Del Orden Social a la
nueva fragmentación de la Sociedad
En este caso,
los últimos hombres de esta fase de la civilización
podrán aplicarse esta frase: especialistas sin espíritu,
gozadores sin corazón. Esas nulidades se imaginan haber
alcanzado una etapa de la humanidad jamás alcanzada
anteriormente |
Max Weber |
Trabajo Social, Historia, Orígenes
Interrogarse
acerca de la historia del Trabajo Social y de las disciplinas que
intervienen en lo social, implica dirigir las preguntas a diferentes
objetivos.
En
principio, las mismas se orientan hacia el contexto, la vigencia o
preponderancia de paradigmas explicativos propios o que provienen de
diferentes campos de conocimiento, es decir, las distintas formas de
comprender y explicar los problemas sociales. Por otro lado, las
preguntas se dirigen hacia las características de la
intervención. Esta se encuentra signada por los diferentes
perfiles de demanda hacia la Intervención en lo Social, las
reglamentaciones, normas y disposiciones que le fueron dando
legitimidad, la opción por determinadas formas de intervención
y la existencia de formas típicas y definidas de la misma.
También,
se trata de intentar responder ¿cómo a través
de éste se corpus de conocimiento y de prácticas se
constituyeron sujetos de conocimiento ?
En
definitiva y desde diferentes perspectivas , la reflexión
histórica implica una serie de cuestiones ... En este
sentido, la superación de los problemas de la investigación
no se limita al desvelamiento de los nexos entre los hechos, sino
implica, la reconstrucción de lo real teniendo por base
categorías comprensivas y explicativas. Esas categorías
de análisis son formulaciones intelectuales, que tienen su
fundamento en la realidad; son el producto de la articulación
entre realidad y pensamiento. En ese proceso, el pensamiento toma lo
real y lo reconstruye reproduciéndolo como totalidad del
pensamiento- como representación. Es una construcción
intelectual que expresa las formas de existencia y el movimiento de
lo real. Son, todavía producto de las condiciones
históricas: una misma categoría en sociedades
diversas adquiere diferenciabilidades, tornándose o mas
compleja, o secundarizándose... (Veras Baptista, M:
P: 9)
El
Trabajo Social se fue construyendo históricamente en base a
una serie de cuestiones que podrían sintetizarse
conceptualmente como discursos de lo Otro. Estos se
constituyeron dentro de la modernidad como fundamentos y aplicación
del disciplinamiento de determinados sectores de la sociedad.
El
disciplinamiento es fundamentalmente la organización racional
de la cotidianeidad social, este poder se fue construyendo como
hegemónico, gracias a plantear diferentes necesidades... El
disciplinamiento siempre se basa en la necesidad. Para disciplinar
hubo que resaltar distintas necesidades: la necesidad de lo nuevo,
del progreso, de la dominación y transformación
de la naturaleza, de que el hombre sometiera a través del
conocimiento y la acción a los objetos. Haciéndose así
un sujeto. Fue necesario identificar, la naturaleza
con los pueblos aborígenes, primitivos, bárbaros, o
simplemente diferentes.... (Huergo, J P:60)
El
proceso de disciplinamiento tiene varias etapas, la primera o
fundacional, que coincide con la aparición de la modernidad,
imponiendo una serie de valores aún presentes en las prácticas
que intervienen en lo social en forma naturalizada. Una segunda etapa
se relaciona mas directamente con la Ilustración, que trajo
una serie de ideas y presupuestos que se expresan también en
el presente, en la fuerte tendencia hacia la pedagogía del
otro aun vigente en muchas intervenciones.
Otra etapa,
nos plantea la organización mas eficiente del control
punitivo, a través de la aparición de los Estados
Modernos, que en el caso de la Argentina coincide con el Positivismo
y una si se quiere última etapa que se relaciona con el
desarrollismo, en términos de redisciplinamiento, como un
intento de volver a controlar y ordenar a aquellos que quedaron al
margen del progreso.
Todas
estas cuestiones se encuentran presentes en las prácticas del
Trabajo Social, a veces en forma explícita, otras, como
retazos de aquellos viejos-nuevos discursos
Por
otra parte en la historia mas reciente del Trabajo Social, comienza
a inscribirse una fuerte mirada crítica de los sentidos y
orígenes del mismo y en la actualidad se suman una serie de
interrogantes que intentan direccionar la mirada y el discurso acerca
de lo Otro de manera diferente Hoy en día, la
incertidumbre provocada por la abrupta crisis de la modernidad y de
las corrientes paradigmáticas, refuerza la necesidad histórica
de investigar la realidad, particularmente la dimensión
abarcativa de la acción social y su estrecha relación
con la naturaleza. La acción social se produce y reproduce
mediante prácticas sociales cotidianas, por lo que las mismas
son sin duda elementos empíricos de fundamental importancia
para cualquier trabajo que intente aproximarse a interpretar el hacer
humano y el desarrollo de estrategias de
transformación... (Malacalza, S.P: 42).
Estas
cuestiones nos llevan a reflexionar desde una perspectiva que
articule el pasado con el presente y que interrogue a la Intervención
del Trabajo Social.
