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Edición digital

Edición N° 46 - invierno 2007

Trabajo social, legitimidad e instituciones

Por:
Lic. Eliana Cesarini
* (Datos sobre la autora)


Estas páginas abordan la reflexión y el proceso de elucidación, a través del cual intentare pensar lo que se hace y… saber lo que se piensa, acerca de los principios, lógicas y/o marcos que legitiman, ponen en crisis o en movimiento la construcción del rol del Trabajador Social en el complejo escenario de las Instituciones Públicas.

Parto de la experiencia, las vivencias y el recorrido realizado durante los años 2003 y 2004, en el marco del Programa de Autogestión de Vivienda del Instituto de Vivienda, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

I- La legitimidad de la profesión del “Trabajo Social” ... una mirada hacia la historia.

¿Cómo se legitima la intervención del Trabajador Social en las Instituciones Públicas?… …¿Desde donde y como intervenimos…?

El surgimiento del Trabajo Social “profesional” se da al interior de las políticas especificas de dominación del Estado de Bienestar. Aparece como mediador entre el ámbito “económico” y el “social”, buscando compensar la falta de “igualdad de oportunidades” 1, propia del Estado y su modo de producción capitalista.

En nuestro país el Estado Benefactor asume la tarea de “…instaurar la sociedad moderna, y de allí la especificidad de un intervencionismo estatal dedicado a ejecutar un modelo de desarrollo para la sociedad en su conjunto…” 2. En este contexto, las Instituciones Estatales se van constituyendo desde el ideal de los derechos sociales, asumiendo el compromiso de intervenir en función de mantener no disuelta la síntesis entre democracia y liberalismo 3.

En este marco, la legitimación de la intervención profesional provino del Estado. El mismo, realizó la incorporación de los Trabajadores Sociales (su práctica especializada), legitimando su saber técnico y acreditándolo dentro de su estructura.

En las sociedades disciplinarias los Trabajadores Sociales son los encargados de ejercer control y dominio sobre los cuerpos (anátomo-política) y sobre las poblaciones en su conjunto (bio-política). 4

¿Que podemos decir de la “legitimidad”?

Siguiendo a Rodríguez Sánchez en su recorrido por Weber, exponemos que los tres tipos puros de dominación legitima son: a- De carácter tradicional; b- De carácter carismático; c- De carácter racional- legal. Esta última categoría da cuenta de la legitimidad que descansa en la creencia de los preceptos legales y en los derechos de mando de los llamados por esos preceptos a ejercer su autoridad.

Weber define al derecho (concepto que incluye la existencia de un cuadro coercitivo) como una de las formas de garantizar la legitimidad de un orden. “…Los que actúan socialmente pueden dar validez legitima a un orden dado: (…) en virtud de lo establecido positivamente, en cuya legalidad se cree. Esta legalidad puede valer como legitima a) en razón de un acuerdo de los interesados, b) en razón de su sanción por una autoridad concebida como legítima y del sometimiento correlativo…” 5.

Como exprese anteriormente, desde la profesionalización del Trabajo Social, se reconoce la posibilidad de intervención, en la legitimidad primaria de la institución pública, en la autoridad del estado (su aparato formal/legal) y su poder de coerción y consenso de la población.

La crisis del Estado de Bienestar, “… plantea la crisis de sentidos, es decir no solo de recursos, sino de los marcos constitutivos y justificativos de éste…” 6 . La misma, provoca la pérdida de sentido de los marcos normativos de las instituciones, entra en crisis su “deber ser” (formal) popular y público.

II- La intervención en el modelo Neoliberal.
El escenario

¿Cómo se define y constituye el contrato “de intervención y de trabajo” (signo de la Modernidad) dentro del Estado Neoliberal?

Cambiaron las formas de organización, producción y concepción de las políticas del Estado, aparece otro modelo de desarrollo: “el Neoliberalismo”. Entran en crisis las instituciones de la sociedad disciplinaria, surgiendo mecanismos y lógicas diferentes que se identifican dentro de las sociedades de control. Hay transformaciones en la lógica del capital, se pasa de un capitalismo de producción a uno de productos, 7 pasaje de la centralidad de la figura del trabajador a la del consumidor.

El paradigma neoliberal, incidió en la década del 90´, en las políticas sociales y la intervención profesional, al punto tal de “…culpabilizar al modelo de integración y desvincular lo social, de la economía y fundamentalmente de la política. Los trabajadores sociales, (…) fueron convocados a trabajar proyectos “descentralizados, focalizados y participativos, cuya escala de cobertura es casi experimental…8.

En el marco de estas transformaciones y nuevos escenarios ¿Desde donde intervenimos?

Considero reflexionar acerca de los significados y las dimensiones de la crisis de sentidos para las Instituciones públicas y para los profesionales de las Ciencias Sociales que se encuentran en ellas…visualizar la agonía, el enredo y la complejidad que presentan. Revisar el contrato implícito de los profesionales con las instituciones –donde trabajan-, y los actores sociales –para los que trabajan-. Parto de reconocer la limitación que tienen hoy los “profesionales”, debido a su nueva condición de “contratados”. Contratos inestables, inseguros y en muchos casos ilegales (que encubren la relación de dependencia y profundizan la precariedad).

