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Edición electrónica

Edición N° 22 - invierno 2001

Rol del trabajador social en la atención del niño desnutrido

Por:
Naranjo Carmen (responsable), Nahr Edihovert, Muñoz Noris, González Williams.
*
(Datos sobre los autores)


Resumen

Las funciones del trabajador social se han diversificado y ampliado con el devenir histórico de la disciplina, se ha pasado de una práctica empírica a un abordaje científico producto de la misma evolución.
En el sector salud, la experiencia ha tenido una apertura acorde a la problemática atendida y la misión institucional del organismo donde éste se desempeña; sin embargo el proceso de sistematización de ese ejercicio profesional ha sido escaso, incidiendo negativamente en las posibilidades de retroalimentar la práctica profesional con el conocimiento que genera la relación praxis-teoría-praxis.

El presente trabajo pretende sistematizar el desempeño profesional en la atención de familias con niños desnutridos, en el Centro de Atención Nutricional Infantil “Antímano” (CANIA) y aspira a servir de guía para orientar el ejercicio del rol profesional dentro de un equipo interdisciplinario en salud, específicamente en el ámbito nutricional.
El trabajo contiene las funciones del Trabajador Social y el proceso de abordaje, a partir de la relación familia - trabajador social - institución, dividido en dos grandes fases: la evaluación social que abarca la entrevista inicial y el diagnóstico social y la intervención propiamente dicha, planteada en dos niveles: individual y grupal.

La sistematización de la atención ha permitido replantear la forma de abordaje, de acuerdo a la problemática familiar existente; reorientar la intervención en aspectos no considerados inicialmente; generar la toma de decisiones conjuntas (familia - trabajador social) que favorece el compromiso con los cambios planteados y la toma de decisiones operativas a nivel organizacional.

Caracas, Venezuela

Introducción

El Trabajo Social surge como una profesión de ayuda, dirigida a atender las carencias y necesidades de los grupos sociales más desposeídos. Las primeras intervenciones se basaban en acciones caritativas, filantrópicas y de beneficencia con escasa estructuración (1,2). Con el tiempo y con la atención de distintos ámbitos de usuarios (caso, grupo y comunidad), se incorporan otras etapas: investigación, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación (1,3,4,5).

En la actualidad, las funciones del trabajador social y su objeto de estudio e intervención, se han diversificado y ampliado, producto de los cambios en la dinámica social de cada país; de los avances tecnológicos; del surgimiento de nuevas teorías y enfoques en las ciencias sociales, que han enriquecido la formación académica y el quehacer profesional, así como del marco institucional donde dicho profesional se ha desenvuelto.

En Venezuela, una de las áreas ocupacionales que más contrata trabajadores sociales es el sector salud; la experiencia en esta área es amplia y diversa según la problemática atendida y la misión institucional que la orienta. Se ha pasado de un quehacer empírico a un abordaje científico basado en el uso de técnicas y estrategias metodológicas propias de los distintos modelos teóricos que guían su praxis (6); de un enfoque individual, parcelado o multidisciplinario a un abordaje interdisciplinario, donde el rol del trabajador social es tan importante y decisivo como el de los profesionales de otras disciplinas del equipo de trabajo.

Su ejercicio profesional no se ha limitado a cumplir con el rol tradicional de resolver la problemática económica de los usuarios; su compromiso ético y la multiplicidad de la problemática de esta población, ha conllevado a una intervención más amplia, en otros ámbitos de la vida familiar, cuyos resultados, en algunos casos, han trascendido satisfactoriamente las metas de la intervención (bienestar), de la organización donde se desempeña (redefinición y ampliación de los objetivos y funciones), así como la formación académica de esta disciplina (7,8).

No obstante, una de las grandes debilidades de los profesionales de Trabajo Social, en éste y todos los campos de intervención, es la falta de sistematización de las experiencias como camino para generar nuevos conocimientos a partir de la acción (9); son pocos los legados o escritos de carácter científico producto de este proceso en Venezuela, situación que puede fomentar, entre otras cosas, una práctica reiterativa, de poca proyección y valoración profesional e institucional y limitaciones en el proceso de enseñanza - aprendizaje, producto de la escasa interacción praxis - teoría - praxis.

