INTRODUCCIÓN
El estudio del concepto de cuestión
social, entendido como categoría de
análisis implica, por un lado, la importancia de acceder a
las diferentes maneras de comprenderlo y explicarlo, para poder así
estudiarlo en función de reflexionar acerca de cuál
sería la forma más apropiada para entender los
diferentes fenómenos vinculados con los problemas sociales en
América.
Por otra parte, la importancia del tema muestra la
necesidad de un conocimiento más profundo y reflexivo, debido
a que el horizonte de la intervención social, la comprensión
de los problemas sociales y el análisis de éstos se
encuentran estrechamente ligados a esta categoría de análisis.
En principio, las diferentes definiciones de cuestión
social, pueden ser clasificadas en dos
grandes grupos. Por un lado aquellas que la entienden como producto
de determinantes
sociales y por otro los que las explican desde condicionantes
sociales. Ambas posturas muestran disímiles tratamientos del
tema que se expresan en formas diferenciadas de analizarlo e
intervenir sobre éste.
A
su vez, una aproximación histórica de la noción
de cuestión social
la ubica en la modernidad, en este aspecto, también, si bien
existe una clara aceptación de la condición moderna de
ésta, la existen diferencias con respecto la etapa de la
modernidad en que se origina.
De
este modo, las posiciones más próximas a la noción
de determinismo la ubican en el siglo XIX, donde es vinculada con la
conflictividad específica que genera la revolución
industrial y su impacto sobre la clase obrera europea como nuevo
sector de la población que padece los efectos de la cuestión
social.
Mientras
que las relacionadas con la idea de condicionantes la relacionan
con los orígenes mismos de la sociedad moderna. Es decir desde
la existencia de un grupo o colectivo que construya mecanismos que
garanticen su integración desde la noción de individuo
y sociedad.
Desde esta perspectiva, la cuestión social se
asocia con el traspaso de una forma de sociedad a otra, que en el
caso europeo coincide con la salida del Medioevo y la entrada en el
Renacimiento. Allí, al entrar en crisis los dispositivos que
aseguraban la cohesión, la cuestión social emerge como
expresión de un cambio de época, donde surgen nuevas
formas de desigualdad y conflictividad social.
Los
problemas sociales, tal como son entendidos en la actualidad, nacen
en escenarios donde básicamente se pierden los mecanismos de
sostén, reciprocidad y solidaridad de diferentes grupos
sociales que quedan fuera del proceso de modernización y de
integración social.
A partir de esta separación a estos
nuevos “diferentes” se les atribuye desde la propagación
de enfermedades, la herejía estar “poseídos por
el demonio” a partir de ser portadores del “mal”,
sencillamente por poseer condiciones de vida, cultura y condiciones
económicas que no se adecuan a los nuevos tiempos y que se
relacionan con el ascenso de otros grupos sociales beneficiados por
las circunstancias económico sociales que generan el fin de la
Edad Media.
Desde
esta perspectiva, se presenta otro punto de conflicto, entre las dos
visiones planteadas más arriba. Este se relaciona con la
dificultad del optimismo moderno para reconocer que la modernidad
también generó desigualdad, manteniendo e incluso
profundizando desigualdades sociales. De este modo, la modernidad no
logró cumplir con las promesas de progreso indefinido,
bienestar, sociedades organizadas desde el saber científico y
especialmente emancipación.
Lo social como
cuestión
Si
lo social se presenta cono cuestión, es decir como
interrogante, como un conjunto de circunstancias que interpelan a la
sociedad, no solo se liga con la pobreza, se vincula también
con formas específicas de esta, con los procesos de
pauperización, con el impacto en la vida cotidiana de éstos.
Pero también con otros asuntos que interpelan a la sociedad
en su conjunto que trascienden la esfera de la pobreza, como la
locura, la salud, la enfermedad, la conflictividad, los mecanismos de
cohesión, los derechos sociales y civiles en definitiva: los
emergentes de la tensión entre integración y
desintegración del todo que cada época desde la
modernidad denomina sociedad.