En
principio, la intervención se relaciona con una autoridad,
autoridad que surge del ejercicio de un derecho, que es consecuencia
de un estatuto, donde el saber se transforma en poder que otorga
legitimidad.
La
intervención del Trabajo Social, como así también
de otras disciplinas fue constituída artificialmente, es decir
como espacio preconcebido de manera artificial, pero, desde los
imaginarios sociales y desde la visión que se tiene del corpus
de conocimientos y posibilidades de acción del Trabajo Social,
uno de los resultados de su devenir histórico es que ese
espacio artificial, se percibe como natural.
El
acto fundador de la intervención es la demanda, y esta se
encuentra fuertemente naturalizada. Estas cuestiones implican una
necesaria discusión acerca de la cuestión del poder,
generando nuevas preguntas como;¿quién tiene el poder
para originar la intervención y proseguir su desarrollo?; o
¿quién paga la intervención?
Así
, la intervención, también, es una forma de contrato,
donde ambas partes deben rendir cuentas.
De esta forma existe una construcción histórica de lo
que María Lucia Martinelli denomina mediaciones,
presentando algunas características importantes;...En
cuanto a categorías instrumentales que dan operacionalidad a
la acción y que penetran todos los movimientos de la práctica
social, las mediaciones presentan algunas características muy
importantes, entre las cuales se destacan que: son formas históricas
y sociales, construidas a partir de la correlación de fuerzas
que operan en la realidad. Son , por lo tanto, socialmente
determinadas y producidas al interior del contexto sociopolítico
y organizacional , lo que evidencia que no hay mediaciones prontas y
/o ideales... (Martinelli,M P:2)
De
ahí la visión de la historia de la Intervención
en lo Social desde los acontecimientos socio históricos, pero
los mismos tienen una serie de atravesamientos y condicionamientos
que no son estáticos y no se refieren solo a determinadas
épocas. Los discursos acerca de lo otro, en
términos de intervención, permanecen, de todas maneras,
casi inalterables hasta el presente.
Es
posible pensar en algunos puentes entre diferentes épocas en
tanto relaciones y construcciones discursivas.
Una
posible vía de entrada pasa por la comparación del fin
de siglo XIX y este fin de siglo, especialmente, en relación a
los interrogantes mas importantes de la época.
El
fin del siglo XIX y este fin de siglo muestran, en algunos aspectos
características similares. Ambos períodos son
caracterizados como de crisis, es decir, son entendidos como épocas
de ruptura de órdenes y equilibrios, con la consecuente
situación de incertidumbre e imprevisibilidad, acompañada
de pérdida de referencias y orientaciones.
Desde
la perspectiva del sujeto, también, las diferentes épocas
se singularizan con una percepción de que su existencia e
identidad se encuentran amenazadas, a partir de la posible
desintegración de las instituciones clásicas en las que
el individuo se socializa.
En
definitiva la crisis puede ser entendida como la pérdida de
las imágenes totalizadoras, con un fuerte impacto en las
formas de integración social.
Desde
la filosofía, nuestra época parece estar signada por
una serie de nuevos interrogantes...La filosofía de
nuestra época, entonces, parece estar absorbida por tres
problemáticas dominantes; la crítica de la verdad
objetiva, universal y necesaria a favor de múltiples
interpretaciones; la crítica del totalitarismo, y de las
políticas revolucionarias que habrán desembocado en
tales desastres, a favor de las democracias consensuales; la crítica
de un concepto universal de Bien que aplaste la pluralidad de
opiniones y formas de vida a favor de ciertos criterios éticos
de convivencia pacífica (Scavino D. P: 18).
A
su vez ambos fines de siglo se asemejan en cuanto a que las dos
situaciones de crisis muestran importantes cambios en la esfera de
lo económico y lo político, pero en especial en cuanto
a la percepción de pérdida de la totalidad, es decir
alrrededor de la problemática de la integración.
La
idea de crisis de fin de siglo XIX fue planteada, entre otros
aspectos, desde la perspectiva de la "pérdida de imágenes
totalizadoras", y la búsqueda desde diferentes campos y
sectores de resolver esa falta.... Las últimas
décadas del siglo XIX, marcarán un profundo punto de
ruptura en la imagen predominante sobre lo social, hasta entonces
tensionada entre la visión optimista del progreso- herencia de
la Ilustración-y la crítica romántica y de raíz
conservadora que idealizaba un pasado de armonía comunitaria
basada en las tradiciones... (Portantiero, J. P:5)
A
su vez, la Crisis de fin del siglo XIX, fue generadora de
interrogantes para dos grandes discursos teóricos que
intentaban resolverla; la Sociología Clásica y el
Socialismo.
En este fin de siglo nos encontramos con interrogantes similares,
prácticamente los mismos que dieron origen al surgimiento de
las Ciencias Sociales. Estos interrogantes se relacionan básicamente
con la fragmentación de la sociedad.
Tal vez, la crisis de la modernidad impacte fuertemente en las
prácticas y dominios de saber que intervienen en lo social.
Pero, esta crisis no se nos presenta como reciente, está
inscripta en la naturaleza misma de la profesión en tanto sus
formas de institucionalización en este siglo, que devienen de
las construcciones previas de la misma y que hacen a su prehistoria .