Crisis y cambios en las Instituciones.

“…Las instituciones clásicas del Estado y las prácticas que en ellas se desenvuelven podrían estar también inscriptas en una crisis de “representación” y de “legitimidad”…” 9

Las Instituciones Públicas del Estado Neoliberal se encuentran operando en la contradicción del imaginario social del estado intervencionista y la propuesta de otro modelo de intervención, que llamaré “de mercado”, el modelo que se sustenta en la lógica de la sociedad de control, de consumo, “el marketing”: LA LOGICA EMPRESARIAL. “…En este sentido el Trabajador Social pierde de vista su paradigma transformador (…) y asume un rol funcional al nuevo modelo; el trabajador social incorpora técnicas para gestión social, con la tentación de convertirse en gerente 10.(…) La nueva configuración de la demanda social (…) aún se estructura de manera azarosa en torno a la oferta y se organiza solo para asegurar cuestiones básicas, lejos de los parámetros de calidad o reivindicación de derechos que caracterizó tanto al desarrollo del Estado de Bienestar, como a la movilización popular en Argentina…“ 11.

En la actualidad vemos que la oferta de las “cuestiones básicas” no es garantizada, se cierra. Las instituciones ya no se dedican principalmente a mirar la cuestión social, los problemas sociales, las necesidades, es decir, la demanda que algunas décadas atrás validaba y justificaba su existencia. Hoy las instituciones tienen un aparato de marketing conformado por ofertas que fluctúan según la voluntad política del encargado de prensa y la conveniencia del mercado.

En esta trama de relaciones de poder y de lucha (material y simbólica), no hay que perder de vista el rol central que cumplen las figuras políticas dentro las instituciones estatales, “los jefes políticos”, el caudillismo: un líder carismático (cuestionable en su idoneidad), que llego a ocupar un cargo (de los más altos en la estructura vertical del aparato estatal), gracias a su condición de “político de la gestión de turno”. “…La burocracia del estado es controlada por el soberano político (…) La eficacia de la dominación burocrática reside en la disposición del aparato para obedecer a los jefes. La dominación es ejercida, según Weber, plenamente por los jefes … 12”.

La figura del “operador político”, neutralizada y naturalizada en relación a su incidencia e incumbencia en el escenario profesional; responde a los intereses de la gestión partidaria y mantiene su poder utilizando las herramientas del clientelismo político (irracional e informal). El “jefe”, dirige la acción y el rumbo institucional. “…Los responsables de programas, seleccionados por los responsables políticos de forma directa y como “hombres de confianza”, saltan por encima de los organigramas establecidos por las Administraciones…” 13.

Varela, Alvarez y Uria, exponen en el texto “Genealogía y Sociología”, los riesgos que se encuentran en la trama institucional; la problemática de los límites que el jefe político impone a los equipos profesionales por intermedio de los criterios políticos.

Propongo una mirada reflexiva a estos criterios, sin perder de vista que la práctica profesional es netamente política, no es neutral, pero sus fundamentos teóricos no persiguen como fin único la sumatoria de votos. La intervención profesional conlleva la acción política, “entendida como capacidad colectiva de actuar sobre el curso de las cosas; es la instancia capaz de inventar, crear, fundar nuevas formas de organización –no de gestión- de lo social, nuevos objetivos y contenidos (…) que recreen las condiciones para que la vida sea posible para todos…” 14 .

Ante esta trama de poder… ¿Dónde la voz… como los derechos?

El Trabajador Social se encuentra interviniendo entre las contradicciones de las Instituciones (sumada la gestión del gobierno de turno), y los actores/agentes que demandan sobre el vacío de sentidos y cuestionan…. “…Los defectos de la Administración son hoy claramente perceptibles, pero las soluciones no parecen consistir, como propiciaron las políticas neoliberales, en el desmantelamiento de los servicios dejando en la calle no ya solo a los tirados, al batallón cada vez mayor de los excluidos, sino también a los que han hecho de la lucha contra la exclusión una profesión… ” 15.

Ya la legalidad institucional no alcanzan para legitimar la intervención… ya no es válida ni para los sujetos, a los cuales la intervención esta dirigida, y me ánimo a decir que tampoco para los profesionales. “Los servicios sociales burocratizados, jerarquizados, domesticados (…) no son ya un instrumento eficaz para luchar contra la desigualdad (…) trabajar en la Administración supone una norma detrás de la otra, papeles a montones, de forma que no tengo tiempo para rellenarlos, y si los relleno, dejo de hacer trabajo social… 16”.