Europa y los orígenes de la cuestión
social
La cuestión social definida desde las diferentes
tensiones que dan forma a la sociedad moderna encuentra sus primeros
antecedentes junto con la modernidad, especialmente, en el
Renacimiento asociada al surgimiento de las Ciudades Estado.
Substancialmente, esta aparición es relacionada con el
desvanecimiento de los mecanismos de integración de las
sociedades pre capitalistas y necesariamente a partir de la ausencia
de nuevos modos de solidaridad y cohesión. Lo social como
cuestión surge como una forma de resolver la distancia entre
la promesa de las igualdades cívicas y políticas, los
efectos de la desigualdad y la emergencia de nuevos acontecimientos
sociales que son problematizados como tales, por ejemplo, la locura,
la pobreza, la salud o la enfermedad. Estos cambian de connotación
en los imaginarios sociales que atraviesan la etapa de transición
entre el Medioevo y la Modernidad.
Lo social como espacio de intervención en tanto
ligado a la cuestión social naciente en la modernidad,
comienza a constituirse como una forma de resolver las dificultades
de la integración de diferentes poblaciones, personas o
grupos al nuevo escenario de la modernidad.
Desde presupuestos e
ideas diferentes a las anteriores, si los mecanismos de solidaridad,
cohesión ayuda y organización eran visualizado como
naturales, a partir del ingreso a la modernidad se constituyen
dispositivos artificiales, centrados especialmente en la nueva noción
de individuo, donde éste, ahora lentamente se transformará
en el culpable o responsable individual de sus padecimientos. De este
modo se construyen en la modernidad, lo diferente se transforma en
desigual y surge la diferencia (individual) donde antes había
homogeneidad (cultural).
El capitalismo moderno construye la supremacía
política y social de la burguesía europea,
condicionando, reprimiendo o relacionando con la conflictividad
social y la disolución a los grupos sociales que quedan por
fuera de ese orden. Es decir cuestionando a la organización
popular y a, los mecanismos de cohesión y solidaridad como
poder. Así, los pobres de Europa comenzarán a ser
perseguidos por disolventes de las nuevas formas de sociedad que se
estaban gestando.
Durante la Edad Media, fundamentalmente en su última
etapa, la vida de la mayoría de la población europea
estaba signada por la miseria, el rendimiento de la tierra era muy
pobre, el hambre y las enfermedades atravesaban la vida cotidiana.
De este modo, la comida era exigua y los campesinos eran oprimidos
por un pequeño sector de guerreros y eclesiásticos. Sin
embargo, no había una noción de desamparo, de
aislamiento en los problemas sociales, dado que las relaciones de
solidaridad y fraternidad entre los campesinos europeos, otorgaban
ciertos niveles de previsión, acompañada por la vida en
forma gregaria que hacía que colectivamente se construyeran
formas de supervivencia y resistencia que generaron diferentes
levantamientos políticos en un intermedio entre los ideales de
la burguesía naciente y el feudalismo.
Dentro del feudalismo el eje de lo que hoy se
denominaría cuestión social estaba atravesado por la
supervivencia temporal. La modernidad, produce nuevas formas de
pobreza, y problemas sociales, ahora relacionados con la noción
de progreso, y especialmente la de individuo. De esta forma, la
modernidad construye a los problemas sociales como fenómenos
individuales. Los despoja de la historia, de la cultura, de la
identidad.
La disponibilidad de bienes durante la modernidad tanto
desde sus aspectos cuantitativos como cualitativos, se continuó
manteniendo dentro de una brecha claramente preestablecida, con la
diferencia de que en este nuevo contexto lo que sobresale es la
pérdida de los mecanismos de cohesión. Estos, se
comienzan a vincular con la esfera del contrato social y del mercado.