Como así también en un origen signado por la
ambivalencia que tiene su emergencia en los inicios de la
Intervención en lo Social.
El
Trabajo Social , ya instituido como práctica profesional surge
de la necesidad de reparar fracturas sociales, desde un espacio
presentado como neutro, casi a histórico , reparaciones que
no alteraban en lo esencial la lógica de fondo que las
generaba, en una especie de entrecruzamiento entre las nacientes
ciencias sociales y la filantropía...Es como si el
Trabajo Social se hubiese movido desde su institucionalización,
en el último tercio del siglo XIX (en el marco del Estado
Interventor), en el interior de una ambivalencia que se ha
perpetuado hasta la actualidad: era preciso promover el cambio pero
sin alterar el orden; era necesario intervenir pero sin que los
especialistas en la práctica llegasen a poseer las claves
últimas de su intervención (Alvarez Uría,
F/ Varela, J PP:170/171)
En
el transcurso de este siglo, con el desarrollo del Estado de
Bienestar como resolución a la problemática de la
integración y en especial a partir del corpus teórico
Parsoniano, revivieron las formas del disciplinamiento , a partir de
un fuerte sustento en las Políticas Sociales...El
desarrollo profesional del Trabajo Social, se dio simultáneamente
con la imbricación de esas dos líneas evolutivas y con
sus modificaciones particulares. O sea, se operó en un campo
cultural ideológico que registraba un movimiento entre las dos
tradiciones y otro , situado en la relación entre cada una de
ellas y las nuevas configuraciones cultural ideológicas que
surgían de sus respectivas periferias... (Netto, J.
P:117)
En
síntesis, desde los orígenes y con mayor desarrollo en
este siglo, las modalidades de intervención del Trabajo Social
han oscilando entre el disciplinamiento y la integración.
Algunas
de las cuestiones mencionadas tienen bastante actualidad; así
todavía prevalece dentro de muchas instituciones el lugar
normativo del Trabajo Social "El informe de ambiente deberá
ser efectuado por Asistente Social y consignará entre otras
circunstancias: escolaridad, la vivienda, la ocupación,
situación moral y económica del menor grupo familiar"
(Ley de Menores de La Provincia de Buenos Aires). Así, la
aplicación de este mandato institucional reconoce sus orígenes
en gran parte en los primeros procesos judiciales llevados adelante
en la Provincia de Buenos Aires durante el Siglo XVIII.
De
ahí que se haga necesario conformar un marco conceptual
diferente que se exprese en nuevas categorías de análisis
de la realidad, que se traduzca en un nuevo esquema metodológico,
en nuevos instrumentos de acción. De esta manera, las
teorizaciones que podamos realizar, como así también su
aplicación concreta en la práctica podrían dar
en el futuro al Trabajo Social un espacio distinto y fundamentalmente
acorde con nuestra realidad.
Tal
vez al Trabajo Social, le ocurre lo mismo que a la psiquiatría
hace 50 o 60 años, cuando nada podía producir por estar
encerrada dentro del estrecho margen de los muros manicomiales. Al
desprenderse de éstos y salirse, si se quiere momentáneamente
del carácter punitivo, logró producir importantes
aportes que aún hoy son utilizados.
Lo
normativo, el orden asimilado y el control social funcionan como
condicionantes, como restricciones, como muros contenedores, para la
elaboración de nuevos encuadres y nuevas maneras de afrontar
el trabajo cotidiano.
Muros,
en definitiva, que impiden mirar mas allá, pero que
fundamentalmente dificultan una lectura del origen.
De
ahí, que la mirada hacia la génesis del Trabajo Social,
en tanto la constitución de su prehistoria, se constituye en
un instrumento que nos permite visualizar lo viejo inscripto en lo
nuevo.
Por
estas razones, el Trabajo Social debe salirse de lo normativo,
buscando caminos de articulación social, revisando
históricamente la constitución de las diferentes
estigmatizaciones que caracterizan a quienes son sujetos, tanto a
nivel grupal, individual o comunitario de la práctica
cotidiana.
Fin
de Siglo XIX , el Estado y el Trabajo Social
La
manera de resolución, que planteaba una centralidad del
Estado, como necesario ordenador de sentidos, comienza a emerger a
fin del siglo XIX.
En
este aspecto, la situación actual, no muestra esa forma de
respuesta. Mas bien, y sobre todo si pensamos en acontecimientos
ocurridos en la última década, el Estado presenta una
serie de nuevos interrogantes, que como una forma de resolución
de la crisis actual, aunque se desprende su necesaria reaparición.
Esta
plantea nuevos preguntas que van desde la recomposición de las
identidades colectivas y especialmente, en cuanto a la globalización
de los mercados y su posible efecto en el deterioro de los Estados
Nación. Así la globalización es homogénea
por arriba y produce fragmentación hacia abajo.
A
fines del siglo XIX se produce la primera crisis del sistema
capitalista con fuerte influencia a nivel mundial. Esta traerá
importantes cambios que incidirán en gran cantidad de aspectos
que van : desde la vida cotidiana, hasta la propia conformación
de los Estados, pasando por las diferentes explicaciones que en ese
caso, las Ciencias Sociales intentarán dar.
