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Edición N° 41 - otoño 2006

A modo de Editorial

30 años

Sin duda, las últimas dos décadas han sido signadas por los vaivenes democráticos, de gobierno en gobierno, de antifaces y falsas promesas de verdad y de justicia.

Estamos hartos de aquellos proselitistas hambrientos de votos que se agarran de temas tan importantes como lo son los 30 mil compañeros desaparecidos bajo el yugo de un gobierno fascista.

Hoy, a treinta años del comienzo de un Proceso que seguramente ha cumplido su objetivo de “reorganizar” el país, llevándolo a un vacío casi total de ideas, de sueños y esperanzas; seguimos pensando que la memoria es una de las armas más importantes para la reconstrucción, pero además creemos que todo esto no debe quedar situado en la categoría de ceremonia; lo habitual e injustificado, el cliché y la falta de crítica.

En contraposición a toda mentira autoritaria pretérita y actual, nosotros los jóvenes proponemos:
Educación libertaria para revertir los nefastos efectos que fueron obra del boicot de la dictadura, y hoy lo son más que nunca. Un boicot contra las personas, contra las libertades, por supuesto y contra las ideas de una generación entera cuyo futuro sería el sostén de nuestro presente.
Trabajo en conjunto, comunicación, diálogo sin prejuicios, siendo concientes de nuestra tarea, dificil por cierto, de volver a fertilizar el terreno de las ideas con imaginación y fraternidad. Sensibles a toda injusticia contra cualquiera en cualquier parte del mundo, nunca volviendo la cara indiferentes ante las adversidades que nos presenta un sistema que, mal que le pese a muchos, está podrido desde sus cimientos y al que hay que empezar a modificar por el bien económico y social de todas las personas por igual.

Hablamos de equidad, hablamos de justicia (la del pueblo, no la de la burocracia siempre atenta a su bolsillo).

Hablamos también de libertad, de expresión, de albedrío y de pensamiento. De ir contra los que comercian con nuestras vidas.

Porque esta nueva juventud ni se vende ni se compra, porque este discurso que se lee hoy aquí pretende despertar el idealismo que, sabemos, reposa en cada uno de nosotros, tal vez anestesiado por las décadas de sumisión y miedo que venimos arrastrando y de las que hay que desprenderse de una vez.
Ese idealismo que nos haga creer que es posible vivir mejor aquí y en todas partes donde haya dolor y miserias, porque el futuro llegó hace rato, compañeros, el cambio comienza AHORA!!!

Miguel Parra Casas
Pinamar, 24 de Marzo de 2006



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