LUNES ¤ 5 ¤ MARZO ¤ 2001

¤ Se va a descargar la gente que está en el límite de la miseria: Sánchez Navarro

"Prospera el zapatismo por la desigualdad"

¤ Señala que el presidente Fox debió esperar más para buscar un encuentro con el EZLN

DAVID ZUÑIGA

Contra sus hábitos de hablar pausado y respuestas meditadas, Juan Sánchez Navarro contesta de inmediato cuando se le pregunta si organizará otra reunión con integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), como lo hizo hace dos años.

"¡No! ¡En absoluto! Es más, le voy a decir a mi familia que no salga de su casa. No sé en qué pueda parar esto. El fenómeno de Marcos y los zapatistas es verdaderamente impresionante, y en su gira puede venir acompañado de un verdadero torrente de gente".

A través de los ventanales de su oficina, ubicada en el piso 19 de la torre del Grupo Modelo, en Polanco, Sánchez Navarro tiene una envidiable vista de la ciudad. "Los contrastes son el gran problema de México. Ahí está la miseria (apunta hacia el sur) y acá la riqueza (señala hacia las Lomas de Chapultepec, parte del México que resguarda sus temores con autos blindados, alarmas por doquier y guardaespaldas entrenados en Estados Unidos e Israel)".

"El subcomandante Marcos y los zapatistas expresan el deseo de esta gente de salir de la miseria. El zapatismo prospera, y lo vemos en esta manifestación, porque hay unas diferencias económicas terribles entre fortunas inmensas, algunas no muy bien habidas, y la pobreza, sobre todo en el sur del país".

El 19 de marzo de 1999 Sánchez Navarro organizó, "porque me dio la gana", un desayuno en el Club de Industriales, al cual acudieron funcionarios, periodistas, empresarios, dirigentes políticos y tres integrantes de la delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que viajó a la ciudad de México a promover la consulta nacional sobre derechos y cultura indígenas. Sus nombres eran Marcos, Ramón y Regina.

La directiva del Club de Industriales se opuso a esta reunión e incluso amenazó con expulsar a Sánchez Navarro, pero todo quedó en un extrañamiento.

Discurso inconsistente

Aquella reunión, recuerda el vicepresidente de Grupo Modelo, no cumplió sus expectativas, en primer lugar porque esperaba ver al subcomandante Marcos; segundo, porque el discurso de los representantes zapatistas no le pareció muy consistente. Lo que más recuerda de aquella ocasión fue el debate que se dio cuando su esposa, María Teresa Redo, reprochó a los indígenas haber acudido con los rostros cubiertos. Rosario Ibarra de Piedra, activista por los derechos humanos, y el periodista Julio Scherer le respondieron que los indígenas se cubrían la cara no por falta de honestidad ni por desatentos, sino, entre otras razones, para evitar que los identificaran y los asesinaran a ellos y a sus familias.

Dos años después, Sánchez Navarro no está dispuesto a intentarlo de nuevo. Es más, tiene temor. "Se va a descargar la gente humilde que está en el límite de la miseria y eso es un problema de orden público que quién sabe en qué pueda parar".

-Entonces ¿cuál es la repuesta? ¿Encerrarse a piedra y lodo?

-Lo que pienso es que Vicente Fox no debió haber iniciado una relación tan directa con el EZLN, sino más adelante. El contacto fue a destiempo. Ojalá salga bien, pero también puede producir problemas muy serios.

"Yo hubiera tenido un tratamiento distinto. El EZLN ya estaba rodeado por el Ejército, y los elementos de la izquierda mundial que los apoyaban ya se habían separado; lo que en el mundo se conocía como zapatismo apenas pintaba, y ahora congreso-nurio9 ya ve cuántos extranjeros han venido".

-¿Fue un error de estrategia de Fox?

-Yo no quisiera hablar de error porque no quiero que se interprete mal, pero creo que fue fuera de tiempo. Si estas acciones se hubieran pensado en dos o tres años, quizás tendríamos otras perspectivas. Fue una cuestión de timing que puede provocar choques graves.

-Pero ya están por llegar. ¿Y ahora?

-Pues hay que recibirlos, no tiene remedio, pero creo que puede ser peligroso si Marcos no controla a la gente.

Fundador y ex presidente de organismos empresariales (la Confederación de Cámaras Industriales, la Confederación de Cámaras de Comercio, el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios), Sánchez Navarro criticó en su momento la relación "simbiótica" entre el actual presidente del CCE, Claudio X. González, y el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Asimismo, ha alertado contra el "amasiato" entre Estado y empresarios, propio de los regímenes fascistas.