Es decir que las formas de la desigualdad se mantuvieron con la
diferencia que crecía especialmente desde su poder político
un nuevo grupo social: la burguesía. Desde esta surgirán
la mayoría de los pensadores reformistas.
Junto con la modernidad surgen las teorías acerca
de la pobreza y los problemas sociales, estas se utilizaron para
justificar los valores de libertad e igualdad de oportunidades
enfrentándolos con los problemas sociales. De este modo, la
modernidad construye nuevas formas de justificación de la
desigualdad, se pasa de una explicación relacionada con lo
divino a otra que se relaciona con el individuo. En la modernidad,
la “culpa” de la pobreza, por ejemplo no recae en la
comunidad -sociedad-, sino en el propio individuo. Este es de algún
modo el causante de su padecimiento y a su vez es generador de la
fractura de la sociedad.
La relación individuos o grupos
étnicos y pobreza es frecuente en los escritos del
pensamiento moderno. De allí que en el siglo XVII se comenzase
a distinguir entre los pobres “dignos” e “indignos”.
Estos últimos, ligados al alcoholismo, la promiscuidad, la
vagancia, la promiscuidad, etc. Por ejemplo, en 1656 se funda en
París el Hospital general, sus funciones se relacionan con;
hospedar, alimentar a los pobres que se presenten espontáneamente
o aquellos que hayan sido enviados por la autoridad policial.
Este
establecimiento se transforma en un lugar de vigilancia de la
subsistencia de aquellos que quedaron fuera de la sociedad. No es un
establecimiento médico aún, está ligado al poder
de Rey pero funciona como una instancia del orden burgués. Así
la burguesía comienza a hacerse cargo del mundo de la pobreza,
construyendo la arqueología de la filantropía. Estos
establecimientos se multiplican en Francia donde la iglesia comienza
también a tener un papel dentro de esta trama. Los problemas
sociales se relacionan de este modo con lo político, lo
social, lo religioso y lo económico.
En este contexto europeo
surge la política del encierro de los pobres o los portadores
de problemas sociales. Ya en Inglaterra en 1575, se castigaba a los
vagabundos, así el Renacimiento, hace que la miseria pierda su
condición mística donde la caridad se equipara a la
salvación.
La pobreza, los problemas sociales, al tornarse
individuales, se transforman en una forma de castigo divino
especialmente luego de la reforma, donde se cambia la visión
de pobreza ligada a la santidad con otra relacionada con la
culpabilidad. Una larga saga de intervenciones relacionadas
especialmente con la miseria, ya el dolor no se glorifica, la
salvación deja de ser colectiva, sino que todas esas
atribuciones se corren a la esfera de lo individual, especialmente el
clave de deberes con la sociedad.
En 1662, se
escribe con respecto a la miseria: “Contribuir a hacerla
desaparecer es una tarea sumamente necesaria para nosotros los
ingleses, y es nuestro primer deber como cristianos”, este
deber corresponde a los funcionarios, deben establecer casas de
trabajo forzoso, nadie deberá mendigar.
(Foucault, Michel: 1974)En este contexto surge
Juan Luis Vives quien recomienda conocer en profundidad la “vida
de los miserables”.
La noción de Cuestión Social.
Algunas definiciones vinculadas con la noción de determinismo
James 0. Morris analizando la época que va desde
1880 y los años 1920, describe la “cuestión
social” como una totalidad de:“… consecuencias
sociales, laborales e ideológicas de la industrialización
y urbanización nacientes: una nueva forma de trabajo
dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas
cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención
médica y salubridad; la constitución de organizaciones
destinadas a defender los intereses de la nueva “clase
trabajadora”: huelgas y demostraciones callejeras, tal vez
choques armados entre los trabajadores y la policía o los
militares, y cierta popularidad de las ideas extremistas, con una
consiguiente influencia sobre los dirigentes de los trabajadores”
(…)
La Iglesia Católica, desde Encíclica Rerum
Novarum de León XIII de 1891. El eje de la Encíclica
es la cuestión social, desde su definición y se
constituye en el fundamento de la primera expresión de la
Doctrina Social de la iglesia.
