TLC
El Tratado de Libre Comercio Centroamérica-Estados Unidos (TLC EU-CA) y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)

De: RECALCA (Red colombiana de acción frente al libre comercio y el ALCA)
CEICOM/Observatorio del Sur, diciembre 22 de 2004

La idea vendida por los gobiernos centroamericanos a todos los sectores políticos, económicos y sociales de sus respectivos países con el fin de viabilizar la negociación y la ratificación del tratado de libre comercio es una nueva estafa a los americanos. En realidad tanto los TLCs como el ALCA, están diseñados para favorecer las grandes empresas transnacionales y a los sectores del gran capital centroamericano. Desde nuestro punto de vista, los grandes perdedores son los pueblos centroamericanos.

En el marco de la teoría general de la integración económica de los países, se identifican en un primer nivel los tratados de libre comercio (TLC), que básicamente consisten en eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias al intercambio de bienes y servicios entre los países contratantes. Sin embargo, como veremos mas adelante, Estados Unidos ha considerado, de manera unilateral, recurrir a la nueva ley de bioterrorismo como factor decisivo a tener en cuenta al momento de decidir que tipos de productos pueden ingresar o no a dicho país.

En realidad, tanto para Estados Unidos como para Centroamérica, el TLC firmado en el mes de julio del presente año representa mucho más que un instrumento para facilitar el intercambio de bienes y servicios. En ese sentido, los antecedentes inmediatos lo constituyen los procesos de estabilización y de ajuste estructural que se impulsaron principalmente en la década de los años 90 del siglo recién finalizado, con los objetivos de instaurar un nuevo modelo de acumulación del capital.

Los teóricos del ajuste estructural tomando como base la doctrina Neoliberal parten de la idea de que los problemas económicos de un país se deben a la excesiva intervención del estado en las actividades económicas generalizada a partir de la depresión mundial de los años treinta. Se trataba de un estado protector, productor y proveedor de bienes y servicios con carácter monopólico, con capacidad de control de precios, y que restringió la libre competencia.

Precisamente, con el fin de anular el estado benefactor se impulsaron los programas de estabilización con el concurso del Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre todo para obtener resultados de corto plazo y por lo general, orientados a controlar los problemas de hiperinflación, la inestabilidad cambiaria e insolvencia ante la banca mundial y contener el déficit fiscal y comercial.

En cambio, los programas de ajuste que han sido patrocinados por el Banco Mundial se diseñan para ejecutarse en el largo plazo por cuanto están orientados ha modificar la estructura económica de los países, lo cual por lo general implica cambios en la legislación vigente, procesos de privatización de los bienes y servicios del estado, asignar al estado un rol subsidiario y dejar en manos del mercado la función plena como asignador de los recursos.

Desde luego, este proceso se ha impulsado a diferentes ritmos en Centroamérica, en el caso de El Salvador, este proceso prácticamente se realizó en un tiempo record, aunque en el tema de las privatizaciones, todavía quedan algunos servicios pendientes de privatización como es el caso de los servicios de salud, la educación, la generación de la energía eléctrica y la distribución del agua; aclarando que en el caso de la generación de energía y de la distribución del agua ya existen formas privadas de producción y distribución que se combinan con las empresas públicas. Diferente es el caso de Costa Rica, ya que en este país, las principales empresas públicas siguen estando en manos del estado.

De acuerdo a los teóricos del capital, los procesos de privatización deben continuar, la liberalización de los mercados se constituye en una necesidad de primer orden para las empresas transnacionales y los grandes capitalistas locales. En ese marco es que se considera que los tratados de libre comercio son una escalón más, necesario para darle un nuevo impulso al neoliberalismo, pese a que se ha demostrado que lo que ha generado es una mayor concentración de capital en detrimento de las mayorías que son cada vez más pobres.

Esto es lo que está actualmente ventilándose alrededor de los tratados de libre comercio como parte del proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con el agravante que Estados Unidos tratan de anclar al hemisferio en la etapa elemental de la integración (el área de libre comercio) condenando el desarrollo de la región y de los países latinoamericanos al estancamiento.