Los “potenciales beneficiarios” (como los denomina la institución), del programa de autogestión de vivienda, planteaban periódicamente su falta de credibilidad en las instituciones y ante todo –cuestión significativa para mí- su desvalorización del derecho, su no creencia en las certezas de la LEY… :- ¿Pero como se garantiza lo que dice en la ley, quien me asegura a mí algo, quien cree en la ley?...preguntó.

Creo que los sujetos, la gente, la población, “los Otros”, para los que deberían trabajar las instituciones estatales, se manifiestan y se visualizan sin contención por parte de las –antes- certezas de la legalidad. Viven la violencia continua, el “peloteo y manoseo” de la cadena institucional (ayer de disciplinamiento y asistencia) hoy de control y modulación.

:-“…Lo “importante es que la pelota no quede de este lado de la cancha, que no nos puedan reclamar a nosotros…”. Estas palabras fueron pronunciadas por un jefe político dentro de un programa de gobierno. Su principal preocupación era que el “supuesto” problema que presenta la comunidad o las personas no parezca responsabilidad de su área, de su equipo de trabajo.

Gran parte de la población ya no cree en sus derechos, o no los conoce (sin ser azaroso este acontecimiento), “…La demanda social sigue canales propios e informales que se alejan de las instituciones por falta de respuesta… 17”. Estamos en un período de transición, de “no saber” 18, en un mar de incertidumbre, de desconfianza, de la nada o del todo, la sociedad del queres ver más....

III- ¿Hacia donde…?

No lo sé, no tengo muchas certezas… pero si se me permite esbozar una opinión… creo que es hacia la revisión crítica y la reconstrucción de códigos y normas; hacia la búsqueda y explicitación de los fundamentos y sentidos de la acción, de la intervención. Es ahí donde podemos visualizar nuevamente –retomando un antiguo termino- “fracturas/ grietas y movimientos”… Un espacio quizá posible para trabajar hacia la conformación de “Equipos de trabajo profesionales” que impulsen el surgimiento de otras palabras, estrategias, disputas y acciones, que posibiliten el abordaje de las nuevas/distintas/reactualizadas demandas sociales, en la complejidad del escenario institucional actual.

si existen relaciones de poder en el campo social, existen posibilidades de libertad en todas partes” 19. La tarea es colectiva.

NOTAS

1 HELER, Mario, Filosofía Social & Trabajo Social, (coord), Buenos Aires, Biblos, 2002,cap II, pp 44-47.

2 GARCIA DELGADO, Daniel, Estado & Sociedad, pág 29.

3 CARBALLEDA, Alfredo, Estado y fin de Siglo, pág 3-5.

4 FOUCAULT, Michel, Las redes del poder, Buenos Aires, Almagesto, 1991.

5 WEBER, Max, Economia y Sociedad,, pág 95-97.

6 CARBALLEDA, Alfredo, Estado y fin de Siglo, pág 6-7.

7 DELEUZE, G., Posdata sobre las sociedades de control, en FERRER,Cristian (comp) El lenguaje literario, Nordan, Montevideo,1991.

8 CLEMENTE, Adriana, “Conflicto y sociedad. Tensiones del trabajo Social después de los ´90”, Conflicto e intervención social, Cáp VI, pág79.

9 CARBALLEDA, Alfredo, “Las políticas sociales y la esfera de la familia”, La familia y los albores del nuevo milenio, cáp II, pág: 51.

10 CLEMENTE, Adriana, “Conflicto y sociedad. Tensiones del trabajo Social después de los ´90”, Conflicto e intervención social, pág79.

11 Idem.

12 RODRIGUEZ SANCHEZ, Dominación autoritaria, legitimación y gobierno democrático, pág 8/9.

13 VARELA, Julia, ALVAREZ Fernando, URIA, Fernando, “Genealogia y Sociología”, ed, El cielo por asalto, 1997, pág187

14 HELER, Mario (coord), Filosofia Social & Trabajo Social, Ed Biblos, cáp IV, pág 91.

15 VARELA, Julia, ALVAREZ Fernando, URIA, Fernando, “Genealogia y Sociología”, ed, El cielo por asalto, 1997, pág183-185.

16 VARELA, Julia, ALVAREZ Fernando, URIA, Fernando, “Genealogia y Sociología”, ed, El cielo por asalto, 1997, pág183.

17 CLEMENTE, Adriana, “Conflicto y sociedad. Tensiones del Trabajo Social despúes de los 90´”, Conflicto e intervención social, Cap VI, pág. 84-85.

18 GRÜNER, Eduardo, El fin de las.pequeñas historias, palabras preliminares, pág 30-31.

19 Apuntes de la cátedra de Filosofía Social, en “La ética del cuidado de uno mimo como práctica de la libertad”, Michel Foucault.



* Datos sobre las autoras:
* Eliana Cesarini
Licenciada en Trabajo Social (UBA)
Ayudante de Cátedra en la Materia La intervención en lo social. Carrera de Trabajo Social (UBA).
Trabaja en un Centro de Salud dependiente de la Municipalidad de Vicente López.

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