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Edición electrónica

Mariano Alejandro Barberena
Maestría en Servicio Social
Pontificia Universidad Católica de San Pablo. Año 2001

Mail: marianobarberena@hotmail.com

Adultos Mayores sin cobertura previsional en Argentina: de la negación de su visibilidad a la posibilidad de su construcción como problema social. Una mirada desde el Trabajo Social

Sumario
  • Introducción

  • Capítulo I
    Los problemas sociales como construcción. Abordajes relevantes en las Ciencias sociales: algunos autores.
    1. Remi Lenoir
    2. Murray Edelman
    3. Guillermo O Donnell
    4. Reflexiones sobre las propociciones conceptuales de los autores

  • Capítulo II
    Adultos Mayores sin ingresos: diferentes formas de plantear el problema social como construcción en la Argentina
    1. La perspectiva paraestatal: La Sociedad de Beneficencia
    2. La Fundación Eva Perón
    3. La creación del INSSJyP: el origen de la invisibilización de los adultos mayores sin cobertura previsional.
    4. Del Servicio Nacional del Anciano a la Subdirección de Ancianidad.
    5. Los años 90: la creación de programas alimentarios para la Tercera Edad.

  • Capítulo III
    La invisibilidad de los adultos mayores sin cobertura previsional en la actualidad.
    1. La invisibilidad en el discurso de funcionarios y dirigentes políticos: los límites como frontera en la formación discursiva hegemónica.
    2. La invisibilidad en las políticas dirigidas a la tercera edad.
    3. La invisibilidad en la construcción de los problemas y de los usos sociales
    4. La atención de la salud de los Adultos Mayores sin Cobertura Previsional una expresión de la invisibilidad.

  • Capítulo IV
    Adultos Mayores sin cobertura previsional su posibilidad de construcción como Problema Social
    1. Inferencias acerca de por qué los adultos mayores sin cobertura previsional no son considerados problema social.
    2. El debate de dos posiciones posibles: invisibilidad – visibilidad
    3. La Posibilidad de propuestas incluyentes activas: El Seguro de Desempleo y Formación de la Central de Trabajadores Argentinos.
    4. La visibilidad como posibilidad en la intervención del Trabajo Social

  • Consideraciones Finales

  • Bibliografía

Resúmen
La presente disertación trata acerca de que es lo que hace que una cuestión y no otra se constituya como problema social. Se indaga una cuestión en particular que es por qué los adultos mayores sin cobertura previsional, no se han constituído como problema social para la política pública en la Argentina.

En primer término se analizan diferentes abordajes en las ciencias sociales a partir de algunos autores que han considerado a los problemas sociales como una construcción.

En segundo término se hace un breve recorrido histórico de las distintas formas que en Argentina se ha constituido como problema social la cuestión de los adultos mayores sin ingresos.

En tercer término se utiliza en análisis político del discurso para analizar la conformación de una formación discursiva hegemónica, que ha anudado el significante tercera edad al significado jubilados en la Argentina. Dicha formación discursiva ha generado una frontera donde mas allá de ésta hay otro invisible que son los adultos mayores sin cobertura previsional. Por lo que se analizan los mecanismos que hacen que esta población esté invisible en los discursos de funcionarios y políticos; en las políticas para la tercera edad y en la construcción y los usos que de ésta se hacen.

En cuarto término se analizan las posibilidades de su construcción como problema social; a partir de inferencias sobre cuales son las razones por las que no se ha constituido como problema social; a partir de la posición de algunos actores significativos y particularmente se vislumbra la intervención del trabajo social como posibilidad de hacer visible lo que está invisible.

Desde el punto de vista metodológico tomé un campo material amplio en el que me valí de diversas fuentes: recopilé documentos (leyes, proyectos de ley, programas sociales), estudié la historia de las instituciones, hice entrevistas, recopilé artículos periodísticos y trabajos especializados. En el trabajo se presenta una descripción y análisis de toda esta complejidad.

Lo que motiva este trabajo es una preocupación surgida de la intervención profesional como asistente social de un centro de salud del Municipio de Florencio Varela en la Provincia de Buenos Aires. La finalidad de este trabajo está determinada por un modo específico de ver surgido de la intervención. Este horizonte está enmarcado en la pregunta acerca de qué políticas públicas podrían atender mejor las condiciones de vida de los adultos mayores sin cobertura previsional que constituyen hoy en Argentina 1.700.000 personas.


INTRODUCCION
Mi trayectoria profesional comienza en 1990, aprobé la residencia de trabajo social del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, desempeñándome como profesional en un centro de salud del municipio de La Plata durante tres años.

Desde 1993 hasta 1998 estuve trabajando en un centro de salud, del municipio más pobre de la provincia de Buenos Aires.1
Mi inserción profesional se vio facilitada por tres aspectos: la tradición sanitarista en el municipio, la importante inserción de los trabajadores sociales en el sistema de salud local y la formación que contaba al haber concluido la residencia de trabajo social del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

En un Centro de Salud se trabaja con la estrategia de atención primaria de la salud, tradicionalmente gran parte de las intervenciones se concentran casi exclusivamente en los programas materno - infantiles. Vale decir que la mayoría de la población que concurre son mujeres embarazadas y mujeres con sus niños.

