El siguiente documento fue elaborado con el motor de la lectura bibliográfica del texto “¿Qué posición debe tener el Trabajo Social en tiempos de pandemia?” (Barg, 2020).
Queda claro que nuestro quehacer profesional ha sido seriamente impactado
por la realidad que atravesamos por estos días. En particular, el trabajo social
hospitalario se ha visto interpelado no sólo por la atención de las personas afectadas
por la pandemia sino por los cambios a nivel social, económico, psicológico, laboral,
habitacional, cultural que atraviesan los sujetos con quienes construimos
intervenciones, cambios que se ven reflejados en sus vidas cotidianas.
Aquellas teorías que explicaban (o intentaban explicar) nuestras intervenciones
parecieran insuficientes para el momento actual. Nos topamos con realidades que, si
bien no nos son ajenas, como la pobreza e indigencia, la vulnerabilidad económica y
habitacional en sus distintas dimensiones, ahora adquieren nuevas formas y por lo tanto
requieren una redirección de las estrategias a co-construir y abordajes oportunos al
contexto actual.
Desde el Servicio de Trabajo Social y la Residencia de Trabajo Social en Salud
Pública del Hospital Lagomaggiore de Mendoza, entendemos que debemos poner en
cuestión los diagnósticos y categorías explicativas que utilizábamos hasta hace apenas
dos meses. Ya en ese momento no muy lejano, las políticas de corte neoliberal
desnudaban situaciones de precarización de las condiciones laborales de los/ las
trabajadores/as de salud, implementación de políticas regresivas, recorte de gasto
público, entre otros.
Es así que la medida de aislamiento social visibiliza con mayor intensidad
situaciones de violencia, de consumo de sustancias, problemáticas en relación a los
vínculos familiares, profundización de los problemas laborales y por ende, de acceso a
la alimentación, salud, vivienda, transporte, condiciones de vida.
En consecuencia, el impacto del aislamiento social preventivo y obligatorio
dictado por el Gobierno Nacional también deja su marca en los/ las trabajadores/as de
salud en nuestro caso. La tensión aumenta, las variaciones son permanentes en la
institución. Cambia la normativa, cambia el paisaje del hospital, mutan los motivos de
consultas y se incrementa la necesidad de respuesta en otras áreas. Sin contar que éstas
deberían ser resueltas con instituciones trabajando con horarios y personal reducido.
Ante estos cambios que transitamos, queremos aprovechar para crear y crearnos
oportunidades de crecimiento y aprendizaje y generar condiciones que mejoren lascondiciones de trabajo seguro (Correa, Quinteros, Roslan Angeloni, Varela, & Molina ,
2018), realizando propuestas que nos permitan contrarrestar los efectos que produce la
pandemia Covid 19.
Hemos pensado las siguientes ideas guía que pueden dar lugar a otras a futuro:
- Desarrollar instrumentos organizativos que permitan afrontar la tensión
generada por la pandemia. Estos son:
1- modelos de triage para las diversas áreas
de intervención hospitalaria;
2- algoritmos para la atención del área de medicina
interna a fin de facilitar las intervenciones;
3- desarrollar un folleto con
información relevante conteniendo contactos de interés, precauciones y
cuidados que deben tener las personas internadas al momento del alta
hospitalaria en el contexto de la pandemia.
- Valorar y ponderar nuestros diagnósticos sociales, instrumentos y técnicas por
los cambios que produce el aislamiento social preventivo y obligatorio.
Tener en cuenta que el escenario es cambiante, dinámico y debemos estar
vigilantes en revisar los protocolos y documentos que dicta la institución, el
ministerio y los organismos públicos que nos rigen.
- Propiciar momentos de distensión entre los/ las colegas, pudiendo destinar un
breve espacio de tiempo diario (siempre que las obligaciones lo permitan) a
dialogar sobre temas que no tengan que ver con nuestra profesión, nuestro
trabajo diario y la pandemia.
Como conclusión, creemos que debemos incrementar valores como la
solidaridad, la empatía y la co-responsabilidad. Ello, teniendo en cuenta que el escenario
que atravesamos en esta emergencia sanitaria declarada por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) generará cambios profundos, significativos y probablemente,
permanentes no sólo en nuestros estilos de vida sino en el quehacer profesional del
Trabajo Social.
La nuestra es una profesión que vela casi de forma permanente por el bienestar
de nuestros usuarios, por mejorar su calidad de vida, por alcanzar más y mejores niveles
de acceso a derechos y construcción de ciudadanía. Pues en este momento de
emergencia sanitaria –y también emergencia social–, es necesario realizar acciones
tendientes a cuidar y cuidar-nos. El proceso salud – enfermedad – cuidado (Linardelli,
2018) nos interpela hoy más que nunca, trabajando el cuidado no sólo desde una
perspectiva del sistema sanitario sino cuidado como hecho familiar, comunitario, social.
Nuestra profesión, nuestro espacio de trabajo, es también nuestra comunidad. De allí
que las propuestas que pensamos en este texto tiendan a poner foco no sólo en nuestros
usuarios sino fundamentalmente en nosotros mismos. Tan sencillo como cuidar a los
que cuidan.
Referencias
- Barg, L. (2020). El Otro Diario. Obtenido de http://www.elotro.com.ar/que-posicion-debe-tener-
el-trabajo-social-en-tiempos-de-pandemia/
- Correa, A. G., Quinteros, G., Roslan Angeloni, Y., Varela, V., & Molina , C. (2018). Condiciones de
Trabajo de los Trabajadores Sociales que se desempeñan en hospitales públicos del Gran
Mendoza. Un análisis a partir del concepto de Trabajo Decente. Obtenido de
http://colegiotsmendoza.org.ar/secretaria-de-formacion/
- Linardelli, M. F. (2018). La Salud de las Mujeres y sus trabajos. Convergencias entre la medicina
social latinoamericana y la teoría feminista. RevIISE - Revista De Ciencias Sociales Y
Humanas, 12(12), 147-161.
Abril de 2020