Es
en esta etapa, cuando también pueden ubicarse antecedentes de
la Sociología, y su relación con la crisis del siglo
XIX, desde la perspectiva de intentar comprender los nuevos
conflictos que se dan en la sociedad y también, tratando de
impulsar reformas que sirvan para que se mantenga el orden
constituido."Para esa Sociología clásica, el
bien, no es ni la armonía con el orden del mundo o con las
leyes divinas y ni siquiera con la producción de un orden que
ponga freno a las pasiones y a la violencia, sino la contribución
de un actor- o mejor de un órgano- al funcionamiento del
cuerpo social"... (Touraine, A.:P:345)
A
su vez, la emergencia del Socialismo a partir de los acontecimientos
de la década de los setenta con el importante apoyo que obtuvo
en la clase obrera europea, derivará en poco tiempo, en la
formación de los grandes Partidos Socialistas y las Centrales
Sindicales. De esa manera, cobrará relevancia otra tradición
que intentará marcar la forma de resolución de la
crisis , desde el discurso Socialista.
De
esta forma nos encontraríamos con dos perspectivas que
plantean la resolución de la crisis; una que parte de la
sociología clásica y otra que parte desde el
socialismo. Ambas aportarán diferentes concepciones acerca del
Estado, planteándolo como forma de recomposición de la
"totalidad perdida", desde un lugar de ordenador de
sentidos. Ambas tradiciones de pensamiento, encontrarán
algunos puntos de diálogo y encuentro, compartiendo
preocupaciones similares, en especial en cuanto a la lucha contra el
individualismo y el utilitarismo...sociología y
marxismo occidental compartieron un campo común de
preocupaciones en el combate contra el utilitarismo y el
individualismo y en la identificación de un malestar social
acerca del cual el credo positivista no podía dar respuesta. Y
en esa perspectiva y tanto Lukács (el de Historia y
Conciencia de Clase) cuanto Gramsci, en el derrotero total de su
pensamiento, fueron quienes desde el marxismo lograron reformularse
algunas preguntas originales de la nueva sociología, en una
clave diferente a la de la naturalización de lo
social... (Portantiero,J.P:3/4)
Un
posible plano de análisis en relación con la crisis del
sistema capitalista a nivel mundial a fines del siglo XIX , se
relaciona con el deterioro de la figura de la libre empresa. En
especial, lo que se criticaba era la noción de mercado como
de un mecanismo de autorregulación desde los denominados
"automatismos del mercado".
Esto
muestra el inicio de una etapa de intervencionismo estatal que
comenzará justamente en esta época.
El
mundo ordenado por el liberalismo parece encontrar su etapa final con
el consecuente inicio de las intervenciones del estado. A su vez ,
este "fin del mundo liberal" traerá nuevos
reordenamientos de lo teórico, de donde surgirán nuevos
pensamientos .
Las
intervenciones del Estado, en sus primeras etapas , no se darán
desde la perspectiva aún no desarrollada de lo que más
tarde va a ser el Estado de Bienestar, sino en relación con la
búsqueda de protección de los intereses de las
burguesías locales, en el marco de los Estado Nación.
Estos,
que se habían construido en un momento de apogeo industrial,
dan, también, las bases para un posible nacionalismo agresivo.
Todos
estos acontecimientos repercuten rápidamente dentro de la
esfera del Estado, el que debe reacomodarse ante los nuevas
realidades.
Otro
elemento relevante que también va a mostrar cambios, por ahora
futuros en esa etapa, en la esfera de los estados, se relaciona con
la idea de democracia. Ya en los inicios de este siglo, otro punto de
la crisis se expresaba en las dificultades de articulación
entre democracia y liberalismo, esta también va a comenzar a
ser resuelta dentro de la esfera del Estado, y desde allí
también puede leerse el origen del Estado de Bienestar, desde
la perspectiva de un compromiso de intervención en función
de mantener no disuelta esa síntesis.
En
definitiva, las primeras intervenciones del Estado dentro de la
economía, van a conformar los esbozos iniciales de lo que más
adelante se denominó "Estado de Bienestar".
El
fin del Siglo XIX, puede ser asociado también con la
finalización de una etapa de certeza y el inicio de un período
de incertidumbre, que comienza a desaparecer con el fin la Primera
Guerra Mundial. En otras palabras se lo podría relacionar con
una primera gran crisis de la modernidad.
Esa
etapa de incertidumbre se asemeja con el momento actual, en
particular si la relacionamos con la idea de un mundo que se
"fragmenta", relacionada con a la crisis de las formas de
integración social, o en cuanto a actores, identidad y la
falta de respuestas totalizadoras.
La
cultura del fin de siglo XIX, tratará también de dar
respuestas a una crisis de valores, que se vinculará con la
idea de malestar. Implicaba también una crítica al
Positivismo, desconfianza con respecto a la idea de progreso, con una
consecuente revalorización de la subjetividad.
La
resolución a la incertidumbre y el reencuentro con la
totalidad se va a construir en gran parte apoyada en los Estados
Nación.