Dentro de esta óptica, surge el interés de sistematizar la experiencia del rol del Trabajador Social en la atención del niño desnutrido, la cual más allá de ofrecer una información acabada, aspira a servir de guía para la intervención social dentro de un equipo interdisciplinario, ya que la multiplicidad de factores intervinientes en esta enfermedad ameritan su abordaje integral.

Rol del Trabajador Social en la atención del niño desnutrido.

La desnutrición no solo es vista como una enfermedad carencial sino como un problema multifactorial que exige la intervención de diferentes profesionales en el proceso de prevención y tratamiento.

Su abordaje exige la conformación en un equipo de trabajo que trascienda la concepción multidisciplinaria (conjunto de disciplinas que cooperan pero sin modificaciones en la dinámica ni compromiso entre ellas) por la de equipo interdisciplinario, donde la estrecha cooperación entre las disciplinas involucradas (pediatría, nutrición, psicología, trabajo social, etc.) hacen frente a un objetivo común en un contexto institucional (6,10), como lo es la reducción o erradicación de la desnutrición.

Dentro de este equipo interdisciplinario, el objeto de estudio del trabajador social son las situaciones problemáticas de la familia (5,6), entendiendo ésta última como un sistema social de relaciones recíprocas, donde el problema de alguno de sus miembros afecta al conjunto (11,12).

El rol del Trabajador Social consiste en evaluar al grupo familiar del niño en atención, a fin de determinar los factores sociales que inciden en el estado nutricional del niño y realizar su intervención de acuerdo a la problemática evaluada, estimulando y fortaleciendo el potencial de la familia hacia la recuperación integral.

La intervención de la familia del niño desnutrido por parte del trabajador social se realiza en el marco de las tres funciones básicas de la institución de salud: asistencia, educación e investigación (13). Este abordaje se efectúa dentro de un proceso global que abarca dos momentos intrínsecamente relacionados: la evaluación social y la intervención.

  1. Evaluación Social: es la fase del proceso que permite recoger la información de la familia e identificar la problemática relevante que conllevará al plan de intervención. No existe un camino único para iniciarse en este proceso, debido a la particularidad de cada familia y a la orientación profesional, sin embargo se pueden ofrecer algunas orientaciones desde la perspectiva institucional de abordaje a la familia. Este proceso abarca la entrevista inicial y el diagnóstico social.
    • Entrevista Inicial: es el primer contacto que se tiene con el niño y su representante, pudiendo ser éste la madre, ambos padres o cualquier otro familiar sustitutivo de estos roles. La misma es guiada por un instrumento estructurado que permite ubicar al niño en su grupo familiar y a éste en la red multifamiliar o social donde se desenvuelve, favoreciendo la detección de la problemática social existente y de los recursos potenciales con que cuenta la familia, iniciándose en muchos casos la fase de intervención directa desde este momento (investigación-acción). Recoge también la percepción de la familia sobre la desnutrición, ya que tiende a pasar desapercibida en la medida que el niño continúa realizando sus funciones vitales y sociales (14).

      Los ítems contenidos en el instrumento tienen un orden lógico y sistemático, ajustado al modelo clínico y psicodinámico (15) cuyo objetivo principal es lograr la empatía y obtener la información general para elaborar el diagnóstico estructural del funcionamiento social de la familia, a partir del cual se hará la intervención posterior. Excepto los datos de identificación del niño y de sus progenitores, el resto de la información a recoger se agrupa por áreas de abordaje: económica, educativa-laboral, dinámica familiar y físicoambiental (Cuadro 1).

      Debido al nivel de estructuración de la entrevista inicial y al tipo de información confidencial-vivencial que se recoge, la aplicación de este instrumento debe realizarse en forma dinámica, jovial, pero respetuosa, sin excesivo apoyo en el instrumento, buscando establecer desde el inicio el rapport y la empatía suficiente (15) para que el entrevistado responda con franqueza.

      La información recabada en la entrevista inicial debe ser registrada en una base de datos que permita, en algún momento, hacer caracterizaciones, comparaciones o detectar elementos nuevos que induzcan a realizar investigaciones o a alertar sobre la necesidad de implementar otras formas de intervención. La información recopilada en este primer momento se complementa o corrobora con otras actividades posteriores (visitas domiciliarias, entrevistas con otros miembros, etc.); de esta manera, el proceso no sigue un curso lineal sino flexible, que se actualiza y retroalimenta constantemente en la intervención. De la forma como se establezca este primer contacto, dependerá el desarrollo de las consultas sucesivas, el nivel de compromiso de la familia en la fase diagnóstica y el plan de intervención a diseñar (7,10,15).