En esta encíclica, se mencionan
las características de la revolución industrial, los
cambios operados en las relaciones entre patrones y trabajadores; el
enriquecimiento de pocos y el empobrecimiento de muchos. En la época
de la primera industrialización occidental, la cuestión
social se vinculó desde esta esfera con los problemas de los
obreros, especialmente con la conflictividad entre capital y trabajo.
La Doctrina Social de la Iglesia enfrenta, dialécticamente, a
las dos ideologías dominantes y alternativas entre sí:
la liberal, y la colectivista.
Otra corriente de opinión especialmente
desarrollada dentro del Trabajo Social brasileño, pone
énfasis en que la cuestión social es producto de la
contradicción entre capital y trabajo. Haciendo hincapié
en la sociedad burguesa, el tránsito a la etapa monopólica
de esta y la construcción de Políticas Sociales como
mecanismos de mediación y especialmente en la importancia de
no tomar el concepto de cuestión social en abstracto José
Pablo Netto en su libro: Capitalismo monopólico y Servicio
Social, citando a Cerqueira Filho señala que:“la
cuestión social son las expresiones difusas y atomizadas del
múltiple y polifacético complejo de problemas que son
congénitos a la sociedad burguesa moderna. Son los problemas
políticos, sociales, económicos expresados en el
proceso de constitución de la clase obrera. Se manifiestan en
la cotidianidad de la vida social”.
Iamamoto y Carvalho plantean que la cuestión
social refiere a: “las expresiones del proceso de formación
y desarrollo de la clase obrera y de su ingreso al escenario político
de la sociedad, exigiendo su reconocimiento como clase por parte del
empresariado y del Estado. Es la manifestación, en el
cotidiano de la vida social, de la contradicción entre el
proletariado y la burguesía”
En Argentina, Estela
Grassi se aproxima a la noción de cuestión social
desde: “la puesta en escena de esa falla estructural del
capitalismo moderno cuya emergencia expresada en el pauperismo , se
ubica en el siglo XIX , cuando los conflictos toman una forma que ya
no pueden ser resueltos por la vieja filantropía”...
También, Margarita Rozas al colocar la atención
en la intervención profesional destaca la relevancia de la
cuestión social para la profesión y señala que
ésta se “construye a partir de las manifestaciones de
la cuestión social y dichas manifestaciones son las que
configuran el campo problemático. La cuestión social
debe ser analizada como producto de la organización y
funcionamiento de la sociedad capitalista y la implicancia directa en
la vida de los sujetos.”
La comprensión de la cuestión social
desde la noción de condicionantes sociales.
Robert Castel (1997) define la Cuestión social
como: “Es una aporía fundamental
sobre la cual una sociedad experimenta el
enigma de su cohesión y
trata de conjurar el riesgo de su fractura”
Pierre Rosanvallon (1995) expresa que la noción
de cuestión social del siglo XIX se relacionaba con múltiples
dificultades que surgían de la naciente sociedad industrial.
Relacionando los fenómenos actuales de la exclusión
social, este autor, plantea que se requieren nuevas categorías
de análisis para comprender la cuestión
social donde esta se hace más compleja
a partir de la heterogeneidad de las diferentes expresiones del
problema.
Este autor, plantea el concepto de “nueva cuestión
social”, relacionándolo con las dificultades de gestión
de los instrumentos clásicos del estado de bienestar, ligados
a poblaciones homogéneas. Por otra parte, ante la crisis del
Estado de Bienestar, Rosanvallon propone una necesaria mirada a los
mecanismos de cohesión de la sociedad, dado que la crisis de
éstos es una expresión de la “nueva cuestión
social”. Poniendo el acento en la fractura social a partir de
múltiples causas de ésta.
