Cualquier aproximación que se quiera hacer a la historia de la práctica del
infanticidio en las diferentes sociedades humanas a lo largo de los tiempos debe
intentar ver ese acto a la luz de las relaciones entre la producción y la
reproducción de cada sociedad en particular, entendiendo que todas las
sociedades buscan a la larga, conciente o inconcientemente, un equilibrio entre
los recursos de que disponen y el tamaño de la población y tratan de evitar
saturar la capacidad de sustentación que ofrecen su entorno natural y su sistema
de producción 1.
Todas las sociedades humanas, de la misma forma que se han preocupado por
mantener e incrementar la producción de sus alimentos y bienes, también se han
preocupado por regular - estabilizando, aumentando o disminuyendo - su
población.
Con base en este referente teórico, he querido hacer unas breves consideraciones
alrededor del infanticidio y del abandono de los niños a lo largo de nuestra
prehistoria e historia hasta antes del siglo XX.
¿En esta perspectiva las sociedades prehispánicas de la actual Colombia, cómo
regularon el crecimiento de su población?
Ellas lo hicieron principalmente a
través de cinco grandes estrategias: la lactancia materna prolongada; la
abstinencia sexual, el aborto, el infanticidio, la discriminación de las niñas y
mujeres y de una sexta, al parecer con menos impacto poblacional, por sus costos
de vidas de varones jóvenes, como fueron los frecuentes y casi crónicos
conflictos bélicos inter - étnicos 2.
La lactancia materna prolongada favoreció el distanciamiento de los embarazos,
la abstinencia sexual, más que excepción, fue la regla, en virtud de creencias
como que las que las relaciones sexuales en vísperas de las faenas de cacería,
le hacían perder a los hombres sus fuerzas y habilidades, del temor a las
relaciones sexuales durante períodos hasta casi de un año después de un parto y
en general por la convicción de que las enfermedades eran una forma de castigo
por la apropiación indebida o la pérdida excesiva de las energías de la
naturaleza, que como la sexual, nutren el mundo. Las acendradas creencias en las
concordancias de la vida sexual con los ciclos cósmicos, no pocas veces fueron
los pilares de las relaciones sexuales con finalidades anticonceptivas -
relaciones per anun con las mujeres y, varias sociedades indígenas, relaciones
homosexuales, etc. -3-.
Esas sociedades practicaron en no pocas veces el aborto, al percibir un embarazo
no deseado como un atentado contra el equilibrio de los recursos y la situación
de cada grupo y practicaron el infanticidio de los recién nacidos con defectos
congénitos evidentes, así como contra uno o los dos gemelos por la creencia de
que esos seres eran expresión clara de conductas infractoras de normas por parte
de los padres 4.
Por ser sociedades con conflictos permanentes en que las guerras dependían de la
fuerza para ellas, le dieron más valor a los niños- futuros guerreros - que a
las niñas. Esta creencia fue la responsable de prácticas como el infanticidio de
las niñas hasta tanto no naciera un varoncito 5.
Esas sociedades no tuvieron ni una estrategia, ni una ideología o una religión
que promoviera la natalidad.
Aunque en varias sociedades indígenas prehispánicas de lo que hoy es Colombia,
hubo esclavos , la esclavitud como fenómeno económico y social no existió. Fue
con los españoles y su economía colonialista de extracción y de explotación que
la servidumbre y la esclavitud se entronizó en el territorio. La esclavitud que
se había mantenido en la Península Ibérica por cuenta de sus guerras religiosas
con una continuidad ininterrumpida desde las épocas romanas hasta el
resurgimiento del comercio del Mediterráneo, fue impuesta en América ya no
contra los enemigos religiosos sino sobre aquellas personas de piel más oscura,
secuestradas de sus patrias de origen en el África; la servidumbre se impuso
contra los aborígenes americanos de pieles morenas 6.