El
siglo XX puede caracterizarse hasta la época actual como el
siglo de los estados nación, hoy en crisis.
A
su vez, la cultura del fin del siglo XIX, como producto de la crisis
posibilita que surjan autores , como ; C. Marx, S. Freud, F.
Nietzche, M.Weber, E. Durkheim etc., que desde distintas perspectivas
planteaban un posicionamiento diferente a los ideales de la corriente
de pensamiento Positivista Clásico, una crítica desde
diferentes aspectos a la noción de progreso y en alguno de
ellos una importante revalorización de lo subjetivo.
Se
critica, la relación anteriormente pensada como inevitable
entre las ciencias humanas y las naturales, esta ya no podía
dar cuenta ni aportes para resolver la problemática de la
integración, es decir recomponer un mundo fuertemente
fracturado.
Se
desconfía en cuanto a la comparación cultura-ciencias
naturales. En este aspecto, podría plantearse que la ruptura
naturaleza-sociedad, no se separa de la ruptura entre sociedad y
mercado.
A
su vez, el reconocimiento de una crisis del mercado, implica también
la necesidad de intervención de una voluntad política,
de esa forma ,se "desnaturaliza", la economía.
La
idea de Progreso indefinido asociada con el bienestar, comienza a ser
cuestionada, en diferentes campos.
Weber, es uno de los autores que percibe esta cuestión y desde
la fractura de la anterior totalización construye su
pensamiento. En este caso como en otros autores puede leerse su obra,
como un intento de recuperación de una totalidad perdida y
fragmentada.
Para
el discurso socialista, la crisis es visualizada como un síntoma
o indicador del colapso del capitalismo y un anuncio de su fin.
La
crisis, traerá dentro de este campo la idea de un capitalismo
transformado que, en el caso de Lenin, se planteará al
imperialismo como etapa superior de éste. Pero, por otra
parte,... el reemplazo de la totalidad por la fragmentación,
de las certezas por la incertidumbre, del optimismo racionalista por
el malestar psicológico y por la inquietud
social....contribuirán a un replanteo de la noción de
comunidad como respuesta al mundo escindido del
contrato... (Portantiero,J P:4)
Todas
estas características, relacionadas con el fin del siglo XIX,
muestran el fin de una etapa de certezas, y el comienzo de una etapa
de incertidumbres que va a terminar luego de la Primera Guerra
Mundial.
Luego
de la primera post-guerra, se afirma esa necesidad de re ordenamiento
del espacio de lo teórico y que se había insinuado a
principios de siglo. El impacto de la Revolución Bolchevique
de 1917, puede entenderse desde esta perspectiva como una vuelta a
las discusiones de principios de siglo. El fin de la Primera Guerra
Mundial, trae la reafirmación de la necesidad de esas
recomposiciones anteriormente anunciadas.
Desde
la esfera del Estado, pueden encontrarse caminos diferentes;
Comunismo, Estado de Bienestar tienen un común denominador
que es que ninguno de ellos plantea una vuelta hacia atrás en
la historia, sino una forma de proyección hacia adelante.
En
otras palabras, no se plantea volver a un antiguo orden como manera
de resolver la crisis, sino de elaborar nuevas modalidades donde el
Estado tiene un papel diferente y relevante. En este aspecto, la
situación puede entenderse como novedosa, en el sentido que en
situaciones similares en el siglo XIX, gran parte de la resolución
de los inconvenientes eran planteados desde la perspectiva de "volver
hacia atrás", planteando necesarias restauraciones de
órdenes que habían sido derrotados o cancelados por los
acontecimientos políticos y sociales.
En
definitiva, durante la primera Post-Guerra Mundial, comienza a
reafirmarse la centralidad del Estado-Nación como ordenador de
sentidos, es desde allí donde se construyen las respuestas a
la crisis y su posible resolución. De esta forma las
recomposiciones se centralizaron en el Estado. Las diferentes formas
que este adquirió en la URSS,en los Movimientos Nacionales
Populistas, o en el Estado de Bienestar, muestran el orden de esa
recomposición. En especial, si se quiere, desde la idea donde
el Estado de Bienestar se presenta como una forma de igualar desde lo
jurídico los desniveles existentes dentro de la propia
sociedad.
En
definitiva, la aparición de las nuevas modalidades del Estado,
ligadas al intervencionismo, el sustento de la síntesis que da
forma a la democracia y la resolución de inconvenientes
relacionados con los problemas del fin del siglo XIX, puede
relacionarse con la crisis de la Economía de Mercado , la idea
de autoregulación de éste y la necesidad de reafirmar
una idea de proyección hacia el futuro, donde se confirmen ,si
se quiere, muchos de los presupuestos de la modernidad.
Es
en este contexto signado por la visión de resolución
estado céntrica de la problemática de la fragmentación
, donde el Trabajo Social surgirá con gran fuerza y
desarrollo.
Pero,este surgimiento no
es de la nada, está cargado fuertemente de todos
los condicionamientos previos que fueron analizados en el transcurso
de este trabajo.
