* Senadores advierten del peligro de pedir "soluciones de fuerza"

Elia Baltazar, Andrea Becerril y Enrique Méndez * El principal provocador en el conflicto de la UNAM es el presidente Ernesto Zedillo, quien propició el problema a partir de sus ideas de privatizar la educación y llevarla al mercado cual si fuera una mercancía, aseguró el candidato del PRD a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.

Una vez más, el tabasqueño avaló el camino del diálogo en torno del conflicto en la UNAM y se manifestó a favor de "la fuerza de la política y no de la política de la fuerza". Incluso aseguró: "Aunque perdamos electoralmente, nunca vamos a avalar la represión, porque de una derrota electoral nos podemos recuperar, pero nunca de la mancha de violencia".

Dijo que ha llegado el momento en que en la UNAM no haya "vencedores ni vencidos", pues el propósito debe dirigirse a sacar adelante la educación pública gratuita, "porque este conflicto se originó por la idea de Zedillo de privatizar la educación y ponerla en el mercado como si fuera una mercancía".

Además, pidió a los medios de comunicación "no alentar el uso de la fuerza". Y recordó aquel octubre de 1968: "Si bien ahora todavía se pide que se conozca la verdad al respecto, antes de los hechos violentos de hace 30 años se creó un ambiente muy favorable a esa represión, por eso no debe actuarse a la ligera".

López Obrador también defendió a los estudiantes paristas y advirtió sobre la presencia de infiltrados. "No creo que ellos hayan hecho aquella pinta que pedía la legalización de la mariguana. Esa barda la mandó pintar la Secretaría de Gobernación. Yo sé cómo se infiltra gente del gobierno en los movimientos". Por eso recomendó: "Debemos actuar con mucha objetividad y no recibir consigna de Los Pinos ni de Gobernación", agregó.

En contra del uso de la fuerza

Asimismo, senadores del PRD advirtieron del peligro de pedir soluciones de fuerza en el conflicto de la UNAM y rechazaron el llamado que formularon representantes de las cúpulas religiosa y empresarial, así como directivos de las principales cadenas de televisión, radio y medios impresos del país, en un desplegado publicado ayer.

El Comité Ejecutivo Nacional del PRI, a través de Luis Martínez Fernández del Campo, consideró que aun cuando los grupos económicos y empresariales ­algunos que, como el de Eduardo Bours, apoyan la campaña de Labastida­ están en su derecho de exigir al Ejecutivo federal mayor rigor en la aplicación de la ley contra los paristas, el Estado debe seguirle apostando al diálogo y la tolerancia.

Sin embargo, legisladores del PAN se sumaron al llamado de cardenales, obispos, patrones y concesionarios, para que las autoridades federal y local recuperen los inmuebles de la institución, ante "el radicalismo del CGH".

La solución al conflicto de la máxima casa de estudios "debe salir del diálogo libre y democrático en las asambleas que los universitarios realicen", sostuvo el senador perredista Jorge Calderón. La resolución, añadió, compete sólo a autoridades, maestros, investigadores y estudiantes de la UNAM, sin interferencia de organismos patronales, Iglesia, dueños de medios de comunicación, ni ningún grupo de presión", agregó.

El también perredista Mario Saucedo insistió en que debe privilegiarse el diálogo sobre acciones violentas para recuperar las instalaciones de la universidad y alertó sobre la existencia de grupos patrocinados por el gobierno federal, que se han infiltrado entre los paristas con la finalidad de alargar el problema y crear un clima de inestabilidad, para responsabilizar de ello al PRD.

Por su parte, Martínez Fernández del Campo planteó que si el gobierno federal ya ha apostado a una salida negociada al conflicto en la UNAM, "hay que insistir, aun cuando ello haya ido en detrimento de la universidad".

La tradición universitaria, dijo, es que los conflictos se resuelvan internamente. "Hemos visto como en las escuelas, la comunidad ha hecho un papel activo para resolver el paro, y vale la pena aun cuando esos grupos exijan el fin de la impunidad, se insista en una salida negociada".

"Ellos creen que una intervención férrea del gobierno es la salida más adecuada, pero las autoridades federales y locales deberían mantener una actitud sensata", añadió el priísta.

Sin embargo, los panistas apoyan ese llamado al Presidente de la República, la jefa de Gobierno del Distrito Federal y los procuradores general de la República y de esta capital, para "actuar con firmeza y "restablecer el estado de derecho en el ámbito de la UNAM", que demandan la jerarquía de la Iglesia católica, encabezada por los cardenales Norberto Rivera y Juan Sandoval Iñiguez.

El legislador blanquiazul Norberto Corella Gil Samaniego dijo que incluso el lunes habrá una reunión del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado, a fin de adoptar una postura en torno al conflicto universitario, en la que varios senadores propondrán que haya un manifiesto similar, toda vez que "tanto el gobierno federal, como la jefa de gobierno citadino, Rosario Robles, "se están haciendo locos", ante las "flagrantes violaciones en que han incurrido los miembros del CGH, al destruir y saquear bienes y propiedades de la UNAM".

El perredista Mario Saucedo dijo que "son obvias" las infiltraciones de intereses ajenos al movimiento, promovidos algunos de ellos por autoridades federales, con la finalidad de crear un clima de inestabilidad, para responsabilizar luego de ello al PRD y golpear a los candidatos de ese partido.

"El presidente Zedillo ya dio fe, en Suiza, de que no se detendrá ante nada para impulsar a su candidato Francisco Labastida. En ese contexto se deben analizar las protestas de policías un día antes y la intención de colgar al PRD la culpa por el conflicto de la UNAM", opinó Saucedo.

Precisó que el anterior rector, Francisco Barnés, tenía vínculos estrechos con la Secretaría de Gobernación, cuyo titular entonces era Labastida Ochoa. "Les servía mucho mantener a la universidad en conflicto permanente y responsabilizar de ello al PRD".