Los españoles además de la esclavitud y la servidumbre trajeron también el
cristianismo. Esta religión generó, por su insistencia en que la finalidad
principal de la relaciones sexuales es la procreación, un impacto enorme sobre
la infancia: persiguió los sacrificios humanos, la crianza invertida de los
niños y el infanticidio eufenésico y regulador de la población, y condenó el
aborto.
La llamada de forma eufemística, conquista española, hoy se puede entender mejor
si la vemos no desde una perspectiva etnocentrista, sino desde una perspectiva
humanística amplia . Ella no fue sino una época de guerra de tierra arrasada,
cuando se inició lo que fue una constante durante todo el periodo de dominación
española: la "escasez" de la oferta de mujeres blancas y la "abundancia" de la
oferta de mujeres indias para los guerreros, encomenderos y señores blancos
españoles. Con la conquista, con la guerra de tierra arrasada, comenzó nuestra
historia de mestizaje : hombres violadores, mujeres violadas.
Para mantener sus privilegios, para impedir que el poder pasara a los hijos de
las mujeres aborígenes y negras enamoradas o forzadas por los españoles, se
estableció una sociedad de castas estructurada sobre el color de la piel.
Se levantó todo un sistema para impedir que los hijos de españoles con las
aborígenes y las esclavas negras y de las diferentes mezclas accedieran al
poder.
A este solo podían aspirar los hijos de los varones españoles y de las
muy escasas mujeres europeas . A través del matrimonio católico se consolidaron
las estructuras sociales y se establecieron las alianzas familiares y se
administraron las herencias -7- y se estableció un principio de igualdad racial y
social que condujo a que ese matrimonio fuera el principal instrumento de
conformación de una apretada endogamia racial y social -8-.
El celo de los padres y
de los familiares sobre los pretendientes de los jóvenes se orientó
principalmente a impedir los matrimonios con los considerados inferiores
raciales. Las familias blancas criollas a toda costa evitaron las uniones que
intentaban sus integrantes con gente mestiza o mulata 9.
La vieja tradición española de limpieza de sangre, que existió en España hasta
el 23 de enero de 1794 -10-, que impedía a los hijos fuera del matrimonio realizar
cualquier tipo de profesión, en la Nueva Granada, para los hijos de uniones
entre españoles y "razas inferiores", se expresó básicamente, por la prohibición
del acceso a la educación y a los oficios y a los cargos gubernamentales. A
principios del siglo XIX había que demostrar que no se tenían ni bisabuelos
negros ni indios para poder estudiar en el Colegio del Rosario. Ser moreno,
"pardo", negro, "tente en pie", "sostente en el aire", indio, e hijo natural,
fue un baldón.
La alta valoración de la procreación por el cristianismo hizo, que en esa
sociedad de castas, el abandono del recién nacido no deseado emergiera como una
alternativa menos costosa para la madre y el niño, que las prácticas del aborto
y el infanticidio.
En la colonia las muchachas mestizas o mulatas, seducidas por sus patronos o por
jóvenes blancos , que luego las abandonaban, no encontraron otro camino para
ocultar su vergüenza, o impedir caer en mayor pobreza, que el abandono del
recién nacido, cuando no el infanticidio -11-.
En época del dominio español el infanticidio, que ya no fue motivado por razones
eufenésicas y mágicas, sino por la pobreza y la vergüenza racial, y el abandono
de niños, fueron opciones tomadas, a pesar de las creencias cristianas, ante la
incapacidad de sostener un hijo más.
Cuando uno confronta el alto valor que los indígenas le daban al nacimiento de
un varón sobre el de una niña, con las creencias de los españoles salta a la
vista que hubo más de un parecido. En referencia a la obsesión de los
matrimonios por tener hijos varones, el médico español, Méndez Nieto, que
ejerció en Cartagena de Indias en la segunda mitad del siglo XVI y principios de
XVII, informó que los españoles en su búsqueda del hijo varón "castrados del
compañón siniestro que no engendran; pueden engendrar hembra, de los quales hay
muchos en España y por todo el mundo" 12.
