La crisis de las sociedades en que
impera el modo capitalista de producción en su estadio neoliberal globalizador
actual, se nos presenta como un inmenso pantano de miseria humana de donde
surgen, palúdicas, miríadas de mercancías y la
personalidad alienada como
su forma y contenido elemental. Por eso, nuestra exposición presenta el
resultado del trabajo e investigación en el campo de la salud - entendida esta
como el proceso mismo de socialización, cuyo epítome es la humanización (1) - a
partir del análisis de la personalidad alienada.
El primer lustro de este siglo
inaugura dos Estados nuestroamericanos:
La República de Cuba en 1902 y la República de Panamá en 1903. Ambas
historias libertarias expoliadas por el naciente imperio estadounidense mismo
que ahora, en la cúspide del poder de un sistema económico mundial en crisis
sólo le queda, al cierre de la época, el argumento de la violencia bélica para
someterlas. Cien años de explotación no sólo de los recursos naturales sino de
lo más importante; la unidad de sociedad, de cultura y de propósito "de pueblos
que nacieron armados del pomo de la espada de Bolívar"(2) al sur y de Morelos al
norte de nuestro continente no bastaron, como tampoco lo fueron trescientos al
imperio español, para detentar a los hombres y mujeres nuevos de América; esta
síntesis humana autóctona que, teniendo por tronco a los naturales, fue
injertada por hombres provenientes de todos los pétalos de la rosa de los mares
con un solo objetivo: la libertad, misma que ya estaba siendo encadenada por
quienes, poco antes, la habían proclamado: "Los Estados Unidos parecen haber
sido puestos por la fatalidad en el Nuevo Mundo para plagar a la América de
miserias, en nombre de la libertad"(3). Así previó el genio, Bolívar, las
coartadas que esgrimiría la ambición "gringa" y sentenció su condena.
La historia es conflicto y el
conflicto es la crisis de la organización social impuesta por la sociedad
dominante, en donde la cotidianeidad de los sometidos, estructurada por la
uniformidad institucionalizada de las relaciones enajenantes y detentantes de
sus miembros, es decir, la relación mercantil (burguesa) de comprador-vendedor
elevada, en la crisis actual, a su expresión de usura: deudor-acreedor, porque
ya no hay nada más para enajenar, condiciona características físicas y mentales
que definimos como personalidad alienada: un modo de vida posesivo de
conducta detentante, ventajoso, desconfiado, hostil, insensible e irreflexivo en
donde el devenir y la variedad del real son percibidos sin origen ni historia,
unidimensional, estereotipado obsesivamente en el éxito económico como único
valor en la vida que "así es" y las "cosas" (incluyendo personas, animales y
objetos) que "así son", por alguna voluntad poderosa delegada en el sistema y su
encuentro con él es fragmentario, relacionándose solo con la parte que en ese
momento le resulta de provecho, de utilidad, permaneciendo como un espectador
más o menos remoto del resto(4) pero sufriendo, sin saber porqué, una permanente
insatisfacción y angustia. Inversamente recíproca, la personalidad posesivamente
alienada, cuando no puede detentar, adopta una conducta enajenante, de entrega,
de sometimiento, posición desde la cual espera poseer por medio de la adulación
al poderoso. En ambas conductas, la personalidad se empobrece y vacía como ser
humano.
Este es el paisaje de
la preocupación de todos los días en el sub-nivel societal de
integración humana, que es el más amplio y el que modela a los subsiguientes que
son en donde se manifiestan con mayor especificidad los síntomas de patología
sociocultural y en el sub-nivel de la persona los psicopatológicos, que son
manifestaciones exageradas, grotescas, como caricaturas, del modo de vida
posesivo concentrado en cada estadio del desarrollo personal y que, debido a los
años de continua crisis personal y social, obligan a cobrar conciencia de la
alienación.
En este último encuadre, el del
desarrollo de la persona, la Psicología Genérica ha aportado el conocimiento de
las leyes de transición entre los distintos subniveles de integración del ser
humano. Se define como sub-nivel de integración aquellas porciones de la
realidad del hombre que están determinadas por metas comunes, es decir, por la
satisfacción de necesidades colectivas. Es así como se han caracterizado a los
grupos, las comunidades, las instituciones y las sociedades como subniveles de
un solo y único nivel humano de integración (9). La transición entre un
sub-nivel y otro se definió en el sentido de que: cada sub-nivel se convierte
en medio del inmediatamente superior. Es así como, el grupo se integra en el
"agrupamiento" organizando el sub-nivel de la comunidad; esta, como
"colectividad" en el sub-nivel institucional y, este, como fuerza de trabajo en
el sub-nivel de la sociedad.(19). De esta manera, los subniveles inferiores
determinan la existencia de los superiores, a la vez que estos
modelan a los primeros.