    CUADRO 1
    ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA ENTREVISTA INICIAL DE EVALUACION SOCIAL

    AREAS

    ELEMENTOS DE LA EVALUACION SOCIAL INICIAL


    ECONOMICA


    Interesa conocer la capacidad real de la familia para adquirir regularmente los bienes y servicios básicos, especialmente en el rubro alimentación y la forma en que sus miembros se involucran en los asuntos económicos, debido a la estrecha relación entre ingresos, poder adquisitivo y desnutrición



    EDUCACION Y CAPACITACION LABORAL


    Interesa conocer tres aspectos: la inserción adecuada de niños en edad escolar, repitencia o deserción ya que esta red ha sido la más utilizada para la implementaciòn de programas sociales de corte nutricional dirigida a la infancia: beca alimentaria, merienda y comedores escolares, vaso de leche, etc.; el nivel educativo de los padres, haciendo énfasis en la madre por cuanto puede incidir en la posibilidad de comprensión de las orientaciones, como en el potencial y requerimiento exigidos para ingresar a un mercado laboral competitivo y mejor remunerado, que fortalezca la seguridad económica, habitacional y el crecimiento integral de la familia.



    DINÁMICA FAMILIAR


    Conocer las características generales de la familia con la cual se trabaja; tipo , tamaño, jefatura de hogar, calidad de las relaciones y el nivel de apoyo familiar, cuidado del niño en atención, probabilidad de crecimiento de la familia por nuevos embarazos en la madre, ocupación de sus miembros, etc. La experiencia ha demostrado que en las familias numerosas existen limitaciones para llegar a acuerdos en toma de decisiones, así como en el cuidado y alimentación de los niños.



    FISICO AMBIENTAL


    Debe contemplar el tipo y tenencia de vivienda, el tipo de comunidad donde reside la familia, la dotación, accesibilidad y frecuencia de los servicios públicos básicos (agua, aseo, excretas y electricidad), las condiciones sanitarias, hacinamiento y promiscuidad, la existencia de instituciones u organizaciones Comunitaria y la forma como la familia participa en ellas; todo ello es importante para conocer la situación socioambiental y su posible relación (por asociación o causalidad) con la desnutrición.


    • Determinación del diagnóstico social: Consiste en la evaluación relacional de la información recopilada en la entrevista inicial, a fin de determinar la problemática social de la familia y su priorización en función del diagnóstico clínico y /o a la gravedad de la situación familiar.

      La experiencia profesional indica que la familia del niño desnutrido generalmente es de tipo multiproblemática (10), la variedad de situaciones que confrontan sus miembros ameritan de intervenciones múltiples con una o varias redes de apoyo social durante un tiempo prolongado (7).

      Esta fase diagnóstica puede iniciarse parcialmente desde la entrevista inicial, partiendo de un “diagnóstico preliminar” (percepción del especialista) que luego será corroborado o no en una o dos entrevistas posteriores, conjuntamente con el o los miembros de la familia involucrados en el proceso; en este sentido, se analiza la problemática familiar, sus repercusiones en la enfermedad, se acuerdan conjuntamente las áreas y situaciones a intervenir durante el lapso de tratamiento, así como las responsabilidades y compromisos de la familia y del Trabajador social en la problemática.
      Es la fase donde se conjugan e interrelacionan los saberes y la percepción tanto de la familia como del profesional, sobre la problemática objeto de intervención; donde se potencian las fortalezas de la familia, su rol en el proceso de recuperación del niño y donde se logra el “enganche” o compromiso hacia la búsqueda de soluciones.

      Como resultado de la experiencia en la atención de familias con niños desnutridos, realizada durante tres años en el Centro de Atención Nutricional Infantil de Antímano (CANIA), el equipo de trabajo social elaboró un listado de los diagnósticos sociales más frecuentes (Cuadro 2) y aún cuando este listado es susceptible a cambios según la dinámica social, sirve de guía para el análisis, interrelación y síntesis de la situación detectada en las entrevistas iniciales.