El Tratado de Libre Comercio Estados Unidos-Centroamérica (CAFTA por sus siglas en inglés y TLC EU-CA en castellano), son al mismo tiempo negociaciones anticipadas de carácter bilateral de los contenidos previstos en el ALCA. Lo que Estados Unidos hace es aprovechar la docilidad y las incertidumbres de los gobiernos centroamericanos y de otras regiones latinoamericanas respecto al futuro de la globalización, para evadir la negociación conjunta del ALCA. La vigencia de este proyecto programado para el 2005 no será posible según apuntan los acontecimientos dado el creciente posicionamiento antialca y antiglobalización de algunos gobiernos así como de la sociedad civil latinoamericana, en general.

La suscripción y el proceso de ratificación del tratado de libre comercio de Centroamérica con Estados Unidos ha pasado por diversos momentos, según las motivaciones que los han impulsado; comenzó siendo una aspiración de los gobiernos de la subregión centroamericana desde que se suscribió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México) NAFTA (por sus siglas en inglés), bajo la ilusión del libre acceso al mercado mas grande del mundo, pero sobre todo, bajo la esperanza de atraer inversión extranjera para asegurar el éxito de la aventura neoliberal a la que se habían comprometido los gobiernos centroamericanos.

Los países de Centroamérica solicitaron en más de una ocasión el acceso al NAFTA, sin embargo, dichas solicitudes fueron denegadas sistemáticamente. En respuesta a la posición expresada por los países firmantes del NAFTA, se planteo la posibilidad de que los gobiernos centroamericanos negociaran un TLC México-Centroamérica, al mismo tiempo se le planteó al gobierno de EUA una concesión de consolación comercial a través de la ampliación de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC).

El 18 de mayo de 1999 una comisión comercial de la Cámara de Representantes del Congreso, sensibilizada por los desastrosos daños de la tormenta tropical "Mitch" aprobó el proyecto legislativo que extendería la ICC para la entrada al mercado de EUA de productos textiles y ropa confeccionada, atún enlatado, productos derivados del petróleo y otros productos de cuero libres de aranceles.

La búsqueda del TLC EU-CA pasó del interés unilateral de los gobiernos centroamericanos a un interés compartido con Estados Unidos. Esto ocurrió cuando Estados Unidos encontró mayores dificultades para implementar sus propuestas en las negociaciones multilaterales en la Organización Mundial del Comercio (OMC), así como en el ámbito regional para negociar el ALCA.

A la necesidad política negociadora multilateral de los Estados Unidos, se agregó la facilidad con la que puede negociar ventajosamente con los pequeños países centroamericanos, los cuales ya tenían homogenizado el sistema arancelario y no presentaron cuestionamientos importantes al problema de los subsidios a la agricultura; en cambio, Estados Unidos contaría con cinco votos en los frentes de negociación, obtenidos en una sola negociación.

Pero el TLC EU-CA todavía es de interés estratégico para Estados Unidos; aún más, parece que ese interés está creciendo. Es sorprendente que a dos días de la reelección de Bush, el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado esté augurando que "…el tratado será ratificado por el actual Congreso", antes de enero del 2005. Sin embargo, de acuerdo a las últimas informaciones originadas desde el gobierno estadounidense, el proceso de ratificación se llevará a cabo entre marzo y abril del próximo año.

Todo parece indicar que con la negociación y ratificación del TLC EU-CA, EE.UU. está enviando un mensaje a los países pequeños: "si las negociaciones del ALCA y de la ronda de Doha (de la OMC) no avanzan, EE.UU. estaría dispuesto a negociar acuerdos regionales y bilaterales"

Además, desde el punto de vista geográfico, cuando el CAFTA entre en vigencia, se tendría una red de TLCs cubriendo el Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, es decir, medio continente. Se supone que esto facilitará el siguiente paso: los acuerdos comerciales con América del Sur (Chile ya firmó un TLC mientras que actualmente Colombia, Ecuador y Perú lo están negociando).

Principales características y componentes del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
La negociación del tratado se ha realizado entre economías que poseen diferencia sustanciales, para el caso, Estados Unidos es la economía más grande del mundo con un alto índice de competitividad, y dado los avances tecnológicos, las empresas sean industriales, agroindustriales o simplemente agrícolas, poseen un alto nivel de productividad. Además, el gobierno de Estados Unidos, a fin de mantener la estabilidad de la producción y de los precios de productos básicos, confiere a los agricultores un alto subsidio a la producción.

