluta, ya que coexisten determinadas prácticas con ciertos resabios positivistas. A su vez, conviven ciertos discursos progresistas, que resulta confuso determinar desde que línea trabajan. El discurso al que se hace referencia funciona como estímulo auditivo y visual para hacer creer que “vamos por el camino de la igualdad, la equidad y la justicia social”, según se afirma desde el Gobierno. Sin embargo, al estudiar los discursos y las intervenciones puede notarse que ésta afirmación no se corresponde con la práctica. No es posible obviar ciertos prototipos discursivos, que, claramente, no son inocentes, sino que se relacionan con determinados intereses. Como fundamenta Grüner “(...) cuando ciertos postulados del sentido común de las ciencias humanas o ‘sociales’ alcanzan la difusión masiva de los medios de comunicación y/o son incorporadas como ‘supuestos básicos subyacentes’ 8 al comportamiento políticamente correcto de una sociedad, el solapamiento ‘común’ del ‘lugar’ y el ‘sentido’ merece ser reconsiderado” 9.

El Otro

Reconsiderar no implica solo la modificación de las denominaciones que utilizamos en trabajo social (usuario, por ejemplo) sino también cuestionar qué intentamos decir cuando hablamos de hacer lo "más justo posible". En la carrera, existe una vanguardia discursiva que reivindica la igualdad: pensar a las personas como "sujetos" y no como "objetos"; toda una producción académica puesta en juego.
Por un lado se plantea reivindicar el derecho a la diferencia, y por otro, reivindicar el derecho a la igualdad; el primero, generalmente trae como consecuencia prácticas y políticas discriminatorias, porque se supone una aceptación que no es tal en la vida cotidiana, mientras que el segundo intenta lograr la igualdad en una sociedad económicamente desigual, se invisibiliza la hegemonía capitalista, lo cuál se traduce en la reproducción de prácticas de dominación.
Ambas reivindicaciones deben ser re pensadas y re trabajadas, para no caer en fetichismos culturales -parte de la nueva cultura progresista que invade las ciencias sociales-, que intentan por todos los medios ver al Otro como igual o como otro "aceptado". Se está tratando de igualar sin detenerse a pensar que se esta haciendo con ese Otro. "Si digo que hay que tolerar la diferencia del Otro, es porque empiezo por arrogarme el derecho de establecer que hay una diferencia en el Otro; y antes aun, que hay Otro." Grüner propone pensarlo al revés, si no es que la semejanza con el Otro lo que nos hace construir diferencias.

Pensando esto desde lo microsocial, se puede visualizar que no solo a nivel de política macro esto se establece, sino también es reproducido en las bases sociales, desde la mirada de los 'nuevos pobres', por ejemplo, es significativo escuchar que los sujetos que padecen esta condición establecen diferencias contundentes con los 'pobres estructurales'. La pregunta que surge es ¿se trata racismo ó es el miedo a caer en lo mismo? Estas diferencias no son construidas por los sujetos de manera autónoma, hay varios aparatos puestos en juego que influyen sobre la percepción de ellos, posicionándolos de un lado o de otro.

Si lo pensamos genealógicamente 10 definir a los sujetos y construir las definiciones con ellos, es un tema que se viene debatiendo en Trabajo Social. El sujeto debe comprenderse desde los diversos aspectos que es atravesado, desde lo universal como parte de la humanidad, como sujeto determinado socialmente – su espacio microsocial-, con una historia y una pertenencia que le otorga identidad, única e irrepetible, en el sentido que está cargada de representaciones y significaciones – imaginario social- que incidirá en su percepción acerca de las necesidades, con un particular padecimiento respecto a los problemas sociales.

Concluyendo ...

A partir de lo expuesto, considero que la intervención en lo social debe reflexionar acerca de las diversas determinaciones que influyen en la sociedad. Tanto sociopolíticas y económicas como la construcción del discurso dominante, que se inscribe en los sujetos como parte de su imaginario social, facilitando la cohesión social. Entender estos condicionantes, desde las significaciones y representaciones del sujeto, posibilitará que en la intervención se logre una construcción con el Otro, tanto desde reflexiones de la vida cotidiana como de si mismos, y así a partir de la capacidad imagínante, transformar la realidad en tanto mas justa y equitativa.

Si es a través de la imaginación que hoy el capitalismo disciplina y controla
a los ciudadanos contemporáneos, sobre todo a través de los medios de comunicación, es también el imaginario la facultad a través de la cual emergen nuevos patrones colectivos
de disenso, de desafección y cuestionamiento de los patrones impuestos
a la vida cotidiana.
A través del cual vemos emerger formas sociales nuevas, no predatorias
como las del capital,
formas constructoras de nuevas convivencias humanas.
Arjun Appadurai

Bibliografía

  • Carballeda, Alfredo:La intervención en lo social,” Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales”. Paidos. Buenos Aires. 2002.

  • Carballeda, Alfredo: “Del desorden de los cuerpos al orden de la sociedad” Ed Espacios, Bs. As. 2004

  • Grüner, Eduardo: “La cosa política o el acecho de lo Real”. Espacios Del Saber.

  • Rozas Pagaza, Margarita: “Una perspectiva teórica metodológica de la intervención en Trabajo Social”. Espacio. Bs. As. 1998.

  • Acevedo Maria José: “Vía reggia para una hermenéutica de lo institucional”, Apunte de Cátedra de Psicología Social e Institucional II, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

  • Jameson, Frederic / Zizek, Slavoj: “Estudios Culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo”- Introducción de Eduardo Grüner. Ed. Paidós- Bs. As. 1998


NOTAS

1 Susana Cazzaniga: “EL abordaje de la singularidad”. En Revista desde el Fondo. Cuadernillo Nº 22. UNER.

2 Carballeda, Alfredo, La intervención en lo social,” Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales”. Paidos. Buenos Aires. 2002.

3 Grüner, Eduardo: “La cosa política o el acecho de lo Real”. Espacios Del Saber.

4 ibidem

5 Rozas, M: “Una perspectiva teórica metodológica de la intervención en Trabajo Social”. Espacio. Bs.As. 1998.

6 Carballeda, A: “La intervención en lo social, Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales”. Paidos. Bs.As. 2002.

7 Acevedo Maria José, “Vía reggia para una hermenéutica de lo institucional”, Apunte de Cátedra de Psicología Social e Institucional II, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

8 El concepto pertenece a Alvin Gouldner, “La crisis de la sociología occidental” Amorrortu, Buenos Aires, 1970.

9 Grüner, E: “La cosa política o el acecho de lo real”. Espacios del Saber. Bs. As. 2005

10 Entendiendo pensar la genealogía desde los orígenes para comprender el presente desde un proceso dialéctico.



* Datos sobre la autora:
* Brenda Maier
Estudiante Trabajo Social (Cátedra La Intervención en lo Social)
Universidad de Buenos Aires; Facultad de Ciencias Sociales.

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