    CUADRO 2

    DIAGNOSTICOS SOCIALES MAS FRECUENTES EN LA ATENCION DE FAMILIAS CON NIÑOS MALNUTRIDOS

    AREAS

    DIAGNOSTICO SOCIAL

    1.- AREA ECONOMICA

    Adecuada

    1. Desempleo

    2. Ingreso global menor al costo de la Canasta de Alimentos

    3. Presupuesto familiar ubicado al nivel de pobreza extrema

    4. Ingreso económico inestable

    5. Alta dependencia económica

    6. Escasa participación de la madre en la distribución del presupuesto familiar

    7. Ausencia de organización en la compra de alimentos

    8. Reducción del gasto de alimentación con relación a otros rubros

    9. Desconocimiento del total ingreso familiar

    10. Ingresos provenientes de ayudas particulares o institucionales

    2.- AREA EDUCACION Y CAPACITACION LABORAL

    Adecuada

    1. Madre o figura sustituta Analfabeta

    2. Madre o figura sustituta Alfabeta

    3. Niños en edad escolar no insertos en el sistema educativo

    4. Deserción escolar

    5. Repitencia escolar

    6. Adultos del grupo familiar sin oficio definido

    7. Adultos del grupo familiar sin experiencia y/o capacitación laboral

    8. Nivel educativo del padre no acorde al exigido por el mercado laboral

    9. Nivel educativo de la madre no acorde al exigido por el mercado laboral

    3.- AREA DINAMICA FAMILIAR


    Adecuada

    1. Comunicación insatisfactoria

    2. Inestabilidad de la pareja

    3. Madre o padre solo

    4. Madre adolescente

    5. Alcoholismo

    6. Drogadicción

    7. Violencia doméstica

    8. Enfermedad Física o mental incapacitante

    9. Pareja no incorporada a programa de planificación familiar

    10. Ausencia de documentación legal en miembros de la familia nuclear

    11. No reconocimiento de la problemática nutricional

    12. Niño en atención al cuidado de menores de edad

    13. Presencia de dos o más lactantes por familia

    14. Familia extendida numerosa

    15. Jefatura del hogar ejercida por miembros que conviven fuera del hogar (control externo)

    16. Madre con jornada laboral prolongada

    17. Escasa participación de la madre en la toma de decisiones

    18. Ausencia de ambos padres biológicos

    19. Sedentarismo

    4.- AREA FISICO AMBIENTAL

    Adecuada

    1. Carencia de vivienda independiente

    2. Vivienda de construcción inestable

    3. Ambiente de uso multivalente usado como vivienda

    4. Vivienda ubicada en terreno inestable

    5. Vivienda ubicada en terreno de difícil acceso

    6. Ausencia o deficiencia del sistema de eliminación de excretas

    7. Irregularidad en el servicio de aseo urbano

    8. Irregularidad en el suministro de agua potable

    9. Consumo de agua sin tratamiento

    10. Ausencia de nevera

    11. Presencia de más de tres animales domésticos dentro de la vivienda

    12. Hacinamiento

    13. Promiscuidad

    14. Vivienda cercana a aguas negras y servidas

    15. Deficiencias de las condiciones de Higiene de la vivienda


      En cualquier institución de salud u otra índole, es importante sistematizar los diagnósticos que se repiten, porque su frecuencia puede sugerir características comunes de un determinado diagnóstico clínico, formas de intervención distintas o ser un posible factor de riesgo social con prioridad de intervención, tal fue la experiencia en el CANIA, donde esta sistematización permitió diseñar una herramienta metodológica, para la detección y medición de indicadores de riesgo socioeconómico de desnutrición, presentes en las familias atendidas, que actualmente constituye actividad de rutina en la fase diagnóstica.

    • Determinación de indicadores de riesgo socioeconómico de desnutrición:este proceso forma parte de la fase diagnóstica y aunque es un concepto transpolado de las ciencias médicas, su utilidad sin fines de estigmatización o cosificación de los hechos sociales o de la familia, alertan sobre la probabilidad de ocurrencia, mantenimiento o agravamiento de una problemática o enfermedad, e inducen a la intervención en el ámbito preventivo.

