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La Intervención en Lo Social en Tiempos de Pandemia


Instituciones e institucionalidades…

Por Gabriela Rotondi
Doctora en Ciencia Política. Universidad Nacional de Córdoba. 2016.
Magister en Ciencias Sociales con orientación en Políticas sociales. Universidad Nacional de Córdoba. 1999.
Licenciada en Servicio Social. Escuela de Trabajo Social. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Córdo­ba, Argentina, 1984.

El trabajo pretende expresar algunos interrogantes sobre la realidad de las instituciones y las nuevas institucionalidades que operan en el contexto de la pandemia por Covid19.


Nuestra tarea de observar, analizar y comprender las instituciones/ organizaciones para intervenir en ellas, claramente se afectó durante la pandemia...nuevas prácticas y complejas representaciones que se iban planteando sobre la salud y sus políticas generaron impactos en la relaciones sociales y las formas de comunicarnos, entre otras cuestiones. Estas instituciones y organizaciones por las que transitamos habitualmente pero que no siempre nos detenemos a observar y que, sin embargo en este momento se hace necesario aprender a conocerlas de nuevo.

En este particular contexto de pandemia se han observado y escuchado múltiples lecturas y voces de cómo estamos, cómo intervenimos, como estamos viviendo este evento…evento tal vez del siglo. Nos hemos preguntado cómo se expresa, cómo se localiza, qué ocurre en los diversos países y provincias...qué hacer y qué no, cómo lavarnos y como hacer de todo un poco…Mucha letra para tratar de aminorar riesgos y problemas, mucha cuestión que se repite y vuelve a repetir. Pero de esas cuestiones ya se está hablando.

Hoy nos queremos detener en aquello que nos es más conocido, más familiar y tal vez más novedoso: las instituciones y las organizaciones. Y nos interesa en especial una mirada sobre aquellas instituciones que se habilitaron, instalaron y que definieron nuevas formas de institucionalidad…especialmente en torno a la salud y la educación.
Claramente hablar de salud hoy nos conduce a aludir al Covid19, y considerar las instituciones que se hacen cargo del asunto nos lleva a hacernos diversas preguntas desde nuestras ciencias sociales.

Queremos retomar uno de los planteos de Boaventura de Souza Santos realizado recientemente en su texto “La cruel pedagogía del virus”:

“Existe un debate en las ciencias sociales sobre si la verdad y la calidad de las instituciones de una sociedad determinada se conocen mejor en situaciones normales, de normal funcionamiento, o en situaciones excepcionales, de crisis. Tal vez ambos tipos de situaciones sean inductores de conocimiento, pero sin duda nos permiten conocer o revelan cosas diferentes. ¿Qué conocimiento potencial proviene de la pandemia de coronavirus?”
La idea de conocer las instituciones, en momentos de crisis, acerca a quienes venimos estudiándolas a oportunidades únicas. Analizar sus espacios, que sujetos circulan en ellas, sus misiones, los conflictos que convocan a imaginar la intervención, y el conocimiento como una estrategia siempre vigente. Nos convoca también y de manera particular a realizar una mirada que pone a prueba las lecturas de las instituciones y organizaciones, sus movimientos y sus cambios, esas nuevas formas que se van adoptando y, todo ello en el marco de la sociedad que pauta y establece normas en este especial contexto.

Renovamos la lectura, pero olvidando a veces las notas estructurales de las instituciones, aquello que las instaló en nuestro medio, que las hizo ser parte y emerger en nuestro contexto…Sabemos que las instituciones plantean complejidades propias -especialmente a la hora de conocerlas- propias de su condición de formaciones sociales, culturales, políticas, que además emergen como instancias complejas con diversos tipos de registros y expresiones.

“La institución es entonces, algo más que el discurso que enuncia sobre sí misma. Por su parte las instituciones como campo de acción de los sujetos individuales, los grupos o los colectivos, son sombreados laberintos. Productos y productoras de procesos, inscriptas en la historia social y la historización singular, conocerlas plantea desafíos teóricos y metodológicos, no siempre solubles.” (Garay, 2006:129)

Observamos las instituciones en el marco de una sociedad que se ve no sólo afectada sino también interpelada respecto de cómo se organiza, por ejemplo, a la hora de la salud. A quiénes atiende, cómo replantea misiones e intervenciones, cómo observa la misma institución salud y sus organizaciones. Respecto de esto, las estrategias definidas para abordar la pandemia nos encontraron de alguna manera desprevenidos, lo complejo del fenómeno sanitario no nos dejó ver en un principio la complejidad que iba adquirir a la brevedad resolver la educación, el trabajo, la organización familiar, la justicia, por solo mencionar algunas cuestiones...o aquellas miradas sobre el momento de pandemia y post pandemia. Pero lo cierto es que, la oportunidad que ofrece la crisis como momento para el conocimiento, es algo sumamente convocante.

Ahora bien, y por otra parte, haciendo honor a la sinceridad, la idea de crisis en nuestra sociedad no podemos decir que sea algo alejado, o puntual, sino tal vez aleatorio y permanente. Suele verse como riesgo y oportunidad…opera como si fuera pasajera, sin embargo la mirada de la estructuralidad no nos deja margen para ver la crisis como pasajera. Al menos en Argentina, la idea de crisis ha sido difícil de observar como excepción, sobre todo si estamos leyendo e interviniendo en las instituciones sociales o las instituciones de la política pública…

De Souza Santos señala con claridad, el hecho de que la permanencia de la crisis, se convierte en la causa que explica todo lo demás.