El deterioro de las condiciones de vida de toda la población, que pueden ser leídas con diferentes categorías (exclusión, vulnerabilidad, precarización), rompe con la "tradición" materno infantil de un centro de atención primaria de la salud. El centro de salud se transforma en una de las pocas caras visibles del Estado desertor y comienza a recibir nuevas y mayores demandas. Estas nuevas demandas presentan nuevos desafíos a la intervención. Existe por lo tanto una relación entre nuevas y mayores demandas con una menor capacidad de dar respuestas donde se puede apreciar como el Estado se retira. Una de las expresiones del retiro del Estado son los procesos de descentralización. La descentralización, tiene un origen legítimo, que es la necesidad de acercar los niveles de decisión a los niveles de ejecución de manera de adecuar una mirada que si fuera sólo desde el nivel central puede no tener en cuenta lo local/zonal.

Se descentraliza al municipio la “atención de lo social”. En el caso de Florencio Varela el sistema con mayor cobertura a su interior es el sistema de salud. Por lo tanto se podría leer como un proceso de descentralización de la atención de lo social se descarga sobre el sistema de salud en el caso de este municipio.

Al interior del sistema de salud, la "identidad atribuida"2 al trabajo social esta muy vinculada a la idea de "resolución de los problemas sociales", por lo que se va transformando en la puerta de entrada de lo que en forma de demanda expresa la emergencia de la nueva cuestión social

Se transformará también, el trabajador social en un territorio, en el ejecutor de las políticas sociales, en los años 90 predominantemente focalizadas, que originadas en otros niveles de gobierno (nacional, provincial) intentan dar respuesta a éstas nuevas demandas.

Las expresiones de la nueva cuestión social en la vida cotidiana tienen como eje articulador la sobrevivencia y una de las formas que toma esta demanda es lo alimentario. Se va transformando la importancia de lo alimentario entre los programas sociales, aumenta el peso de los mismos entre el conjunto de los programas sociales. Un fenómeno en los años 80 es la centralidad que adquieren los programas alimentarios dentro de las políticas sociales. Esto ocurre al mismo tiempo que se retira el Estado de los programas de vivienda, agua potable, entre otros. Podrían leerse estas transformaciones como un indicador del deterioro de las condiciones de vida. También se podría leer en la relación entre el origen en que surgen estos programas muy relacionados al contexto y las características que éstos presentan a lo largo del tiempo.

Como características centrales de los programas alimentarios en la Argentina a lo largo de la historia se podría apreciar:

  1. éstos surgen a partir de las diferentes crisis, se agregan como capas geológicas, hay superposición y recreación de los mismos.
  2. Ningún programa desde su diseño pretende cubrir la totalidad, por lo que están pensados desde la complementariedad. Esta complementariedad es doble: por un lado de la dieta familiar, por el otro con los programas provinciales y municipales.
  3. En relación a las dependencias de los programas hay un altísimo nivel de fragmentación y superposición.
  4. Hay un divorcio entre la situación nutricional que muchas veces no tiene que ver con los programas alimentarios. Esto no significa que los programas alimentarios se tengan que convertir en nutricionales.
  5. Hay dificultades de aplicación de criterios técnicos en los programas. Por ejemplo los criterios de distribución en salud están más tecnificados (la disputa política no se da en las vacunas).
  6. La cobertura de los mismos fue disminuyendo desde el primer gran programa alimentario nacional, el PAN a los que siguieron después.
  7. El valor monetario por unidad de prestación va disminuyendo desde el valor en el origen del programa y el que tiene posteriormente, con el mismo dinero se atienden más beneficiarios.

En los programas materno infantiles, lo alimentario, era sólo un componente de dichos programas. Al estar trabajando con grupos en situación de exclusión algunos, precarización o vulnerabilidad3, lo alimentario se transforma en mucho más que un componente de un programa. Lo alimentario se transforma en una de las respuestas típicas. Empieza a formar parte de los “quehaceres” cotidianos del trabajador social. En los años 90 surgen en Argentina dos programas alimentarios para la tercera edad, el Pro Bienestar dirigido a los jubilados y pensionados del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJyP) y el Programa Apoyo Solidario al Mayor (ASOMA), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, dirigido a los adultos mayores sin cobertura previsonal