Juan Suriano, en el texto “La Cuestión
Social en Argentina”, toma la definición de James
Morris, ya mencionada, pero le agrega diversos niveles de complejidad
…“para el caso Argentino,… me parece
relevante ampliarla e incluir dentro de la cuestión social
otros dos temas significativos; por un lado, los problemas suscitados
desde fines del siglo XIX en torno al género y relacionados
centralmente con el rol de la mujer en su carácter de
trabajadora y/o madre; por otro, descentrado el tema migratorio y
obrero, la cuestión indígena, que tuvo su manifestación
más dramática al finalizar la campaña de 1880
cuando miles de indígenas fueron exterminados y los que
sobrevivieron sufrieron un proceso de desestructuración…
Para
finalizar con la definición, merece aclararse que la cuestión
social en un concepto más abarcador y ajustado que
cuestión obrera en tanto que este último remite
específicamente a los problemas derivados de las relaciones
laborales…
Sin embargo es importante remarcar que….aunque
no fue la primera manifestación de la cuestión social,
el problema obrero está en el centro del debate y cruza la
mayoría de los problemas inherentes a la cuestión
social; la pobreza, la criminalidad, la prostitución, la
enfermedad y las epidemias o el hacinamiento habitacional….”
La cuestión social en América una
forma de aproximación al problema
En América la cuestión social surge como
producto de diferentes tensiones. Una de ellas es la propia
dispersión de culturas y civilizaciones que origina la
conquista, con la consecuente resistencia a estos nuevos signos del
poder.
Como forma de respuesta a este avasallamiento, el asedio
cultural del colonizador, es respondido desde la tenacidad del
colonizado como forma de resistencia. Es allí donde se
construyen nuevas signos de sociabilidad en la búsqueda del
lazo social perdido o avasallado. En otras palabras, la cuestión
social, como problema y como concepto llega a América de la
mano de los europeos, impuesta por la conquista.
Desde esta perspectiva, los inicios del orden
capitalista en nuestro continente son muy distintos a los europeos,
faltan siglos para que se produzca la fase fabril y mercantil del
capitalismo. De allí que las leyes “universales”
que regulan a la sociedad capitalista, no se darán en forma
mecánica en clave de las relaciones capital- trabajo como
ocurre en el contexto de la Revolución Industrial Europea. Por
otra parte, la creación de la fuerza de trabajo en América
es una imposición del colonizador y no producto “evolutivo”
que llega desde el Medioevo.
Pero como toda imposición, esta creación
de la fuerza de trabajo, implica siglos de resistencia, de luchas y
de diferentes formas de la opresión. En otras palabras, la
fuerza de trabajo, desde su propio devenir, en nuestro continente es
singular, está atravesada por la historia, ha generado
movimientos insospechados y, muchas veces incomprensibles para los
observadores europeos y también en los propios americanos.
En nuestro continente la “posesión privada
de los medios de producción” se impone por la mera
fuerza de la conquista. No hay, por ejemplo, una trasmutación
del Inca en gobernante capitalista, Pizarro se encargará de
ocupar su lugar y exterminar la estructura de gobierno, tomando de
ésta, solo lo que le puede ser funcional para su proyecto
político, económico, cultural y social.
En América, la separación entre
propietario y productor se construye en forma diferente a Europa
siglos después de la conquista. Incluso en los orígenes
del Estado Nación Argentino la oligarquía terrateniente
es propietaria y productora, mientras que la parte más
“industrializada” quedaba en manos de una nueva metrópoli
(Londres). Los obreros que trabajaban la materia prima Argentina,
curiosamente vivían en Inglaterra.
Tampoco en América hubo una absorción de
artesanos a las fábricas. Los primeros desarrollos
industriales nacionales en la Argentina, por ejemplo, fueron
destruidos por el capital británico luego de la batalla de
Caseros en 1852. Argentina luego de esta derrota, se constituye de
esa manera en un país agrícola ganadero. El intento de
desarrollo industrial Americano más poderoso y avanzado de
esta región en el siglo XIX (Paraguay), fue destruido en la
Guerra de la Triple Alianza donde Argentina, Brasil y Uruguay, fieles
a las órdenes del coloniaje británico obtuvieron para
ese imperio las tierras que necesitaba para las plantaciones de
algodón. sencillamente, por una simple necesidad de
territorios ya que la guerra de secesión en los Estados
Unidos hacía que el mercado británico se pierda
plantaciones y producción.