      En el CANIA, la identificación de factores de riesgo en todas las áreas profesionales forma parte de la misión institucional, razón por la cual se hizo un estudio en el área social detectando indicadores en desnutrición cuya combinación permitió desarrollar una estrategia metodológica para medir riesgo social en esta modalidad diagnostica; su determinación se basa en la presencia o no de un determinado nùmero de indicadores por área: económica, educativa, familiar y ambiental (cuadro 3), permitiendo clasificar a las familias en 4 categorías: riesgo alto, mediano, bajo y sin riesgo (16).

      El uso de esta estrategia metodológica contribuye a establecer prioridades en el plan de intervención, destacando esencialmente, el abordaje de la problemática socioeconómica y fìsicoambiental, como áreas particularmente involucradas con el diagnóstico clínico nutricional (16).

      CUADRO 3

      INDICADORES DE RIESGO SOCIOECONOMICO DE DESNUTRICION

      AREAS

      INDICADORES

      AREA ECONOMICA

      • Desempleo.

      • Presupuesto familiar ubicado a nivel de pobreza extrema.

      • Alta dependencia económica.

      • Inestabilidad del ingreso económico.


      AREA EDUCATIVA Y

      CAPACITACION LABORAL

      • Madres o figura sustituta analfabetas o alfabetas.

      • Padre, madre y/o responsable económico sin oficio definido.

      • Niños en edad escolar sin inserción en el sistema educativo.


      AREA DINAMICA FAMILIAR

      • Comunicación insatisfactoria entre los miembros de la familia.

      • Familia extendida numerosa.

      • Madre adolescente.

      • Madre sola.


      AREA FISICO-AMBIENTAL

      • Calidad de la vivienda inadecuada.

      • Carencia de un sistema de eliminación de excretas adecuado.

      • Hacinamiento y promiscuidad.

      • Agua para el consumo sin tratamiento.

      • Carencia de nevera



  2. Intervención social: es la etapa de acción propiamente dicha cuyo objetivo general es producir cambios en la problemática previamente determinada; el éxito o fracaso dependerá de haber realizado adecuadamente la fase de recolección y análisis de la información, del compromiso o acuerdo hecho con la familia sobre los aspectos a intervenir y de la fijación de objetivos con distintos niveles de alcance: mínimos y amplios (7).

    En un abordaje basado en el establecimiento de objetivos mínimos, la intervención tiene carácter restaurador a corto plazo, atiende sólo a la problemática coyuntural que produce la crisis para fortalecer y reparar la capacidad auto-organizativa de la familia y motivar hacia compromisos mayores. Se centran en una necesidad explícita con el acuerdo de finalizar la relación profesional cuando ésta sea satisfecha. En esta opción se trabaja generalmente con un solo miembro, generalmente la madre o figura sustituta quien tiende a expresar (y justificar) dificultades de diversa índole para que otros miembros asistan y se incorporen al tratamiento en forma directa (10), siendo ella el vínculo de enlace entre la familia y la institución, y quien recae la responsabilidad del cumplimiento de las orientaciones dadas por el equipo interdisciplinario.

    La intervención de objetivos más amplios se orienta al abordaje reorganizativo o terapéutico, debido a los múltiples problemas o carencias existentes, que involucran a todo el sistema familiar, comprometiendo a los miembros en la resolución de las mismas e incluyendo entre las opciones la intervención por otros profesionales y servicios ínter y extra institucionales (10).

    Otro aspecto importante en el abordaje, es la elección de un modelo teórico que guíe la intervención (psicodinámico, funcionalista, existencialista, gestálico, etc.). En el área salud es muy común el uso combinado del modelo psico-social y funcional (7) porque responde a los objetivos y misión institucional; en la atención de familias con niños desnutridos, la multiplicidad e interrelación de los problemas que confrontan, puede sugerir el uso de varios modelos de intervención, siempre y cuando sean compatibles entre sí.

    • Plan de Intervención: Depende de las características de la familia, del diagnóstico social y de la institución de trabajo. La organización del diagnóstico por área facilita la comprensión y diferenciación de la problemática social, encontrando áreas más susceptibles de intervención que otras; no todos los problemas sociales detectados son factibles de intervención, en tanto que algunos de ellos, escapan de los objetivos y misión institucional donde se desempeña el Trabajador Social, otros exceden de la red de apoyo social que éste maneja (local-regional) o son situaciones de carácter estructural cuya intervención compete a otro nivel de decisión (7).