A partir de esta situación, heterogeneización de grupos y demandas, empecé a tomar contacto con otra población, que no concurría al centro de salud : las personas mayores de 60 años. Los grupos de la tercera edad abren nuevos interrogantes para la intervención. Por un lado porque la institución no la consideraba "población beneficiaria", por el otro representa interrogantes para la intervención. Al desarrollar nuevas formas de registro, se pueden realizar nuevos análisis que posibilitan nuevas intervenciones4. Estas nuevas intervenciones, tiene que ver con el desarrollo de nuevas capacidades profesionales: el desarrollo de la observación, de la mirada y fundamentalmente de la escucha. Lo primero que registro es que se trata de un grupo claramente en situación de exclusión económica (generalmente, sin pensión ni jubilación), luego que en su mayoría se trata de migrantes de otras provincias. El presente de las personas mayores se fué transformando en el horizonte de sentido de muchas de las intervenciones como profesional. En principio porque advertí que es sólo es el presente lo que tienen. Las historias de vida de los sujetos con los que trabajaba, me permitió acceder a temáticas tan caras a la historia argentina como la del federalismo. A partir de allí profundicé las lecturas de producciones en ciencias sociales, agregándole otra mirada. La problemática de la tercera edad en situación de exclusión y en situación de vulnerabilidad, me llevó a estudiar las producciones en ciencias sociales en relación a la tercera edad. Me encontré con que el grupo social con el que trabajaba no era tratado apropiadamente en dicha literatura. Se generaban situaciones de invisibilidad. Se igualaba la tercera edad a jubilación. Sólo en algunos pocos trabajos se mencionaba la situación de los mayores de 60 años sin pensión ni jubilación. Estaba totalmente ausente desde los programas sociales una perspectiva que considere a los adultos mayores sin cobertura previsional como sujetos históricos.

Esta disertación plantea esta situación de invisibilidad, es por la negativa, por aquello que no ha llegado a constituirse como problema para la sociedad. Esto que me lleva por un lado a analizar qué es lo que hace que una cuestión y no otra se constituya como problema para la sociedad. Y por el otro analizar la cuestión concreta de los adultos mayores sin cobertura previsional como población invisible o invisibilizado desde las tomas de posición que desde el Estado se concretan en diferentes políticas.

Las producciones bibliográficas acerca de la cuestión de los adultos mayores sin cobertura previsional son escasas ya que, como se desarrolla en la disertación se ha constituido una formación discursiva hegemónica que iguala tercera edad a jubilados. Siendo muy extensa la literatura sobre la tercera edad que ha estudiado los problemas socio- sanitarios, en los programas destinados a su atención esta se ha detenido en los jubilados y pensionados en la Argentina. Son numerosos los estudios sobre el sistema de seguridad social. Pero son muy escasos los trabajos sobre la población de adultos mayores5 excluída del sistema de seguridad social. Si es importante remarcar algunos trabajos que claramente distinguieron el sistema de seguridad social de la cobertura que este presenta. 6 El interés que presentan estos trabajos para la disertación es la consideración de la población excluída del sistema previsional. Esta cuestión que parece obvia, no lo es ya que lo que se va a sostener en la disertación es que se ha generado una formación discursiva hegemónica que ha establecido una frontera. En esta formación discursiva hegemónica se ha anudado el significante tercera edad al significado jubilados. Por lo cual las personas de la tercera edad que no han accedido a la jubilación se han transformado en un “otro”, invisible. Invisible para los beneficios que desde las políticas públicas se generan. Invisible en el discurso de los actores en los que se ha encarnado esta formación discursiva hegemónica.

Un antecedente en el tratamiento de la cuestión de las personas que han quedado excluidas de los sistemas formales de protección y que por lo tanto se han convertido, en el mejor de los casos, en objeto de las políticas asistenciales y promocionales, lo constituye el trabajo de Emilio Tenti Fanfani “Estado y Pobreza: estrategias tipicas de intervención”.
Este trabajo compuesto por dos volúmenes afirma que en la Argentina “se va consolidando un sistema de nacional de enseñanza, luego un sistema nacional de salud, otro de seguridad social, más o menos en ese orden cronológico.... Pese a la incorporación progresiva de amplios sectores de la población a esos sistemas de prestación de servicios, la cobertura de los mismos nunca es total. Los grupos poblacionales excluídos son objeto de una intervención pública de tipo global, no especializada y difusamente dirigida a atender el problema general de la pobreza. En este trabajo se privilegia el análisis de estas estrategias que a los efectos prácticos se reúnen bajo la denominación de políticas asistenciales y promocionales.” 7

Las políticas asistenciales dirigidas a los adultos mayores sin cobertura son analizadas en el volumen 2 referido a la “Protección del anciano”8. En el se detallan las acciones realizadas por el Servicio Nacional del Anciano, luego transformado en Subdirección de Ancianidad de dependencia nacional.

Esta disertación tiene por objeto ser un estudio sobre las características de invisibilidad de los adultos mayores sin cobertura previsional, en el contexto de las políticas nacionales y provinciales de la tercera edad en Argentina, y la posibilidad y necesariedad de su constitución como problema social para su inclusión en la agenda social. Sostengo como hipótesis que las políticas sobre la tercera edad en Argentina entienden a esta como igual a jubilados y excluye a los adultos mayores sin cobertura previsional.
Y que hay una formación discursiva hegemónica que anuda el significante tercera edad al significado jubilados estableciendo una frontera que invisibiliza a los adultos mayores sin cobertura previsional para la política pública. Esta construcción discursiva tiene un fuerte carácter excluyente.

