MARTES ¤ 27 ¤ FEBRERO ¤ 2001

¤ El recibimiento a la caravana inquietó al gobierno y los grandes caciques

Incluso anarcopunks, en la concentración por la presencia zapatista en Oaxaca

¤ Mixtecos, triquis, mazatecos, zapotecos, chatinos, chinantecos, mixes y amuzgos se dieron cita, pese a encontrarse en el tiempo de iniciar la siembra de milpa y la recolección de café

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Oaxaca, Oax. 26 de febrero. "Para los que están altos qué chingón", dice el muchacho, sonriente.

Frente a la plaza de la catedral llena de una a otra calle y en el templete la delegación zapatista extendida al fondo, el muchacho, de baja estatura como tantos oaxaqueños, y por debajo del nivel de visibilidad de la multitud, habla, feliz, sin asomo de frustración, en dirección a un hombre mayor, indígena como él pero no tan chaparro.

Mira hacia arriba, a los ojos de los que sí alcanzan a ver el estrado y escucha, escucha bien, y siente el ambiente.

"¡Gorritos, los goorritos!", voceaba un vendedor de pasamontañas a 30 pesos, poco antes, entre los ríos de gente que se apretujaban concéntricos. Indígenas, mestizos y diversidad de extranjeros, pero sobre todo indígenas, se congregan después de las tres de la tarde para recibir a los visitantes más cantados y esperados en muchos años en la vieja Antequera.

Los noticieros de la radio, las paredes pintarrajeadas, los carteles en los postes, las declaraciones del gobierno, la realidad televisiva y hasta Radio Bemba, la que corre de boca en boca, no hablaron los días recientes de otra cosa. Y hoy fue el asunto exclusivo de la ciudad, en todos los tonos. Desde los muy espectaculares anarcopunks locales hasta los miles de triquis en fila que trajo el Movimiento Unificador de Liberación Triqui (MULT), toda la concurrencia al recibimiento inquietó en extremo al gobierno, los grandes caciques, la clase patrona y sus cajas de resonancia. De hecho, todavía no se les pasa el susto.

Que el subcomandante Marcos vaya en camino, que cerca de tres mil personas sigan a la delegación del EZLN a través del Istmo y la sierra, y que mañana la caravana se dirija a la Mixteca ocupa la atención del gobierno priísta local y foxista federal en grado superlativo. El Palacio de Gobierno no laboró, hoy permaneció cerrado.

Al cierre de esta edición, la delegación de la comandancia zapatista pernoctaba en la Casa de la Iglesia Oaxaqueña, en la colonia Reforma. Allí un grupo de chamanes y curanderos fueron a hacerles una limpia a los comandantes y al subcomandante Marcos, y ellos, muy serios, de dejaron limpiar las malas vibras, por si las dudas. No obstante, para tranquilidad del gobernador Murat y la amplia red de policías federales y estatales, encubiertos y descubiertos, los zapatistas salen mañana muy temprano, y Oaxaca volverá a la normalidad.

El poder, con los nervios de punta

La papa caliente de la movilización nacional indígena había abandonado Juchitán temprano esta mañana, bajo el signo preocupante de una nueva amenaza de muerte denunciada por el EZLN. Según un nuevo anónimo, una conocida banda de matones atentaría contra los zapatistas en Jalapa del Marqués. Cuando pocas horas después la caravana atravesó dicha población, centenares de niños y jóvenes sonrientes se pusieron a orillas de la carretera para decirles adiós.

Un helicóptero de la Policía Federal Preventiva volaba en círculos de un lado al otro de la carretera. El autobús de los zapatistas y su cauda de autos de sociedad civil, periodistas, Policía Federal de Caminos y cantidad de tira y espías formaban la primera parte de la caravana.

Separados algunos kilómetros de este bloque, viajaban unos 60 autobuses y camiones de organizaciones indígenas, estudiantes, variopinta sociedad civil, italianos de blanco y de colores, estadunidenses, franceses, chiapanecos, tlaxcaltecas y chilangos, a una velocidad menos enloquecida. La caravana propiamente dicha.

La prensa y las policías, así como inteligencia militar y Gobernación, salen cada mañana a jugarse el pellejo en pos de del autobús sin que la Federal de Caminos permita a nadie rebasarlo. Las carreteras están siempre cerradas al sentido contrario, así que tráileres y camiones esperan, orillados.

Desde Tehuantepec, sin hacer alto, la caravana surcó hoy la geografía oaxaqueña para desembocar en la Alameda de León en la capital del estado, donde según la radio local aguardaban a los rebeldes chiapanecos puros cholos, chavos banda y estudiantes que no fueron a ezln-oaxaca4 la escuela, así como miembros de organizaciones "que no representan a la sociedad oaxqueña". Gente, según los locutores, "que todavía cree en el comunismo", y está "extraviada o manipulada", si no, ¿cuál sería la explicación?

El abrazo verdadero

En Camarón, y también en Oaxaca, una pinta: "¡Viva Fox! ¡Viva Marcos! ¡Viva la paz!". Es la excepción. Todas las mantas, bardas y gritos son para el EZLN. Los niños de las escuelas en las comunidades del trayecto formaban vallas a los lados de la cinta asfáltica, vitoreando al EZLN y a Marcos.

En Tehuantepec, el obispo sin diócesis Arturo Lona, figura indispensable del Istmo y sus luchas, preparó un centenar de escolares para acordonar a los comandantes y echarles porras durante el acto de bienvenida que brindó parte de la población en un salón de baile. En mucho mayor número, otra parte de los habitantes se volcó a la carretera formándose hasta el puente sobre el río Tehuantepec (o lo que de él queda).

Escenas así se repetirían en casi todas las poblaciones en los 220 kilómetros del trayecto. Pero el abrazo verdadero lo recibirían los zapatistas en la Alameda de la capital.

Allí, la presencia de jóvenes fue notable. A los indígenas de los pueblos oaxaqueños se unieron escolares y punks en una variedad de estilos y actitudes digna de las grandes urbes. Para esta parte del público, la presencia de Marcos era la clave. Se mostraron impacientes con los demás oradores, y vitorearon al subcomandante cuando tomó la voz.

Pero estos adolescentes sólo acompañaban a los miles de campesinos que demandan la aprobación de la ley de derechos y cultura indígenas, cuya causa abandera el EZLN. Mixtecos, triquis, mazatecos, zapotecos de la sierra, chatinos, chinantecos, mixes, amuzgos, venidos hasta aquí a pesar de encontrarse en el tiempo de iniciar la siembra de milpa y la recolección de café en sus comunidades dispersas en las cuatro direcciones del estado.

La comandanta Yolanda se dirigió a ellos: "Los indígenas oaxaqueños han hecho que todos los indígenas se sientan orgullosos de serlo". Adelfo Regino, abogado mixe y miembro del CNI, dijo: "Vivimos un tiempo privilegiado. Tiempo de tener un solo corazón", y se pronunció por respaldar a los zapatistas y por "la reconstrucción integral de nuestros pueblos".

Presentado por el comandante tzeltal Abraham, el subcomandante Marcos expresó la intención de la marcha: Para que deje de ser delito pensar como indígena".

Se refirió a los pueblos indígenas como garantía de que se conserven la nación y sus recursos: "Ya no habrá ni Plan Puebla-Panamá ni Proyecto Transístmico ni nada que signifique la destrucción de la casa de los indígenas".

De la fortaleza de las raíces depende la salud del árbol que es México. En discurso de Marcos, y el breve cuento de los dioses primordiales que lo ilustró al oaxaqueño modo, se desprendía la idea de la autonomía india como defensa de la nación.