      Basados en la experiencia obtenida en el CANIA, la intervención social con las familias de niños desnutridos, se plantea en dos niveles: individual y grupal.

      Intervención individual: se realiza a través de la orientación directa a la familia, la conexión con la red de apoyo social e institucional y el seguimiento.

    • Orientación directa a la familia: se realiza en función del diagnóstico social, enfatizando:

      • El reconocimiento y aceptación del diagnóstico nutricional del niño y el compromiso de la familia para incorporarse al plan de tratamiento integral; hecho que se logra reforzando el significado e implicaciones del diagnóstico, el rol de la familia en el tratamiento y los beneficios de alcanzar logros en menor tiempo, aclarando el tipo de apoyo a recibir por la institución.

      • El manejo de problemas de interacción o comunicaciones, no patológicos, tendiente a crear un clima de armonía, respeto y confianza que estimule la integración y responsabilidad de todos en la resolución de la problemática que confrontan, especialmente de aquellas que ofrecen más riesgo a padecer o acentuar la desnutrición, como son: la seguridad económica para satisfacer las necesidades de alimentación y las condiciones sociosanitarias de la vivienda por la relación del binomio salud-enfermedad..

      • El fortalecimiento a la familia a través del apoyo a otros miembros en aspectos económico-laborales, educativos, de dinámica familiar y habitacional que contribuyen a la estabilizaciòn y mantenimiento de logros.

      • El refuerzo de los logros o alcances obtenidos debe realizarse constantemente, por mínimos que sean.

    • Conexión con la red de apoyo institucional que permite un contacto permanente (vía telefónica o visita institucional) con otros profesionales e instituciones relacionadas con la atención de la familia para garantizar la asistencia o canalización de aquellas situaciones que exceden la competencia del profesional y/o la misión de la institución, pero que de alguna manera afectan el estado nutricional.

    • Elseguimiento se realiza a través de las consultas de control, las visitas domiciliarias y las visitas a instituciones, posibilita llevar el registro de los logros alcanzados, así como la reestructuración del plan de intervención según los cambios en la familia,; destaca entre éstas la visita domiciliaria no sólo como técnica de recolección y confirmación de datos socioambientales sino como estrategia para contactar e involucrar a otros familiares en el plan de intervención.

    Intervención grupal: con ella se pretende agilizar el reconocimiento de la problemática nutricional, búsqueda del cambio y mantenimiento de la recuperación del niño, a través del intercambio de experiencias en grupo.

    Para la planificación de la intervención grupal se deben considerar aspectos de vital importancia como son: objetivos, contenidos básicos a trabajar, estrategia metodológica a utilizar en función del nivel educativo de los participantes, los recursos materiales disponibles y el equipo interdisciplinario a intervenir, entre otros. Puede reforzarse el contenido impartido, con la entrega de material de apoyo, ya sea creado por el equipo o solicitado a otra institución que lo edite.

    El feeb back que se suscita en el intercambio de experiencia favorece: la ruptura de creencias y rituales en aspectos relativos a nutrición y familia; el reconocimiento y toma de conciencia de la enfermedad nutricional, incrementándose el apoyo familiar; la incorporación de otros miembros del grupo familiar, significativos en el tratamiento integral; la creación de estrategias de incremento del ingreso y distribución adecuada del presupuesto familiar; el fortalecimiento del potencial de la familia y la reducción de la probabilidad de reincidencia de la enfermedad.

    Una de las características frecuentes del trabajador social, es querer intervenir todas las situaciones a la vez y tratar de obtener cambios en corto tiempo; la dinamicidad de los problemas sociales ameritan de permanente evaluación, jerarquización y planificación del tipo de intervención y de sus alcances, según la intensidad, complejidad e incidencia en la problemática tratada, para que los resultados en la recuperación sean efectivos.

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* Datos sobre lo autores:
* Naranjo Carmen, Nahr Edihovert, Muñoz Noris, González Williams.
Licenciados en Trabajo Social, adscritos a la Coordinación Social del Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA). Caracas – Venezuela. Correo electrónico:accaniaso@cantv.net

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