Arafat instó hoy a los países árabes, a través de la Liga Arabe, a unirse en una coalición internacional contra el terrorismo. Por lo pronto, se informó que Arafat y el canciller israelí, Shimon Peres, podrían reunirse el domingo, en un nuevo intento de calmar la violencia entre israelíes y palestinos.
Según Spa, la agencia oficial del gobierno de Riad, el embajador saudiárabe en Estados Unidos, Bandar Bin Sultan Bin Abdulaiz, aseguró que su país considera que cualquier compatriota que tuviera conexión con los atentados no será considerado ciudadano de esa nación, y que le fue retirada la nacionalidad a Bin Laden desde el momento en que se le consideró "enemigo público número uno" de Estados Unidos.
También expresó su confianza en que los medios de prensa y los políticos del mundo no acusen arbitrariamente a los musulmanes y al Islam por los atentados terroristas.

El secretario general de la Liga Arabe, el egipcio Amr Moussa, se comunicó con Powell para asegurarle que el bloque árabe condena los atentados y teme que se busque prematuramente a los culpables en estas naciones. Asimismo, reprochó que Tel Aviv intente aprovechar en beneficio propio la ola de atentados para reforzar su presión a los palestinos y "satanizar" al mundo árabe.
Mientras, Sharon aseguró a Powell que Arafat es el "Bin Laden de los israelíes", en una llamada telefónica, y lo instó a formar una liga internacional contra el terrorismo, con todo el apoyo de Israel.
Arafat, por su parte, se comunicó con Moussa y analizaron medios para que estas naciones se unan contra del terrorismo y adopten una posición conjunta que confirme su compromiso hacia el resto de la co-munidad internacional. Mientras, tanques israelíes entraron este jueves en la ciudad cisjordana de Jericó y cuatro palestinos murieron en un enfrentamiento en Jenin, que hoy seguía asediada por los tanques y helicópteros de Tel Aviv.

Este jueves, en un suburbio de Chicago, cientos de personas tomaron violentamente un centro islámico, mientras en Indiana la policía investigaba delitos de odio contra árabes, como el de una gasolinera de un yemenita que fue baleada por desconocidos. En Australia, un autobús escolar que transportaba a niños islámicos fue apedreado por personas que también trataron de incendiar una iglesia ortodoxa.

Dos de los presuntos autores de los atentados en Nueva York y Washington eran originarios de los Emiratos Arabes Unidos y vivieron en Hamburgo hasta febrero pasado, informó hoy el ministro del Interior regional de esta ciudad estado, Olaf Scholz. La policía hamburguesa arrestó, además, a un árabe que trabajaba en un aeropuerto alemán, en un operativo en el que fueron allanados ocho departamentos de sospechosos.
La cacería se amplió a Francia y Portugal donde las autoridades investigan a otros tres hombres -dos iraníes y un franco-argelino que aprendió a pilotear en Boston-, luego de que el FBI solicitó informes sobre ellos. La Fiscalía General de Alemania abrió una investigación en torno a una asociación constituida en Hamburgo por "personas de convicciones islámicas fundamentalistas" cuyo presunto objetivo era atacar a Estados Unidos "destruyendo en forma espectacular edificios simbólicos".