No obstante lo anterior, ve con buenos ojos la inclusión de hombres de negocios en el gabinete de Vicente Fox, y descarta que eso pueda ocasionar conflictos de intereses. En el pasado, justifica, los empresarios se relacionaban con el gobierno priísta porque no había alternativa. Era -parafrasea a Vargas Llosa- una dictadura perfecta en la cual un grupo fijaba la dirección de la vida nacional.

-Algunos sectores ven en la integración de empresarios al gabinete de Fox el riesgo de que, una vez en el poder, se sirvan con la cuchara grande.

-No conozco a todos los de su gabinete. Yo tengo la impresión de que la decisión del presidente Fox al nombrar a sus secretarios ha sido muy rigurosa y que ha pensado en la capacidad y honestidad de la gente. Sinceramente, no creo que se repitan las fórmulas de corrupción de regímenes anteriores. Los miembros del gabinete son gente de primera en sus respectivos sectores, y eso me da una gran esperanza.

"Ya no se trata de corromper a funcionarios para tener ventajas competitivas; se trata de que cada quien lleve a cabo su función en una relación natural". No obstante, reconoce que los viejos hábitos tardan en desaparecer: "ni los empresarios ni los funcionarios somos ángeles ni perfectos, pero en general percibo una relación nueva, cada quien en la esfera que le corresponde".

También rechaza que el de Vicente Fox sea un gobierno de y para empresarios: "yo francamente creo que el Presidente ha hecho una distinción muy clara. El fue presidente regional de la Coca-Cola y conoce bien a los empresarios. Creo que ellos ya no van a intentar corromper a los funcionarios; van a hacer un examen de conciencia y a darse cuenta de que son otros tiempos, que debemos buscar que nuestros negocios por sí mismos salgan adelante, no al amparo de la relación política. Quien quiera tener una empresa ligada con el gobierno por medio de la corrupción está destinado a fracasar".

-El presidente Fox ha llamado a los empresarios a involucrarse más en el desarrollo del país, a financiar proyectos de crédito e inversión y a apadrinar comunidades, pero no se ha visto una respuesta clara.

-El empresario tiene que estar absolutamente vinculado, sin corrupción, con el Estado; señalar las pautas para el desarrollo de la economía. A mí no me gusta el Estado empresario. Los políticos, a la política; los empresarios, a sus empresas, pero con buenas relaciones.

-¿No hay riesgo de que el Consejo Coordinador Empresarial se polarice, que las micro, pequeñas y medianas empresas busquen otro rumbo por considerar que este consejo no responde a sus expectativas ni a sus intereses?

-Para eso existen la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación y las cámaras que representan a los empresarios de menos importancia económica. Los grandes deben tener su representación. Las organizaciones empresariales deben volverse sobre sí mismas y replantear su papel en la nueva situación política. Tal vez surjan otro tipo de organizaciones; quizás se corrijan los vicios naturales que ha habido en estas instituciones.

-Durante décadas la democracia fue, al menos en el discurso, una demanda de las organizaciones empresariales, pero puertas adentro se mantenía el esquema piramidal.

-Yo creo que sigue siendo así en mucho organismos, pero es una de las cosas que hay que cambiar. Yo tengo para mí una idea que escuché hace muchísimos años en la Sorbona de París: la primacía de la política. Cuando lo político está torcido, tuerce todo; cuando lo político está limpio, las cosas se enderezan.

Recuerdos de España

Sánchez Navarro da por terminada la entrevista porque tiene una cita, pero antes relata una de sus anécdotas favoritas: cuando era un estudiante becado en España viajó a Santander a tomar un curso de verano. Al estallar la revolución, la ciudad cayó en manos de la Federación Anarquista Internacional (FAI), que llegó en busca de estudiantes falangistas.

Sánchez Navarro intentó convencer a los anarquistas de que era mexicano, no español. La FAI le dio dos meses para comprobarlo, pero mientras llegaba su pasaporte tuvo que estar en las filas de los anarquistas. Finalmente, su familia le consiguió un pasaporte diplomático y Sánchez Navarro pudo marcharse a Italia y luego a París, pero reconoce que le hubiera gustado volver a España a combatir.

-¿De qué lado?

-Pues con los falangistas, desde luego. Yo era reaccionario... ¡Soy!