De ahí el carácter
de <disciplinamiento-inserción>, planteado como una
contradicción, que se gesta en los orígenes de la
profesión. Esta contradicción se expresa hoy como
malestar dentro de este campo, desde la perspectiva de un enunciado
neutral de la práctica, que básicamente omite las
contradicciones del origen y su fuerte carácter coercitivo.
El estado y el Fin del
Siglo XX
Las
maneras de resolución de la crisis de fines del Siglo XIX y
principios del XX, eran planteadas, desde la esfera del Estado desde
posiciones universalistas, con una modalidad de recomposición
"estado-céntrica", donde el principio de unidad se
centró en el Estado-Nación.
Luego
de la II Guerra Mundial, se genera cierto nivel de confianza y de
perspectivas de futuro, que pueden ser vistas desde la reconstrucción
de Europa y Japón, el desarrollo de propuestas modernizadoras,
la existencia de movimientos de descolonización; la puesta en
marcha de Estados nacional Populistas en América Latina con
fuertes desarrollos del Estado de Bienestar.
A
partir de la década de los setenta, comienzan a observarse
dificultades de diversa índole. Estas pueden caracterizarse
como síntomas de la crisis de fin de siglo. La idea de pérdida
de la totalidad, la caída del denominado "socialismo
real",la crisis de los grandes discursos y la propia crisis de
los Estados de Bienestar.
En
otras palabras ,parte de la crisis de los Estados de Bienestar,
puede entenderse como efecto de la denominada crisis de la
Modernidad, donde, sin dejar de lado los atravesamientos económicos
y políticos, es posible pensar la crisis del Estado de
Bienestar, relacionada con una crisis de "sentidos", es
decir no solo de recursos, sino de los marcos constitutivos y
justificativos de éste.
Esto,
implica la necesaria revisión de las diferentes dimensiones de
la Modernidad, tanto desde el plano de lo Político, como desde
lo Económico, lo Social o lo Cultural.
En
especial desde las nociones de Progreso, Sujeto y Libertad, en tanto
a su relación con los diferentes discursos de las ciencias
sociales.
La
idea de progreso, relacionada con la valoración positiva del
cambio o de lo nuevo, sintetizada en que lo porvenir es" mejor",
por el sólo hecho de no ser y estar mas adelante en una recta
ascendente e infinita. O la concepción de Modernidad
relacionada con la conciencia de una época, que se relaciona
con el pasado, a partir de considerarse a si misma como el resultado
de una transición de lo antiguo a lo nuevo. La Modernidad
sería desde Habermas, un proyecto incompleto .
La
modernidad plantea una idea lineal de progreso, ascendente sostenido
e ilimitado, sintetizado en la identificación hegeliana de
razón y realidad.
La
razón moderna se construye en cuanto a razón
matemática, de manera cuantificadora e instrumental, mediante
la formulación de leyes, o sea el establecimiento de
relaciones causales necesarias y constantes entre la naturaleza y los
fenómenos. La noción de ley, expresada en términos
matemáticos, es fundamental para la ciencia moderna.
El
planteo que..."La vida de una Sociedad, se basa en la
interiorización de normas , la correspondencia entre las
instituciones que elaboran y hacen respetar las normas y las
instituciones encargadas de socializar a los miembros de la
colectividad, especialmente a los recién llegados, niños
o inmigrantes"... (Touraine,A.:P.345), marca que estas ideas
no solo dieron forma a la constitución de la Sociología
desde la perspectiva de A. Touraine, sino que forman parte
significativa de las "misiones" del Estado, y las
Instituciones, circunstancias que se hacen mas relevantes dentro de
la esfera del Estado de Bienestar.
Esas
ideas se vinculan fuertemente con la Modernidad, las Ciencias
Sociales y el Concepto de Estado de Bienestar.
Es
tal vez, allí donde podrían ubicarse algunos puntos de
la crisis de "sentidos" de éste. Desde los trabajos
de Habermas; la denominada crisis de la Modernidad, se relaciona con
la integración sistémica, la crisis de valores, crisis
de identidad y crisis de legitimidad. Todas estas cuestiones afectan
de una u otra manera la esfera del Estado de Bienestar.
Desde
una perspectiva económica, la crisis de los Estados de
Bienestar, puede leerse desde acontecimientos que comienzan a
desencadenarse en la década de los setenta. Estos van desde
una disminución de la financiación "facilitada"
del desarrollo, la Crisis del Petróleo, la elevación
del precio de éste y el crecimiento en términos
financieros de los países árabes .
Pero,
también, la crisis del petróleo puede leerse desde otra
modalidad de impacto, es decir en relación de cómo
ésta, pone en discusión el ideal moderno del progreso
indefinido a partir de que luego de este episodio, va a comenzar a
entenderse que los recursos naturales pueden tener "límite",
no solo en cuanto a cantidad sino que también por primera vez
pueden tener "límite" desde el punto de vista de lo
político.
En otras palabras, la crisis del petróleo de 1973 , incorpora
cuestiones si se quiere nuevas y que van a ser de gran impacto en no
mucho tiempo después.
A
su vez, en este caso, la crisis del petróleo, al incorporar
"petrodólares" al sistema económico mundial,
facilita una nueva conformación del sistema financiero
internacional.
