SABADO ¤ 24 ¤ FEBRERO ¤ 2001

¤ Lamenta que los rebeldes no reconozcan su legitimidad y buena fe; ''aun así, avanzamos''

Por la marcha zapatista arriesgo todo mi capital político, afirma Fox

¤ Estoy dispuesto a dar una oprtunidad a Marcos aunque me tachen de torpe, dice a comunicadores

¤ El mandatario sale en defensa del canciller; ninguna comunicación de Castañeda ''hacia allá''

BLANCHE PETRICH

El presidente Vicente Fox echa mano de toda su elocuencia para persuadir a un grupo de directores de diarios, conductores de radio y televisión y columnistas: ''Mi prioridad, estos días, es que la marcha del EZLN salga bien. Pongo en riesgo mi Presidencia, todo mi capital político. Hay que darle una oportunidad a Marcos''.

Acusaciones como las que hizo miércoles y jueves el vocero del Ejército Zapatista, de que Fox impidió el resguardo de la Cruz Roja Internacional a la marcha y de que su canciller Jorge Castañeda le envió un mensaje amenazante, son, a esta hora, "cosas pequeñas" para el mandatario.

"Caen por su propio peso; no son ciertas. Pero no golpean a mi gobierno, no me debilitan, como hubieran debilitado a gobiernos anteriores, porque tenemos legitimidad". Varias veces más habría de volver al mismo punto, lamentando que los zapatistas no reconozcan su legitimidad y su buena fe, "a pesar de todo lo que -insistió- hemos avanzado para acercarnos a ellos".

Durante hora y media, en una comida ofrecida en Los Pinos a líderes de opinión, Fox machaca sobre lo mismo y no deja de pedir: "Démosle una oportunidad a Marcos; que enseñe sus cartas, que demuestre su voluntad de diálogo. Yo estoy dispuesto, a riesgo de ser calificado de torpe".

La composición de los receptores es heterogénea; hay periodistas que descalifican la causa zapatista y desde sus espacios informativos suelen hacer escarnio de la figura de su dirigente.

Por eso, cuando Fox llega a comparar la marcha de los 24 jefes zapatistas con "las grandes marchas de Martin Luther King" por los derechos de los negros en los sesenta, algunos comentarios le replicaron queriendo ser jocosos:

-O la marcha de Hammelin...

-O la marcha de Zacatecas...

Fox pretende no escuchar y continúa:

"En fin, ahorita lo que más me preocupa es que todo salga bien. Qué lástima, hubiera sido valioso que hubieran aceptado (los zapatistas) reunirse antes con la Cocopa para afinar algunas cosas. Ninguna de las partes hubiera perdido la figura con ese contacto. Si hasta doña Rosario Ibarra estaba preocupada por eso".

El factor Castañeda

Varios de los invitados insisten en indagar sobre las razones que tendría Marcos para señalar constantemente al canciller Jorge Castañeda como uno de los factores que ponen en riesgo el proceso de paz, y como un actor gubernamental que envía mensajes y hasta amenazas a la selva Lacandona. Fox es tajante en su defensa.

"No hubo ninguna comunicación de Castañeda para allá. Al menos desde mi conocimiento, no la hubo. Aquí analizamos a fondo todas las opciones para comunicarnos con Marcos, vimos como 50 opciones. Pero decidimos por consenso que uno solo iba a ser el vehículo de los mensajes: don Luis H. Alvarez (el comisionado para la Paz). Nosotros no tramitamos nada ni a través de Jorge (Castañeda) ni de Adolfo (Aguilar Zinser, el comisionado de Seguridad Nacional). Ninguno de los dos tiene intención de dañar el proceso de paz".

-Independientemente de si Castañeda en efecto envió un mensaje o no -se le comenta-, la frase aquella de "quieren guerra de mentiras, tendrán paz de mentiras" tiene todo el sello del canciller.

El Presidente brinca la pregunta: "No sé por qué lo dicen; él es de los más positivos. Para nada es de los más duros, que los hay, ¿eh?''.