Esta disertación tiene por objetivo identificar esta población, comprender, analizar, buscar y vislumbrar caminos para otras posibilidades de intervención. Así como de manera más general contribuir a un conocimiento objetivo, crítico de ese objeto.

Esta contribución se direcciona fundamentalmente hacia tres áreas ; en el área del Servicio social por la posibilidad en la intervención de dar visibilidad como problema social a la cuestión de los adultos mayores sin cobertura; en el área de la Política Publica en su reconocimiento como problema y para la temática de los adultos mayores sin cobertura previsional sobre la complejidad de elementos que intervienen en que no se haya constituido como problema.
Sobre lo que indago es acerca de la intervención de un actor que es el Estado

Desde el punto de vista metodológico, esta disertación se vale del análisis político de las formaciones discursivas hegemónicas, cuyo objeto es la articulación entre discurso y hegemonía en la producción de condiciones/problemas sociales y la constitución de sujetos.

Entre los antecedentes que gozan de mayor legitimación en esta perspectiva, nos encontramos con el pensamiento de Michel Foucault, en cuanto a la producción de un determinado “orden de discurso”. El autor sostiene que en toda sociedad la producción del discurso está controlado, seleccionado y redistribuido a través de ciertos procedimientos.

Esos procedimientos funcionan como principios de limitación o sistemas de exclusión, y como modos de control y delimitación del discurso. Entre ellos debemos destacar los procedimientos externos o de exclusión que establecen lo que puede ser dicho y los límites de la palabra.
Entre los procedimientos de exclusión, las prohibiciones (cuyos objetos son la sexualidad y lo político) se establecen también hacia objetos, rituales y privilegios para el sujeto que habla. De este modo Foucault plantea la cuestión de la “voluntad de verdad que da sentido a todas las exclusiones y prohibiciones y que es una producción histórica que se apoya en un soporte institucional ejerciendo presión y coacción sobre otros discursos.” 9

Por otro lado, teniendo en cuenta los estudios críticos que superan la perspectiva lingüística de F. de Saussure, es posible sostener que el anudamiento necesario entre un determinado significante y un significado guarda un interés ideológico, ya que establece un orden de significación, a través del lenguaje, que opera por sucesivas clausuras de sentido; esto es, al anudar un significante y un significado, de paso se soslaya la variabilidad y conflictividad de las condiciones materiales de una realidad sociocultural, estableciéndose fijaciones y estabilidades, bajo la forma de estatutos. Un “estatuto” (de statuere: estatuir) implica que algo ha sido instituido, naturalizado o congelado, donde había (y hay) variabilidad y procesualidad. Es un equilibrio precario o momentáneo (que se pretende permanente y estable) de algo que es dinámico y variable.

En América Latina han resultado de interés respecto a esta problemática, las significativas investigaciones del hispano-colombiano Jesús Martín-Barbero10. Partiendo de estudios semiológicos, el autor procura comprender las articulaciones entre cultura, comunicación y política en las formaciones hegemónicas, donde el proceso comunicacional, lejos de quedar reducido a un problema de medios de comunicación, es entendido como un proceso de producción social de sentidos. En esta línea, Martín Barbero provoca un desplazamiento en los estudios culturales de la comunicación, al abandonar una perspectiva que pone énfasis en la comunicación como proceso de dominación y rastrear de qué modos la dominación (antes que nada) se conforma en un proceso de comunicación, que hace que existan elementos en los dominados que trabajan a favor del dominador y de la dominación11. En este sentido, el autor introduce el concepto de “mediaciones”, según el significado que a él le atribuye Raymond Williams, crítico de la Escuela de Birmingham. Williams explica que mediación no significa (como algunos autores sostienen) un acto de intercesión, como algo que está o se coloca en el medio entre dos elementos, reconciliándo esos elementos extraños u opuestos; esta es una noción idealista de mediación. Antes bien, para Williams (asumiendo ideas de T. Adorno), mediación es algo intrínseco a un proceso o a determinadas propiedades, no separable, que se halla en el propio objeto12. En términos de Martín-Barbero, mediación es la zona de articulación entre la producción de sentidos de los sectores dominantes y la producción de sentidos de los sectores dominados. El campo de las mediaciones se halla constituido por los dispositivos a través de los cuales la hegemonía transforma desde dentro el sentido del mundo y de la vida cotidiana13.

Resulta necesario atender a los significativos aportes de Ernesto Laclau acerca del análisis político del discurso. Lo que Ernesto Lauclau y Chantal Mouffe denominan “formación social”, en cuanto referente empírico, va transformándose y constituyéndose, por la mediación del discurso y de un mundo de significaciones, en una “formación hegemónica”, un orden total que articula diferencias propias del referente empírico14 y que va produciendo estatutos (que van conformando un orden de discurso hegemónico). La consecuencia directa de una formación hegemónica, es el establecimiento de verdaderas fronteras que a la vez le permiten significarse a sí misma, al constituir cadenas de equivalencias que construye aquello que está más allá de sus propios límites como algo que esa formación hegemónica no es.15 De modo que si bien existen diferencias en la formación social, en tanto referencia empírica, esas diferencias no están designadas sino como algo que está más allá de los límites de la formación hegemónica. Esto quiere decir que donde hay límites (considerando una formación social) la formación hegemónica establece fronteras.