También
durante los setenta, aparecen nuevas dificultades para las sociedades
centrales, éstas se dan hacia el interior de ellas. Una
lectura posible indicaría que luego de la II Guerra Mundial,
se presentaron tasas de crecimiento nunca vistas, con intervención
del estado, en situaciones de pleno empleo y una importante
expansión.
Desde
esa perspectiva estas cuestiones implicaron una disminución de
la tasa de ganancia del Capitalismo. En la década de los
setenta comienzan a aparecer restricciones que mostrarían una
fase nueva. Al crecer los salarios mas que la productividad media de
la economía a través de las luchas sociales, con la
disminución de la tasa de ganancia , esto habría
aparejado una caída en las inversiones y una serie de
dificultades que van a impactar en el funcionamiento de las Políticas
de Bienestar y el propio Estado. Desde las nuevas modalidades
económicas, se plantea que la resolución a la crisis
pasa por políticas de disminución del salario, el
empleo con el consecuente desmantelamiento del poder sindical.
Ante
la caída del socialismo real, el capitalismo se
quita la máscara, ya no tiene un <opuesto>, a partir del
cual construir dirscursos benefactores, a los que se ve obligado,
así paulatinamente se llega a una situación donde el
salvajismo del mercado, es aplicado forma descarnada y
sin prejuicios.
Por
otra parte, la revolución Científica y Técnica,
conlleva a la producción de bienes simbólicos en
especial relacionados con las comunicaciones, y la informática
que trajo como consecuencia un proceso cada vez mas fluido de
movilidad de capitales.
La
denominada "Globalización", presentada como
característica de la década de los noventa, trae
fuertes impactos en los Estados Nación, que van hasta la
esfera de la soberanía.
El
sentido productivo del capitalismo cambia por el financiero, esto
hace a un refuerzo de la globalización, así, las
fronteras se hacen cada vez mas permeables y comienzan a generarse
impactos importantes en la esfera de los Estados Nación, que
pueden entenderse como de retroceso. La fragmentación también
se da al interior de los Estados. Así, pareciera que los
Estados Nación que dejan de ser los centros hegemónicos
de la política, para de alguna manera transformarse en
escenarios donde nuevos poderes, relacionados con la globalización
operan.
El
conjunto de Instituciones públicas que dan forma al Estado
Benefactor, destinadas a elevar la calidad de vida de la fuerza de
trabajo de la población, a reducir la diferencias sociales,
comienza a tener fuertes dificultades de financiación, con la
consecuente reducción de prestaciones y servicios. Por otra
parte el impacto de la crisis económica en la población
en general, la disminución del salario, la creciente
desocupación, implican mas y nuevas demandas que son cada vez
menos resueltas.
Anunciado
el fin del modelo Keynesiano de la economía -como forma de
intervención en el campo de la inversión y la
producción-sumado a la crisis del Estado de Bienestar, en
cuanto a sus actividades redistributivas, los Estados entran un
terreno, si se quiere novedoso en cuanto a que lo que se discute, es
sus características esenciales y mas relevantes puestas en
funcionamiento durante el transcurso del siglo. Asimismo, la idea de
Nación está fuertemente relacionada con la modernidad.
En el caso del Tercer Mundo, la reivindicación de lo nacional,
se transforma en reivindicación de democracia.
Así
la nación se presenta como el espacio político donde
podría construirse la democracia .Pero, a su vez, la nación,
se encuentra amenazada como espacio natural de las solidaridades y
del control político, situación que estaría
mostrando nuevos escenarios de fragmentación.
De
esta manera puede leerse parte de la relación entre los
Estados Nación y la crisis de la Modernidad.
Así,
surgen una serie de interrogantes que van hacia la esfera de los
Estados, pero que repercuten en forma significativa dentro de las
Ciencias Sociales dentro del marco de la denominada crisis de la
modernidad.
Ante
la parcelación del Estado, se genera una "necesidad"
de lo comunitario, que se puede explicar también desde el
repliegue de este. Consecuentemente surge una valoración de lo
privado y el mercado, este último se integra a la vida
cotidiana en una fuerte lucha por la sobrevivencia.
En
síntesis, la crisis de fin de siglo XIX, trajo aparejada una
manera de recomposición ligada al Estado Nación.
Las
características de la época y la propia crisis trajeron
como consecuencia cierto reordenamiento del pensamiento de las
Ciencias Sociales que se estructuró en gran parte dialogando
con éste .
La actualidad, muestra síntomas de otras crisis con
características similares pero también diferentes,
mientras que la perspectiva del Estado Nación , se encuentra
en la actualidad inmersa dentro de esa incertidumbre. Tanto desde la
tradición Sociológica como la Socialista, existen
dificultades para explicar la situación actual, pero es
posible tomar aportes de éstas.En definitiva la necesidad de
un fuerte e intenso diálogo entre los diferentes campos de
conocimiento.
A
su vez, si bien es cierto que existen diferentes respuestas y
posibles construcciones teóricas dentro de las Ciencias
Sociales, que dan cuenta de estos fenómenos, no han logrado,
aún, conformarse como fuertes corrientes explicativas al igual
que lo que ocurría a principios de este siglo.