-¡Nombres!, ¡nombres! -reclama alguien.

El Presidente sólo ríe y regresa al tema de Castañeda: "N'ombre, yo no entiendo por qué Marcos ya se lo agarró de su punching bag".

Fox Quesada reiteró la versión oficial de que desde el gobierno federal no hubo interferencia alguna para que el Comité Internacional de la Cruz Roja decidiera, desde Ginebra, no actuar como garante de la marcha. Pero la participación del CICR, de todos modos, no le entusiasmaba desde el comienzo. "No era necesaria para brindar seguridad. No hay tensión. Ahora, como testigo de calidad, tal vez, pero para eso están los medios de comunicación".

-Pero los periodistas no son un organismo internacional, no tienen la misma investidura de neutralidad que sí tiene la Cruz Roja Internacional.

-Yo confío en la neutralidad de los medios.

Contra la fobia a los extranjeros

Alguien lo cuestiona por haber permitido el retorno de extranjeros pro zapatistas "en violación de la ley", que impide a no nacionales participar en política interna.

"Ese es un viejo cuento priísta. Ellos ya están aquí, no se les está ocultando nada y no creo que se esté violando ninguna ley", responde Fox. "Sé que corro el riesgo de que critiquen mi política en el extranjero, pero eso me tiene sin cuidado. Al contrario, yo creo que abrir las puertas le da una gran autoridad moral al país".

Lo inquieren sobre posibles frustraciones y resentimientos por parte de las fuerza armadas. "Al final de cuentas -dice quien plantea la pregunta-, ellos fueron los que sufrieron la agresión con el levantamiento".

Fox replica confiado: "Ni resentido ni frustrado. Al contrario, el Ejército está demostrando toda su buena voluntad; está dispuesto a aportar lo que sea necesario para la paz. Ellos saben que su responsabilidad se limita a garantizar la seguridad, la integridad del territorio y la estabilidad. En cuanto a la declaración de guerra del 1o. de enero de 1994, sé que sigue en pie, pero yo quiero pensar que no fue a mí a quien se la declararon, fue al régimen anterior''.

Varios de los presentes han hecho largas entrevistas de radio y televisión al subcomandante Marcos en fechas recientes. El presidente Fox confiesa que ve y escucha esos videos frecuentemente. "Veo que ha evolucionado. Le creo cuando dice que quiere salirse de la selva, instalarse en otro lado con su esposa o su novia y su hijito, que ya está harto de los mosquitos. Pero no da oportunidad de ver cómo". Más adelante agrega: "Si Marcos decide plantarse aquí, en el DF, todo es ganancia. Si quiere regresarse allá, a aislarse, a no hablar con nadie, allá él. Si Marcos me falla, nos van a fallar las cosas. El tipo va a quedar muy mal si no sigue la linea que ha marcado".

Dice que cada día de marcha Marcos aprenderá algo nuevo. Y cuando esté frente al Congreso aprenderá que hay que consensar. Así aterriza en el tema de la aprobación de la iniciativa de ley de derecho y cultura indígenas de la Cocopa. El promete: "Yo voy a pedir ir a hablar al Congreso; la voy a empujar, la voy a defender. Pero de entrada hay que aceptar que va a haber ajustes; en la democracia el Presidente propone y el Congreso dispone. Si nosotros somos flexibles, si el Congreso está dispuesto a escuchar a todas las voces y tiene toda la apertura para hacerlo, Marcos también va a tener que ser flexible".

Reconoce que hay resistencias, y que a él, como Presidente, "me toca atemperar los brotes que pueden echar a perder todo esto. Por eso ya hablé con Diego (Fernández de Cevallos), con el gobernador de Querétaro".

Por último, aunque a lo largo de la conversación el mandatario confunde deliberadamente los términos de "firmar la paz" y "sentarse a negociar", admite que después de la marcha sí ve él un momento en el que se asiente el proceso de negociación formal. "Lo que yo veo -aseguró- es que el momento de sentarse a una mesa de negociación se va acercando."