Para Laclau, las fronteras de las formaciones hegemónicas se producen en la medida en que se establecen cadenas de significados, donde la posibilidad (determinados significados posibles) deviene necesidad (esos significados se hacen necesarios, excluyendo otros). Esos significados están articulados entre sí en la formación hegemónica.
El término “articulación” no alude a un acoplamiento (a la manera de los vagones de un tren) sino que alude a la interinfluencia y la intermodificación entre determinados elementos. Sostienen Laclau y Mouffe que la articulación establece una relación tal entre elementos, que la identidad de estos resulta modificada como resultado de ella; y que el discurso, precisamente, es la totalidad estructurada resultante de la práctica articulatoria.16

Lo que queda fuera del orden de discurso hegemónico, es decir (en términos de Laclau) los elementos diferentes que no se articulan discursivamente, pero que constituyen una referencia empírica, muchas veces es producido como objeto de “pánico moral”. El pánico moral es uno de los efectos más inmediatos de la totalización discursiva hegemónica, que hace que el soslayo del “otro” sea a la vez productivo: es la producción de un imaginario de amenaza, y por tanto de rechazo, de una condición sociocultural, de acontecimientos o episodios, de grupos o personas, frente a los cuales la ideología pretende sensibilizar moralmente a toda la sociedad17. Pero otros tantos elementos terminan siendo no pensados, no dichos, como si no existieran. De modo que las cadenas de equivalencias en la producción de una determinada formación hegemónica, terminan por sobrepasar e incluso perder la referencia empírica, contribuyendo a la producción de condiciones y de problemas sociales determinados.

Las articulaciones entre los discursos políticos y los sujetos es un aspecto de interés para nuestro análisis. Laclau y Mouffe sostienen que la práctica política no reconoce, en primer término, intereses de clase a los que luego representa, sino que ella constituye los intereses que representa18; de modo que los intereses e incluso los problemas sociales son, en definitiva, construidos o producidos por el discurso político, y en segunda instancia ese mismo discurso asume su representación. Lo que hace, en definitiva, el discurso político, es hegemonizar determinadas demandas e intereses que han sido producidos. Los sujetos, entonces, se constituyen discursivamente y, con referencia a esos discursos, lo hacen en la medida en que se reconocen en los intereses producidos. El discurso político construye/produce los problemas a la vez que constituye sujetos de esos problemas.

Un novedoso aporte sobre esta problemática lo realiza Slavoj Zizek, de la escuela lacaniana eslovena, cuya reflexión es esencialmente filosófica y política19.
El autor sitúa en el pensamiento filosófico dos grandes polos: uno es el constituido por el debate Habermas-Foucault, y su opuesto está representado por el debate Althusser-Lacan. Para Zizek, tanto Habermas como Foucault, para explicar la realidad sociopolítica, recurren a plataformas extralingüísticas, tanto al sostener el idel de comunidad intersubjetiva de comunicación transparente (Habermas), como al afirmar la posibilidad del sujeto de constituirse a sí mismo en modos de vida “marginales” (Foucault). En cambio, en el otro polo, el sujeto se constituye por medio de un reconocimiento (falso): el proceso de interpelación ideológica por medio del cual el sujeto se “reconoce” como el destinatario de un llamamiento20.

De esta manera, aparece en Zizek un nuevo elemento a tener en cuenta en el análisis político de las formaciones discursivas hegemónicas: la articulación entre interpelaciones y reconocimientos. De modo que el discurso hegemónico va produciéndose al interpelar a los sujetos (constituyendo sus intereses, sus problemas), y los sujetos se “reconocen” como tales en esa interpelación (aunque este sea un reconocimiento falso).

Si consideramos las políticas hegemónicas en su carácter de formaciones discursivas, como interpelaciones, como constituyente y productora de determinados intereses y problemas (soslayando, dejando fuera o ignorando otros problemas de una formación social), nos encontramos que esas “políticas” son establecidas bajo la forma de regulaciones (también reglas o prescripciones) para la vida social y para su ordenamiento. El análisis de las “regulaciones” ha sido objeto de diversos trabajos en el campo de los estudios culturales. En esta perspectiva, las regulaciones pueden ser explícitas o implícitas.21

Las regulaciones explícitas tienen un alcance y unas consecuencias directas sobre nuestros actos sociales, nuestros discursos particulares y nuestras representaciones simbólicas. En cambio, las implícitas son reglas fundamentales o básicas22, que constituyen los marcos y los límites (también los transformados en fronteras, según Laclau y Mouffe) más amplios de las interacciones sociales. En este último caso, su naturaleza es predominantemente tácita y no está regularmente sometida a examen; por lo que contribuyen significativamente a concebir al mundo como algo que “se da por descontado”, como algo naturalizado o congelado, posible de acceder e interpretar de acuerdo a los estatutos producidos. Estas son el tipo de regulaciones que construyen y transmiten con mayor capilaridad tanto el sentido colectivo como el sentido individual de «normalidad» y «regularidad», ordenando y enmarcando nuestras expectativas e imaginarios acerca del mundo y de la vida.