Por su parte las economías centroamericanas, a excepción de Costa Rica tienen unos bajos niveles de competitividad y de productividad, sobre todo en la producción agrícola. Esto nos indica que la incorporación de tecnología punta es, hoy por hoy, una ilusión de largo plazo para nuestros países.

Por otro lado, el nivel de dependencia de Centroamérica con respecto al mercado estadounidense es sumamente alto. Para el caso, Estados Unidos es el principal receptor de las exportaciones y al mismo tiempo es el principal proveedor de bienes y servicios para Centroamérica.

El caso de El Salvador es un ejemplo inequívoco de dicha dependencia. De acuerdo a los datos del Banco Central de Reserva, en el año 2003, del total las exportaciones realizadas por El Salvador, el 68% tuvieron como destino Estados Unidos. Con respecto a las importaciones, para el mismo año, del total de dichas importaciones realizadas, el 50% tuvieron como origen los Estados Unidos.

El monto global del déficit comercial del país es cercano a los $3,200 millones de dólares, de los cuales, 1,250 millones representan el déficit comercial con Estados Unidos.

Con respecto a los contenidos, es necesario destacar aquellos que se consideran los más importantes y que tendrán un gran impacto en el fututo inmediato:

  1. Acceso de las mercancías a los mercados: es la normativa mediante la cual se determina la manera en la que se realizará la eliminación de los aranceles y las obligaciones de eliminar las medidas no arancelarias. De acuerdo a lo pactado por Centroamérica y Estados Unidos, el tratado se implementará en un plazo de 20 años, tiempo en el que todos los bienes y servicios negociados entrarán libre de aranceles. Además, se establecieron los siguientes aspectos:
    1. Régimen de origen y procedimientos aduaneros relacionados con el régimen de origen: se especifican los requisitos mínimos de transformación que deben cumplir los materiales para producir los bienes finales en un país.

    2. Medidas de salvaguardia: medidas de protección transitorias que se pueden aplicar cuando una determinada industria enfrenta situaciones graves o amenazas de daño grave por el incremento de las importaciones, superiores a las pactadas en cuotas de importación.

  2. Las inversiones: fomentar el ingreso de capitales bajo disposiciones que den estabilidad y seguridad a los inversionistas.

  3. Acceso a servicios: significa que el mercado de los servicios debe estar abierto a la competencia.

  4. Contratación pública: las empresas estadounidenses pueden acceder a las licitaciones públicas en los países centroamericanos y lo mismo podrán hacer las centroamericanas en Estados Unidos.

  5. Seguridad en materia laboral y ambiental: la recomendación de cumplir con la normativa laboral y ambiental, de lo contrario el estado puede ser demando por otro estado.

De acuerdo a los procedimientos establecidos por las partes, el tratado puede activarse de manera bilateral, es decir, basta que dos partes lo ratifiquen para que este se ponga en marcha. Para el caso, El Salvador se ha constituido en el primer país centroamericano en ratificarlo el reciente 17 de diciembre, quedando a la espera de que Estados Unidos lo ratifique en los meses de Marzo-Abril del próximo año, para implementarlo de manera bilateral tres meses después.

Con respecto a los temas laborales, ambientales y de propiedad intelectual, debemos decir que en realidad estos no han sido abordados sobre la base de favorecer a los pueblos centroamericanos. En primer lugar no hay interés de salvaguardar nuestro medio ambiente. También con el TLC se abre la posibilidad de que los derechos laborales hasta hoy conquistados por los y las trabajadoras sigan siendo violados por los sectores empresariales bajo la égida de los gobiernos centroamericanos. Así queda establecido en el capitulo 16 del TLC EU-CA cuando deja en manos de los gobiernos aplicar de manera discrecional los códigos laborales y los acuerdos alcanzados en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ante una situación dada que afecte la implementación del tratado.

La Propiedad Intelectual

  • en primer lugar porque vendría a constituir lo que jurídicamente se conoce como marco mínimo , es decir, se podrá exigir más de lo que el tratado incorpora, pero nunca menos convirtiendo el capítulo en un marco jurídico transnacional.