Los pocos artesanos que aún quedan en la
generación del ochenta son excluidos por su condición
de gauchos, de mestizos, de orilleros, deberán permanecer en
el campo, donde serán explotados no como campesinos sino como
peones de estancia. Sus hijos recibirán la educación en
las escuelas de Domingo F. Sarmiento, donde se les enseñará
a despreciar a sus padres por bárbaros.
De este modo la creación de la fuerza de trabajo
en América es singular, diferenciada en una gran cantidad de
aspectos de la europea.
Lo mismo ocurre con la cuestión social donde su
génesis se vincula con el propio origen de la patria, de la
nacionalidad. En definitiva, en la génesis de las primeras
luchas por recuperar la integración perdida.
América, conquista y cuestión social
Los inicios de la cuestión social en nuestro
continente se vinculan con los efectos de la conquista en el marco de
una modernidad naciente. Los problemas sociales que surgen como
consecuencia de ésta están estrechamente relacionados
con la fragmentación de las sociedades conformadas por las
culturas originarias. Allí la diversidad, lo diferente trocó
en desigualdad. Esa desigualdad es producto de factores económicos,
políticos, culturales y sociales. No implica ni capital ni
trabajo (tal como se expresaron en Europa), sencillamente:
depredación, saqueo y desencuentro entre unos y otros. De
allí que la cuestión social se manifieste en América
a partir de una hecatombe demográfica, de la que el continente
tardará más de tres siglos en recuperarse, con el
consecuente empobrecimiento, y disgregación producto de
diferentes formas de explotación y violencia.
Se moría y aún se muere, de hambre en
nuestro continente. Enfermedades, masacre de poblaciones, hambre,
miseria, estigmatización, son algunos efectos de la cuestión
social en América, donde las primeras victorias de los
colonizadores, no solo se expresan en lo militar, sino en la ruptura
del lazo social de los dominados. Mientras que el producto económico
del saqueo y la expoliación de América, sirvieron para
financiar la revolución industrial y porque no, a la misma
clase intelectual que se oponía a esta, pero muy poco miraba
nuestro continente.
Desde esta perspectiva, la cuestión social
americana es una expresión del colonialismo europeo que
comienza a constituirse cuestión nacional, a partir de
naciones, culturas y civilizaciones agredidas, desvinculadas de sus
tradiciones, de sus formas de producción, de su sabiduría
y de su historia.
La cuestión social americana, también
abarcará en poco tiempo a muchos españoles y mestizos
quienes son segregados y puestos en el lugar de la barbarie junto con
los aborígenes, por el solo hecho de no pertenecer a la forma
de sociedad que se estaba construyendo en América. Luego, las
guerras de la Independencia, como expresión de la
construcción de nuestras naciones en un juego de pujas
económicas, políticas, sociales y culturales, fueron
construyendo nuestra nacionalidad, pero desde allí también
se generó otra forma de cuestión social, donde la
problemática de la integración de los territorios que
se iban liberando de España implicó mas y nuevos
problemas sociales.
Nuestros pueblos desde la historia, lucharon por
su integración, participaron de contiendas donde las formas de
construcción de lo que más tarde fue la sociedad tuvo
derrotas y victorias. De allí que la cuestión social se
relacione con la génesis de los movimientos nacionales, donde,
desde cada expresión de éstos se proponían
formas de integración, y especialmente resolución de
las diferentes formas de la desigualdad. La Independencia traía
consigo misma una promesa de una vida mejor, un nuevo contrato social
una resolución al fin de los problemas sociales.
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