Entonces desde el punto de vista metodológico a partir de considerar un análisis político del discurso, se analiza como la construcción de un problema social va conformando un andamiaje discursivo. Para esto utilizo discursos y realizo inferencias de porque los adultos mayores no se han convertido en un problema social.

En esta disertación me propongo demostrar que he hecho una aporte original en un vacío en el conocimiento. Esta vacío es la ausencia, la no constitución de los adultos mayores sin cobertura previsional como sujeto. Considero que identifiqué una pregunta relevante (o problema) que no ha sido previamente respondido y argumenté que merece ser respondido. Siguiendo a Landi según quien “un tema se convierte en problema cuando se transforma en pregunta para la sociedad”.23 Esta pregunta se podría expresar en ¿Qué es lo que ha hecho que las condiciones materiales de vida de los adultos mayores sin cobertura previsional en la Argentina no se hayan constituido como problema?

Para los demás procedimientos metodológicos tomé un campo material amplio en el que me valí de diversas fuentes: recopilé documentos (leyes, proyectos de ley, programas sociales), estudié la historia de las instituciones, recopilé artículos periodísticos, trabajos especializados e hice entrevistas. Los entrevistados fueron trabajadores sociales de diferentes niveles de la administración pública que se desempeñan en relación con los adultos mayores sin cobertura previsional o que trabajan en áreas relacionadas con la tercera edad.
Entrevisté a siete trabajadores sociales de la Secretaría de tercera edad de la Nación, de la ex Dirección Nacional de ancianidad, de la Subdirección de la Tercera edad de la Provincia de Buenos Aires, del Programa Pro Bienestar del INSSJyP, de Centros de salud que ejecutan el ex Programa Asoma, del Servicio Social de un Hospital General de Agudos y a un trabajador social responsable de la tramitación de pensiones en un Municipio del Gran Buenos Aires.
Las entrevistas fueron semi abiertas a partir de una orientación que abarcaba aspectos de la formación de grado, la historia profesional, la memoria institucional sobre políticas implementadas y las inferencias con respecto a las razones de porqué no se ha constituido como problema. El procedimiento fue grabar las entrevistas y transcribirlas a partir de lo cual se trabajó con análisis político del discurso. En el trabajo se presenta una descripción y análisis de toda esta complejidad. Esto me llevo a un mapa de situación de los adultos mayores sin cobertura en la Argentina, particularmente con un análisis detallado en la Provincia de Buenos Aires. He arribado a un mapa de situación por vía de la ausencia, por lo invisible o invisibilizado, un mapa de situación de cuáles son las condiciones histórico materiales por las que se llega a este mapa.

Este mapa de situación me permite un recorrido alrededor de lo que es mi objeto de estudio, a saber: cómo se construye como problema social hoy, desde la política pública, la cuestión de los adultos mayores sin cobertura.

Considero que es pertinente la temática para el trabajo social por la importante inserción en el campo de las Políticas Sociales para la tercera edad que se remonta a por lo menos los años cuarenta.24
Si consideramos que las primeras unidades académicas en Argentina tienen su origen en la década del treinta25, se puede observar que esta inserción, se remonta prácticamente a toda la vida profesional. Particularmente me interesa la inserción, mucho más acotada que la del campo de la tercera edad, en las políticas dirigidas a la población de adultos mayores sin cobertura previsional que tradicionalmente fue constituido por las políticas asistenciales.

También la pertinencia de la temática está en la importancia que siempre tuvo para el trabajo social la preocupación por problematizar lo dado como natural por lo que tuve en cuenta el trabajo de Estela Grassi quien se pregunta

" por qué, tratándose de un campo profesional cuyo objeto son las diversas manifestaciones del conflicto y la contradicción de relaciones sociales, expresadas (o conceptualizadas) como "problemas sociales", hay, sin embargo, tan poco ( o nada) de aporte por parte de los trabajadores sociales, en el conocimiento de su propio objeto".26

Por lo cual es pertinente por cuanto en esta disertación se trabaja en los porqué una cuestión no ha llegado a constituirse como problema.

La relevancia de la temática podría agruparse de la siguiente manera:

Relevancia por la envergadura de la problemática, relevancia por la deuda que la política pública tiene con la problemática y relevancia para el trabajo social por la posibilidad que tiene en la producción de conocimientos con relación a la problemática.

Esta disertación tiene la siguiente estructura:

En el capítulo I, trabajo sobre tres autores que han tratado a los problemas sociales como construcción éstos presentan diferentes características, y éstas tienen que ver con distintos énfasis puestos: Remi Lenoir, va a considerarlo como objeto de estudio de la sociología, y lo toma como ejemplo testigo de las dificultades con que se encuentra un investigador frente a su objeto de estudio. Murray Edelman, va a poner el énfasis en la utilización que se haga de lo que se construya como problema social. Guillermo O Donell, pondrá el acento en la política pública como creadora de problemas y como constructora de la agenda de temas.