La
emergencia de nuevos sucesos, en gran parte relacionados con los
fenómenos de globalización, el incremento en las
desigualdades sociales, las fuertes corrientes migratorias, el
fenómeno del desempleo, muestran nuevos interrogantes tanto
hacia las Ciencias Sociales como hacia el Estado Nación, en la
dirección de una vuelta a éste en términos de
Estado de Bienestar, pero con los nuevos condicionamientos que
imponen un mundo "globalizado" y todavía sin
indicadores que muestren la salida o resolución de la
denominada crisis de la modernidad
Pasado
y Presente de La Intervención en lo Social
En el caso del Río
de la Plata, la génesis de la Intervención en lo Social
se relacionó con una serie de factores que están
fuertemente ligados a la irrupción de la modernidad y a la
necesidad de ordenar y disciplinar una sociedad que lentamente
escribía su contrato societario. Es en ese momento, cuando la
intervención comienza a construirse, no todavía ligada
a la problemática de la fragmentación, sino con los
ideales de la Ilustración , fuertemente relacionados al
disciplinamiento . Así, el origen , se relaciona con la
metáfora del orden Ilustrado.
Los propios
acontecimientos políticos que van a comenzar a construir la
noción de ciudadanía en el Río de la Plata, se
dan dentro de una serie de pujas políticas que implican la
elaboración desde , si se quiere lo formal de nuevas formas
de división de la sociedad. Pero, también una visión
de la otredad, como peligrosa y espacio a disciplinar
desde dispositivos mas sofisticados asociados al Utilitarismo de
Bentham y a las ideas del Iluminismo tardío.
Todas estas
intervenciones desde el origen se fundan en un ideal de bien
común, en una necesidad de ordenar la sociedad, de
delimitar espacios concretos y definidos hacia los que quedaban al
margen de la misma. Pero se enunciaban discursivamente desde otra
perspectiva, vinculada con la idea de una Filantropía que
superaba la noción de Caridad de la Iglesia. Desde esa noción
de filantropía , se trataba de preparar a los otros
para que se desempeñen dentro de la sociedad. Las causas de la
pobreza o del abandono, se depositaban en los propios sujetos sobre
los cuales se intervenía, así discursivamente se los
constituía como tales. Esos discursos no solo generaron
verdad, sino que limitaron fuertemente la posible mirada
a los factores que generaban las desigualdades. Es allí donde
podemos encontrar la génesis de las contradicciones enunciadas
mas arriba, esta puja entre coerción e integración.
De todas maneras, las
formaciones discursivas no ocultaban, su visión, explicaban
con detalles la inexistencia de factores que generan desigualdad.
Se ponía el acento
en la cuestión de la educación, pero , esta era
utilizada como un instrumento de coerción, que servía
escencialmente para ratificar el carácter normativo de las
intervenciones.
Así, la escuela de
Domingo F. Sarmiento es heredera de la Sociedad de Beneficencia, y
aunque convivan ambas instituciones en largos años de
existencia, una servirá como ratificación de la otra.
Pero la escuela se
presentaba, si se quiere como una instancia superior , mas
fuertemente normativa, más eficiente en términos de
los objetivos de búsqueda de orden.
Ante la crisis de fin de
siglo XIX y la percepción de las resoluciones estado-
céntricas, las modalidades de intervención que se
mostrarán como mas eficientes, se relacionan con una
resignificación de la escuela en términos de ajustar su
contenido disciplinar.
Pero , este ajuste en la
intervención se relaciona con la emergencia de las prácticas
médico higienistas de principios de siglo, e implica una mayor
especificidad en el disciplinamiento. Este se da dentro de un nuevo
contexto donde la preocupación pasa por las caraterísticas
de la población , en tanto heterogeneidad < a partir de las
migraciones> y problemática de tipo racial asentada en la
explicación positivista.
En síntesis, la
génesis del Trabajo Social en el Río de la Plata se
vincula esencialmente con la construcción de un nuevo orden,
con características de moderno e ilustrado,
sus desarrollos, se relacionan con los acontecimientos políticos,
económicos y sociales que marcan la prehistoria de esta
disciplina .
Pero, la propia
Intervención en lo Social genera un innumerables nuevas
inscripciones que como discursos de verdad, estos, darán
formas constitutivas nuevas a la intervención en lo social.
De esta manera,
fundamentalmente, la Intervención en lo Social , fue generando
sus propios sujetos de conocimiento, los fue moldeando, articulando
con otros y clasificándolos.
Tal vez esta sea la marca
mas fuerte de la presencia del pasado en el presente. Desde la
posibilidad de visualizar que a través de la historia de la
Intervención en lo Social se van constituyendo sujetos, que
estos no son definitivos, sino que se construyen en el interior de la
historia y que en cada momento son fundados y recreados.
Mas allá de los
dispositivos institucionales, las intervenciones del Estado, las
Políticas Sociales, es desde la práctica, desde la
intervención donde se producen las creaciones y las nuevas
fundaciones de los otros.
Quizás, esta
mirada hacia la génesis de la intervención, pueda
aportar a la constitución de nuevos caminos dentro de la
intervención, teniendo presente el origen disciplinar de la
misma.
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