Sub-nivel institucional
La vida del ser humano se origina
en familia cuya función y organización evolucionó históricamente y que, en la
Edad Media, consistía en la transmisión de la propiedad y los nombres pero había
perdido la función educativa de los niños que los griegos desarrollaron con su
"paideia" (5). Las dos instituciones primordiales, familia y educación, se
realizaban directamente, debido a la aún simple organización de la sociedad, en
la conjugación de comunidad-institución que concentraba el máximo número de
personas en un mínimo de espacio; la ciudad de entonces, yuxtaponiendo
grotescamente las clases sociales. Así fue modelada la conquista de América por
la lucha de los reyes europeos, a la manera medieval: "todo pleito de familias.
Matrimonios y testamentos hinchaban o enflaquecían imperios" (6), bajo la
supervisión de la institución globalizadora de entonces: la iglesia
católica.
S in embargo, por mucho que
manipulasen las caprichosas manos reales y celestiales, avanzaba la producción e
intercambio de mercancías: se desarrollaban los artesanos y cobraban fuerza los
burgueses. Se gestaban los estados modernos. "Fue el pueblo y no la realeza, los
que hicieron la conquista: villanos, campesinos, pescadores, bandidos,
mercaderes, estudiantes, cargados de odios, prejuicios, amores, supersticiones,
temores," (6), en fin, su cultura y tradición medieval, impulsados por la
esperanza de dejar de ser "hijos de nada", es decir, la personalidad aglutinada
que eran en el seno de la iglesia que regía y controlaba, de manera absoluta, su
modo de vida, siendo la fuente de la patología sociocultural de la época así
como de la "cura": la defensa y reparación contra las ansiedades y estados
psicóticos --posesión demoníaca -- mediante la adaptación, el sometimiento, a la
institución que todo lo abarcaba y que de la enajenación derivaba su poder
alienante. Las instituciones, como las cosas (fetichismo), tienen poder porque
los seres humanos enajenan en ellas sus propios poderes.
L os conflictos de una globalización
tal, religioso-monárquica, llevó a las crisis de las reformas luterana y
calvinista, provocando que el siglo de oro de España (XVI) también lo fuera para
las así clasificadas "herejías". Contra ellas "España organiza milicias de su
iglesia con san Ignacio de Loyola y quema herejes -- luteranos, hugonotes,
judíos -- en las hogueras donde Torquemada arrima leña seca con todo fervor"
(6). La conquista de América fue una guerra religiosa no sólo contra los
naturales del continente sino entre los reformadores y los que favorecían al
Papa que, ya en 1493, había dictado una Bula por la cual dividía entre España y
Portugal las nuevas tierras halladas.
Al trauma del nacimiento de América
se sumó el poblamiento de españoles que. convictos por delitos graves y
desterrados al nuevo mundo por la "excelencia de los reyes", se les autorizó
traer esclavos negros u otros cazados en Cabo Verde o en Guinea por sugerencia
de los padres Jerónimos: "y que sean bozales y no criados en Castilla porque
estos salen bellacos." Y así llegan los primeros a las Antillas tan sólo catorce
años después de Colón. Naturales, europeos y africanos configuran la demografía
básica de la América nuestra de recio mestizaje, jerarquizada feudalmente en
combinaciones de esclavos (naturales y africanos); siervos (mulatos y mestizos)
y señores, los despóticos y aviesos peninsulares y otros colonizadores europeos,
institucionalizando los muros espirituales de la ignorancia y los prejuicios
raciales que, aún hoy, en la post-modernidad, impiden nuestra integración en una
heterogeneidad que funcione humanizantemente. "No hay odio de razas, porque no
hay razas" (entiéndase, socialmente determinantes) sentenció José Martí a cuatro
siglos de la conquista: "el continente, descoyuntado por un mando que negaba el
derecho del hombre al ejercicio de su razón", se transformó por medio de la
revolución "en un gobierno que tenía por base la razón: la razón de todos en las
cosas de todos... donde resalta la identidad universal del hombre". Este
postulado martiano lo afirma actualmente la antropología concreta (14), la
Psicología, demostrando en su práxis que, "el hombre es un ser genérico"
(7)
Violenta tuvo que ser nuestra
revolución de independencia, a tono con la brutalidad de los colonizadores, para
derrotar al opresor europeo entre la maraña irracional de pasiones, intereses, y
voluntarismos de criollos, mestizos, indígenas, mulatos y negros, cuyas