En el capítulo se analizan el desarrollo de cada una de las perspectivas, las temáticas comunes a los tres autores y el programa de investigación que de cada uno de ellos se desprende para estudiar los problemas sociales como construcción .

En el capítulo II se describe un breve recorrido histórico del planteamiento de la cuestión, a manera de vía de accesos de cómo se llegó al mapa de situación actual. Se hace un recorrido por las diferentes Instituciones, normativas y programas sociales que contemplaron a los adultos mayores sin cobertura previsional.
Este recorrido abarca las intervenciones en lo social desde las perspectivas paraestatales: La Sociedad de Beneficencia.
Pasando luego a las intervenciones estatales en la cuestión detallando aspectos discursivas y acciones concretas de la Fundación Eva Perón. Las intervenciones en lo social de la dictadura de Onganía: la creación del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y pensionados (INSSJyP). Las acciones del Servicio Nacional del Anciano, sus modificaciones en los años ochenta. Y por último las políticas alimentarias destinadas a la tercera edad en los años 90.

En el capítulo III, con el marco del análisis político del discurso y la referencias teóricas planteadas en e capítulo 1 se describen las diferentes formas en que se torna invisible la cuestión de los adultos mayores sin cobertura previsional. Describiendo la invisibilidad en : los discursos de actores que inciden en la formulación de las políticas públicas; en las políticas públicas que los excluyen, en las que no tienen en cuenta sus características y en las que por su debilidad en cuanto cobertura real los dejan invisibles; último en la construcción y los usos que como problema se hace de esta población que los mantiene invisibles y por último la situación de salud de esta población como una expresión de su invisibilidad.

En el capítulo IV se analiza la posibilidad de que la cuestión de los adultos mayores sin cobertura previsional se constituya como problema. Esto se hace desde un análisis a partir de inferencias de por qué no se ha cnstituído como problema; un análisis de la posición de dos actores significativos que sostienen como concepciones la visibilidad y la invisibilidad; de analizar una perspectiva de inclusión presente en la propuesta política de Seguro de Desempleo y Formación de la Central de Trabajadores Argentinos y un análisis de la intervención del trabajo social como posibilidad de hacer visible lo invisible.

NOTAS

1 Se trata del Municipio de Florencio Varela, según el Informe de Desarrollo Humano de la Provincia de Buenos Aires de 1997, este municipio se ubicaba en el último lugar entre todos los municipios.

2 Expresión utilizada por la Dra. María Lucia Martinelli para referirse a las funciones instituidas históricamente al asistente social. Seminario de Posgrado : “El debate contemporáneo en Trabajo Social: rupturas y continuidades”. Dictado por las Dras. María Lucia Martinelli y Carmelita Yazbek, en la ciudad de La Plata, entre los días 18 al 23 de novembre de 1996.

3 No estriba en atributos intrínsecos a los individuos sino en las condiciones de fortaleza o debilidad que tienen los individuos para enfrentar cambios externos en virtud de su trayectoria y desempeño social

4 Carballeda Alfredo. “Lo social y la intervención”. Revista Escenarios. Escuela Superior de Trabajo Social . Universidad Nacional de La Plata. 1998.

5 Se entiende por adultos mayores a las personas de 60 años y más, siguiendo las pautas de los servicios estadísticos de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas reconocen que existe una terminología muy variada para designarlos y opta por la de “personas mayores” pero en todas los trabajos hacen referencia a las personas de 60 años y más. Véase “Los derechos económicos, sociales y culturales de las personas mayores”. Naciones Unidas 12 de agosto de 1995. En Hechos y Derechos: año internacional de las personas de edad. Publicación del Ministerio del Interior de la República Argentina, Subsecretaría de Derechos Humanos y Sociales 1999.

6 Isuani Ernesto, Golbert Laura, Feldman Jorge. trabajo “Maduración y crisis del sistema previsional argentino.” Biblioteca Política n 236. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires 1988. Otro antecedente lo constituye el trabajo de Jáuregui Marcela. “Crisis y reformulación del régimen previsional Argentino”. Cuaderno n 15. Idep. Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) . Reimpreso marzo de 1994.

7 Tenti Fanfani, Emilio. “Estado y Pobreza: estrategias tipicas de intervención/1”. Biblioteca Política.n 255 Centro Editor de América Latina. 1989 Buenos Aires

8 Tenti Fanfani, Emilio. “Estado y Pobreza: estrategias tipicas de intervención/2”. Página 121.Biblioteca Política.n 256 Centro Editor de América Latina. 1989 Buenos Aires

9 Foucault M, El Orden del Discurso, Buenos Aires. Editorial Tusquets 1992.

10 Véanse sus trabajos Procesos de comunicación y matrices de cultura, México, Felafacs - G. Gili, 1989, y De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía, México, G. Gili, 1987.

11 Barbero, J., “De la comunicación a la filosofía y viceversa: nuevos mapas, nuevos retos”, en M. C. Laverde Toscano y R. Reguillo (eds.), Mapas nocturnos, Bogotá, Fundación Universidad Central y Siglo del Hombre editores, 1998.

