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La Intervención en Lo Social en Tiempos de Pandemia


“Nos cuidamos entre todos”: El lema integracionista en contextos de altos niveles de exclusión social

Por Sabrina Anabella Negrin
Trabajadora Social en el Servicio Social del Municipio de Villarino (Localidad de Pedro Luro, provincia de Buenos Aires, Argentina) y en el Hospital “Juan A. Pradere”.

Introducción
Las presentes reflexiones –provisorias y abiertas a discusión en su totalidad- surgen a partir de mi inserción profesional en el área de Servicio Social de la Municipalidad de Villarino, más precisamente en la localidad de Pedro Luro (provincia de Buenos Aires, Argentina), durante el presente año.

Cabe destacar que en dicha ciudad, gran parte de la población se encuentra en situación de clara vulnerabilidad socio-económica debido a que la mayor fuente de ingresos para la subsistencia de muchas familias está signada por la precariedad del trabajo como jornaleros en la cosecha de la cebolla y/o en la posterior labor en los galpones de empaque.

Si bien los pensamientos que plantearé en este texto surgen a partir de mis observaciones en el marco de dicho contexto social en la localidad mencionada, sería interesante pensar en la posibilidad -siempre falible- de hacerlos extensibles a otras localidades y que sirven para explicar ciertos comportamientos a nivel más macrosocial.

La interpelación a los excluidos
Cuando observo la notable cantidad de gente de los barrios más pobres de Pedro Luro romper incesantemente la cuarentena, circulando normalmente por la ciudad, me pregunto acerca de los motivos (más allá de los puramente laborales-económicos, ya tratados en otros textos que aluden a la necesidad real de los changarines de seguir trabajando para mantener sus ingresos, cuyo aporte no desconozco y con el cual acuerdo, pero que no pretendo abordar en este ensayo) de este incumplimiento.

Si bien las clases medias y altas también incumplen la cuarentena -no tengo datos acerca de si en mayor, menor o igual medida que los sectores más pobres- considero que responden, mayoritariamente, a dos lógicas distintas.

En primer lugar, en cuanto a los sectores más vulnerables socioeconómicamente hablando, cabe preguntarse: ¿cómo interpela el discurso de los medios masivos de comunicación y del Estado cuando apela a “Nos cuidamos entre todos”, es decir con un lema integracionista (pensemos aquí en una extrapolación al ámbito social del integracionismo cultural) a los sectores que nunca fueron incluidos en ese “todos” social, es decir, a los sectores con alto grado de exclusión social, ¿tal vez no los interpela la cuarentena -o interpela menos, o interpela distinto- porque no se sienten interpelados por un sistema político y de salud que siempre los ha dejado fuera y cuyo pedido ahora les resuena -tal vez de modo inconsciente- como una exigencia sin contrapartida de derechos?, ¿cómo se significa el autocuidado en barrios donde se los “descuida” constantemente y se los coloca al límite de la imprevisibilidad, donde resulta difícil poder pensar y pensarse a futuro?

En este sentido, me parece interesante retomar el concepto de anomia que plantea Merton (1949: 25), quien define a la misma como la imposibilidad del individuo de alcanzar las metas que la sociedad considera como válidas. En otras palabras, ¿cómo se ve afectada la subjetividad de los sujetos pertenecientes a los sectores pobres cuando la sociedad no otorga los medios (no sólo materiales como pueden ser barbijos sino y, sobre todo, simbólicos) suficientes para, por ejemplo, autocuidarse en el marco de esta pandemia? Y no hablamos aquí solo de subjetividad individual sino y, por sobre todo, de la subjetividad social. Esta última, al decir de González Rey (2008: 2), “se instala en los sistemas de relaciones sociales y que se actualiza en los patrones y sentidos subjetivos que caracterizan las relaciones entre personas que comparten un mismo espacio social.”

Por otro lado, el incumplimiento de la cuarentena por parte de los sectores medios y altos podría explicarse debido al concepto de anomia de Durkheim (1897: 21), según el cual esta idea alude a la proliferación de normas individuales y particulares que se contraponen y se superponen unas a otras, rompiendo la solidaridad orgánica. En relación a esto podemos pensar que quienes están incluidos en la sociedad pueden pensarse dotados de derecho o bien, “darse el lujo” de imponer las normas al mejor estilo del individualismo posmoderno. br>

Palabras finales
Estas reflexiones son tan sólo un bosquejo, un borrador para seguir pensando y construyendo colectivamente entre todxs para cuestionar y repensar nuestras intervenciones en el marco de la emergencia sanitaria.

Bibliografia consultada

  • DURKHEIM, EMILE, (1897). De la division du travail social, PUF, Paris.
  • GONZÁLEZ REY, FERNANDO, (2008). Subjetividad social, sujeto y representaciones sociales. Diversitas, 4(2), 225-243. Recuperado en 25 de abril de 2020, de http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-99982008000200002&lng=pt&tlng=es.
  • MERTON, ROBERT KING, (1949).  Social theory and social structure, The Free Press, New York.

Octubre de 2020