Aunque investigaciones recientes no pudieron obtener una estadística completa de
los niños abandonados por los padres en las ciudades neogranadinas del siglo
XVIII, se sabe por los registros de la Casa de Niños Expósitos de Santa Fe de
Bogotá, creada en 1642, que se abandonaron más niñas que niños 13.
En los registros de los niños expósitos en los libros de indios, mestizos y
mulatos no se consignaron notas escritas que acompañaran al recién nacido,
mientras que en los registros en el libro de blancos existen constancias sobre
la razón del abandono de la criatura: razones, impedimentos físicos y pobreza 14.
Si bien con la Independencia de España los criollos lograron acceder al poder ,
la sociedad no logró superar lo que introdujeron y reprodujeron los españoles en
sus trescientos años de poder: el desprecio y la subvaloración de las personas
con pieles morenas y oscuras. Ser indio y negro se siguió considerando un lastre
social. La esclavitud sólo se eliminó en 1851.
Los prejuicios raciales, las diferentes realidades económicas y sociales entre
los diversos grupos humanos identificados por su color de piel u origen étnico o
geográfico siguieron operando a lo largo de todo el siglo XIX - y al parecer
siguieron en el siglo XX que acaba de expirar - . La liquidación de los
resguardos a lo largo del siglo XIX hizo que los indígenas se convirtieran en
campesinos. Las campesinas de raigambre indígena que tuvieron que soportar la
existencia de un patrón que gobernaba su trabajo y su cuerpo, vieron trasladados
dichos "derechos" al patrón de la casa 15.
Fue así como el viejo esquema Colonial
pasó del campo a la ciudad, y como, el nacimiento ilegítimo de los tiempos
republicanos fue la continuación de las prácticas coloniales de abuso de la
mujer indígena por parte del "blanco". Se sabe que para la década de los noventa
del siglo XIX una característica especial de la natalidad en Bogotá fue el alto
número de ilegítimos, un 51% en promedio mensual 16.
A principios del siglo XX a decir del doctor José Ignacio Barberi en la
introducción de su "Manual de Higiene y Medicina Infantil", la ignorancia de la
madres y padres sobre el cuidado de sus hijos era tan funesta como el
infanticidio intencional 17.
Un número importante de las trabajadoras domésticas,
que en ciudades como Barranquilla y Cali eran negras y en Bogotá indias, fueron
víctimas de los abusos de los patronos o de los jóvenes de la casa 18.
La ilegitimidad se mantuvo como una poderosa causa social de la mortalidad
infantil en virtud del infanticidio, el abandono, el poco cuidado y la pobreza .
El infanticidio sucedió con mucha frecuencia. Fue un hecho, permanente y
tolerado que no merecía mayores comentarios diferentes a los de los médicos que
tenían como objeto de su trabajo cotidiano la morbilidad y la mortalidad
infantil de los grupos más pobres, de los sectores más marginados históricamente
de la sociedad.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las consecuencias de la
ilegitimidad, pasaron de la calle a los hospitales. Los médicos, la pediatría y
la puericultura colombiana y el Hospital de la Misericordia nacieron y crecieron
vinculados a la lucha contra los problemas creados por el machismo, la sociedad
de castas, el racismo y la pobreza. Bogotá, a principios del siglo XX era un
pueblo de cerca de 100.000 habitantes de los cuales la mitad eran menores de 16
años de edad 19.
El Hospital de la Misericordia comenzó a funcionar cuando Bogotá ya contaba con
un asilo para huérfanos y niños abandonados y con el Orfelinato de la Sociedad
de San Vicente de Paúl, atendido por las Hermanas Terciarias 20.
La sociedad colombiana vio en el siglo XX como la situación de los niños mejoró
en la medida que se le reconoció a la mujer la igualdad con el hombre, y sólo
hace unos muy pocos años, la ley acabó con el trato discriminatorio que contra
los hijos llamados "naturales" se instauró con los españoles y se mantuvo por
cuenta de nuestro larvado racismo, heredado de la sociedad de castas de la época
Colonial.
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