12 Williams, R., Marxismo y literatura, Barcelona, Península, 1980; pp. 115-120.

13 Barbero, J., De los medios a las mediaciones, p. 207.

14 Laclau, E. y Ch. Mouffe, Hegemonía y estrategia socialista, Madrid, Siglo XXI, 1987; p. 164.

15 Ib., p. 165.

16 Ib.; p. 119. Además sostienen los autores que los momentos son posiciones diferenciales, en tanto aparecen articuladas en el interior de un discurso; y, por el contrario, los elementos son todas las diferencias que no se articulan discursivamente ( p. 119).

17 Sobre la noción de «pánico moral», véase Cohen, S. [1972], Folk Devils and Moral Panics, Oxford, Martin Robertson; en O’Sullivan, T. y otros, Conceptos clave en comunicación y estudios culturales, Buenos Aires, Amorrortu, 1997. El concepto es sumamente importante en los estudios culturales. En este marco, se ha sostenido que determinados discursos son capaces de movilizar un pánico moral alrededor de determinadas cuestiones o grupos, a los que se los hace depositarios de un síntoma de conflicto social; en definitiva, la producción de pánico moral opera como reforzamiento de la ideología, en la medida en que naturaliza determinadas situaciones o condiciones que aparecen en procesos, sectores o personas (cf. Curran, J., “Repensar la comunicación de masas”, en J. Curran, D. Morley y V. Malkerdine (comp.), Estudios culturales y comunicación, Barcelona, Paidós, 1998; y Hall, Stuart y otros [1978], Policing the Crisis, Londres, Macmillan; en J. Curran, D. Morley y V. Malkerdine (comp.), citado.

18 Cf. Laclau y Mouffe, Op. cit.; p. 139.

19 S. Zizek, con Laclau, pertenece a la corriente antidescriptivista en el análisis político. Para esta corriente, los nombres no implican rasgos descriptivos ni se refieren a objetos del mundo real que exhiben esos rasgos. Por el contrario, el nombre se refiere al objeto sólo mediante lo que llaman “bautismo primigenio”, de modo que los nombres siguen refiriéndose a ese objeto aunque todos los rasgos descriptivos del objeto en el momento del “bautismo” hayan desaparecido. De allí que lo central en esta corriente sea determinar qué es lo que en el objeto, más allá de sus rasgos descriptivos, constituye su identidad, es decir, lo que constituye el correlativo objetivo del “designante rígido”, teniendo en cuenta que el objeto, entonces, se construye discursivamente (Cf. Laclau, E., “Prefacio”, en S. Zizek, El sublime objeto de la ideología, México, Siglo XXI, 1992).

20 Zizek, S., Op. cit.; pp. 23-25.

21 Véase O’Sullivan y otros, Conceptos clave en comunicación y estudios culturales, citado; pp. 301-ss.

22 Cicourel, A., Method and Measurement in Sociology, Nueva York, Free Press, 1964; citado por O’Sullivan, T. y otros, Op. cit.

23 Landi Oscar. “El discurso sobre lo posible”, en Qué es el realismo en política? De varios autores. Ed. Catálogos. Buenos Aires, 1984. El autor sostiene que “la tematización y la destematización de los hechos sociales. La hegemonía política tiene su clave en el éxito de uno o varios sectores sociales para definir el temario público de la sociedad. Un hecho no es de por sí un tema, hay que constituirlo como tal, y para ello se entablan fuertes conflictos en el plano discursivo y cultural. A tal punto que la hegemonía se define por lo que se excluye del temario público, por lo que no alcanza a constituirse como pregunta y problema de la sociedad. En este sentido, tematizar es dar realidad a un hecho”

24 Véase en el trabajo de Ferioli Nestor. La Fundación Eva Perón/2. Biblioteca Política Argentina n 294, el autor dice “Desde el día en que la Fundación publicó que otorgaría las pensiones, las asistentes sociales comenzaron a visitar los hogares comprobando que los solicitantes cumplieran con los requisitos para ser beneficiados (....) Los ancianos que lo deseaban podían trabajar, ya que el Hogar contaba con taller de cestería, fábrica de escobas, imprenta sastrería, huerta, criadero de aves y porquerizas. El trabajo era optativo y remunerado; a cada anciano se le pagaba el setenta y cinco por ciento de lo producido. A través de charlas que estaban a cargo de Asistentes Sociales, se intentaba establecer "el deber de ser útiles a sí mismos y a la comunidad en la medida de sus propias fuerzas".

25 La carrera de asistente social con carácter universitario es la Unversidad de Buenos Aires fue creada en 1935 y la de la Universidad de La Plata en 1938. La primera carrera de asistente social es la del Museo Social Argentino. Por lo tanto nos referimos a una inserción en un campo desde la primera profesionalización.

26 Grassi Estela. "La implicancia de la investigación social en la práctica del Trabajo Social". En Revista Margen n 9. Buenos Aires 1995