“Por ejemplo, la crisis financiera permanente se utiliza para explicar los recortes en las políticas sociales (salud, educación, seguridad social) o la degradación salarial. Así, impide preguntar sobre las causas reales de la crisis. El objetivo de la crisis permanente no se debe resolver. Pero, ¿cuál es el propósito de este objetivo?” (Souza Santos, 2020:20)
La lectura de la enfermedad en esta ocasión planteo respuestas que instalaron un primer foco en un comité que se reproducía a nivel nacional provincial y que iba institucionalizando pautas de vida nuevas pero casi indiscutibles...Y llamó la atención desde el principio cómo se organizó por ejemplo el comité de expertos, las formas de comunicar sus consignas, sus aportes. Pero revisando un poco en esa nueva institucionalidad… ¿Quiénes se sentaron a la mesa para definir el asunto y cómo se organizaba la vida y la obra de quienes convivimos en las ciudades?  ¿Qué voces se escucharon/ escuchan?
La clave de estos espacios nuevos e instituyentes parecía que eran los médicos sin duda…entendible si observamos la emergencia que demandaba. Pero, a veces nombrado solo como médicos...sin género, sin médicas, pero también sin enfermeras/os, sin trabajadoras/ es sociales, y demás miembros/as del equipo de salud. Esto nos interroga.

Otra cuestión que nos interroga es la mirada solamente del instante de la enfermedad. Una enfermedad que nos llevó a una cuarentena de más de 100 días, pero que, se instalaba en términos sociales y políticos planteando nuevas pautas económicas, políticas, culturales, nuevos liderazgos, nuevos referentes. Quienes trabajan y quienes no, quienes se mueven por la trama social y quienes no, quienes pueden romper reglas y quienes no… Pero donde claramente aparece como insuficiente atender solo a las políticas que atienden la enfermedad.

Tal vez otro impacto en la institucionalidad habría que buscarlo observando quiénes son esas cabezas que piensan la vida de todos desde un marco específico de la enfermedad... aquellas disciplinas y profesiones o sectores que observan a intervienen en la vida cotidiana de los sujetos. Y preguntarnos sobre ¿qué aportarían en la construcción de nuevas estrategias equipos ciertamente más complejos e interdisciplinarios? ¿Quiénes están faltando a la mesa? Por momentos, pareciera que el Covid19, no tuviera contexto, o historia, o no necesitara organizaciones sociales, esas organizaciones que se pusieron al hombro el hambre de sus vecinos y vecinas. O solo se explicara y pudiera atender como virus que opera en el vacío. No tenemos dudas que la mirada social y política del virus demanda otras cabezas, otros cuerpos accionando, otras lecturas, otras disidencias.
Se refuerza esa mirada centralizada, las prácticas de aislamiento, que prescindieron de actores/as claves… actores políticos, que desaparecieron de la escena y se guardaron, o se volvieron más paternalistas aún, sectores profesionales que quedaron fuera de la lectura, trabajadores/as sociales, sociólogos, organizaciones de base organizadas, que no pudieron canalizar sus aportes, y seguro varias miradas más.

Visto desde las instituciones, no podemos dejar de observar esos liderazgos de trasfondo por momento paternalistas, que aparecen de nuevo en escena, como tantas veces los vimos, y mirando esta nueva institucionalidad nos seguimos preguntando sobre otras lecturas posibles. La crisis que suele verse como riesgo y oportunidad, opera como si fuera pasajera, sin embargo las raíces estructurales con las que cuenta no nos deja margen para verla como pasajera. Y decimos esto porque nos interesa no sólo la mirada de aquellas instituciones de la política social que se ven obligadas y compelidas a dar respuestas concretas en el marco de la pandemia, sino porque también nos interesa mirar aquellas instituciones sociales que operan intentando ofrecer formas diversas de comprender, o de hacer otras lecturas de lo que ocurre en términos sociales culturales políticos y éticos en nuestra sociedad.
Estas instituciones de la política social que intentan dar respuesta a problemas sociales específicos, con misiones enunciadas de manera general daban reales respuestas antes de la pandemia? ¿A qué aspectos de la pandemia? Y respecto de esas instituciones con las que venimos operando… ¿podremos seguir mirándolas mucho tiempo más solamente en clave de pandemia?

Tal vez desde otro ángulo habrá que entrenarnos en una nueva lectura de aquellos problemas específicos con los que nos encontramos en las instituciones a diario y empezar a leerlos con nuevas claves, que incluyan la pandemia como un nuevo contexto articulado a los atravesamientos de la pobreza, la problemáticas de género, la violencia institucional, las cuestiones ambientales…las diversas expresiones del capitalismo patriarcal, instaladas en términos sociales y políticos en este contexto pero que requieren otras lecturas en esta particular época.

¿Quiénes son los afectados o los mayormente impactados y desgastados por la pandemia...qué instituciones son omitidas y cuáles se ponen a jugar en medio de las estrategias que se implementan? Preguntarnos nos lleva sin duda a intentar ampliar la mirada y las respuestas, los contenidos que se ponen en juego a la hora de mirar las instituciones, los conceptos de salud de que operan, las disciplinas que establecen aportes y aquellas que quedan en suspenso…Hoy solo queremos preguntarnos y seguir buscando algunas respuestas.

Bibliografía

  • De Souza Santos, Boaventura, 2020. La cruel pedagogía del virus. De Sousa Santos, Clacso Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina.
  • Garay, L, 2006. La cuestión institucional en la educación y las escuelas. En: Butelman, I (Compiladora) Pensando en las instituciones. Paidós.
  • Rotondi, G y otros/as, 2017. Compartiendo quince años del Programa La universidad escucha las escuelas: perspectivas, debates y propuestas desde el trabajo social institucional. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Córdoba.

Julio de 2020