  • en segundo lugar porque en la OMC aun se encuentra en discusión la modificación e interpretación del artículo 27.3 sobre el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV por sus siglas en francés) y el acuerdo de los ADPIC (Serie de reglas internacionales que regulan los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio). Ambos protegen los campos tecnológicos farmacéutico y programas de computadora.

No obstante esta situación, si el TLC EU-CA es ratificado, Centroamérica estaría aceptando esa clase de patentes, independientemente del reconocimiento o no por parte de la OMC. Sería un acuerdo bilateral entre las partes y los países centroamericanos estarían obligados a otorgar patentes para microorganismos y procesos microbiológicos y biotecnológicos. Lo delicado del asunto estaría en las repercusiones del control de semillas en la producción de alimentos y las implicaciones sobre los medicamentos. En efecto, cinco cultivos esenciales para la alimentación (arroz, trigo, maíz, soja y sorgo) han sido patentados en algunas de sus variedades por las transnacionales Aventis, Dow, Dupont, Mitsui, Monsanto y Syngenta, controlando el 70% de la producción mundial. Para el caso de los medicamentos la protección de patentes aceptada es para un plazo de 20 años, durante el cual los genéricos (de menor precio y calidad semejante) no podrán competir. En este caso las transnacionales beneficiadas serían: Pfizer, Eli Lilly Company, Schering Plough y Pharma.

A fin de tener una idea de los impactos económicos, conviene revisar de manera sucinta los resultados obtenidos al 2003 con la implementación del tratado de libre comercio El Salvador-México y El Salvador-Chile. El déficit comercial con México se ha incrementado sustancialmente dado que las exportaciones al 2003 alcanzaron $37.4 millones de dólares, contra $315.6 millones de importaciones procedentes de México. De igual manera en el intercambio comercial entre El Salvador y Chile en el 2003, después de un año de vigencia del TLC, El Salvador importó de Chile $43.8 millones, exportando a Chile apenas $674,000.

En conclusión se puede decir que la idea vendida por los gobiernos centroamericanos a todos los sectores políticos, económicos y sociales de sus respectivos países con el fin de viabilizar la negociación y la ratificación del tratado de libre comercio es una nueva estafa a los americanos. En realidad tanto los TLCs como el ALCA, están diseñados para favorecer las grandes empresas transnacionales y a los sectores del gran capital centroamericano. Desde nuestro punto de vista, los grandes perdedores son los pueblos centroamericanos.

De acuerdo a la experiencia con relación a México y Chile, y la experiencia de México con Estados Unidos, es posible prever los siguientes impactos:

  1. Profundización de la crisis de producción agropecuaria: Los niveles de exportación de granos básicos se van a incrementar por parte de Estados Unidos, con el agravante que se trata de una producción subsidiada. Esto va a limitar severamente las capacidades de competencia de los sectores locales, originándose la quiebra de la mayoría de productores.

  2. Pérdida de empleo: El deterioro del sector agropecuario provocará un incremento sustancial del nivel de desempleo, que en su mayor parte pasará a formar parte del sector informal de la economía.

  3. Migración: los altos niveles de desempleo también originan procesos de migración, tanto hacia las ciudades principales del país como hacia el extranjero.

  4. Sometimiento a las transnacionales por el tema de la propiedad intelectual que incluyen las marcas y las patentes.

  5. Los ingresos fiscales se disminuirán sustancialmente. Si tomamos en cuenta que las importaciones de El Salvador desde Estados Unidos representan el 50% del total, esto significa que se dejaran de percibir ingresos en conceptos de aranceles, lo que sin duda alguna afectará la capacidad del estado para cumplir con sus obligaciones sociales.

  6. El nivel de dependencia con respecto a Estados Unidos se acentuará con mayor intensidad y se potenciará el carácter importador de las economías centroamericanas. De esta manera se debilitará el ya de por si deteriorado aparato productivo de estos países, configurándose de forma mas clara el modelo económico basado en el comercio (sobre todo de productos importados) que se sustenta a partir de las remesas familiares de los centroamericanos que viven mayoritariamente en Estados Unidos.