rivalidades y antagonismos entre sí por supuestas motivaciones étnicas eran tan
sólo un desplazamiento de la causa real: la explotación y expoliación europea
del continente y del hombre americano, para lo cual enfatizaban las diferencias
existentes entre ellos (color de la piel, otros hábitos y costumbres, religión y
cultos anteriores a su "conversión"), dicho en una palabra, racismo en
todas sus manifestaciones y, además, legalmente instituido fomentaba las
traiciones en busca del favor del poderoso, aún a costa del deseo de libertad no
solo de la mayoría de los pueblos de América sino del propio de cada uno; y a
pesar y con el pesar de ello, triunfó el Libertador. "Tampoco diremos nada de
los pardócratas (colores étnicos) porque al entrar en el hondo abismo de estas
cuestiones, el genio de la razón iría a sepultarse como en la mansión de la
muerte" (3). Es oportuno recalcar en este punto, que Bolívar fue educado
vivencialmente en los principios de la Revolución Francesa, los hoy denominados
Derechos Humanos, conviviendo desde niño con llaneros y leyendo y discutiendo a
los clásicos con su preceptor, Don Simón Rodríguez de quien, por cierto, no
recuerdo ninguna escuela que lleve su nombre para honrarlo y quizá sea mejor así
para no burocratizar la memoria de ese insigne pedagogo autogestionario (8). Esa
formación de su personalidad independiente determinó el modelo de la sociedad
que se propuso para América: una Anfictionía, un Congreso de Pueblos Libres que
gobiernen el continente.
La guerra contra España se luchó
con fiereza y, simultáneamente, se tuvo que ir creando la institucionalidad
donde, con otra de sus genialidades, Bolívar completa a Montesquieu agregando a
las tres ramas del poder público, el Poder Electoral o Electorado para su
constitución del Alto Perú (después llamado Bolivia en su honor) que hoy se
plantea como uno de los temas de mayor importancia en las reformas del Estado en
México y otros países americanos: el Tribunal Electoral.
Sub-nivel comunitario
Sin embargo, después del triunfo
independentista, "la colonia siguió viviendo en la república. El problema de la
independencia no era el cambio de formas, sino de espíritu" (10), dicho en
lenguaje de la salud, había que cambiar el estado de alienación, de
extrañamiento de sí, por uno de objetivación de manera que tanto la lucha
como la nueva realidad social e institucional que los americanos se habían
producido, la república, la vivenciaran como resultado y objeto de su propia
actividad libertaria, en su objetivación , en libertades que confirmaran
y realizaran su propia personalidad social americana, su
identidad, superando los antagonismos racistas, localistas y de toda
índole, surgidos de las divisiones administrativas y de las "castas" sociales
creadas durante la conquista y la colonia. Pero no fue así. Al derrumbe de la
estructura monarquico-religiosa, no se correspondió la ruptura del sincretismo
psicosocial que aglutinaba al binomio (madre-patria)-(madre-iglesia): esta
figura retórica unisexual (pura madre) que nos deja huérfanos de padre si no
reconocemos como tal a la cultura nuestroamericana.
La "guerra social" como la denominó
Bolívar, estalló entre cada provincia, ciudad, hacienda, pueblo, comunidad,
parroquia y grupos familiares, pronunciando cada uno su particular independencia
y, en franca regresión psicosocial, se volvió al poder autónomo de los grupos
aventureros que hicieron la conquista arriesgando su vida y sus bienes. Se
reafirmaba el caciquismo. Desde esa posición, anárquica en lo institucional y
autárquica en lo comunitario, y ante la debilidad y pérdida económica en el
proceso de prestarse los servicios públicos (12) que requerían, no les resultó
difícil a los intervencionistas (que no inversionistas) introducirse entre
nuestras divisiones e irse apropiando de nuestros mejores recursos. Un brevisimo
recuento además incompleto, hasta la primera década del siglo que termina, de
quién se fue chupando la sangre de las venas abiertas de América latina (15),
cronológicamente, es el siguiente:
1831, ataque de las fuerzas estadounidenses a las Malvinas (Argentina) y
destrucción de Puerto Soledad. 1835-36, secesión y anexión de Texas
(México) por los Estados Unidos. 1846-47, guerra de conquista contra
México y despojo de mas de la mitad de su territorio por los Estados Unidos.
1853, Usurpación del territorio mexicano de la mesilla por los Estados
Unidos. 1855, invasión de los filibusteros estadounidenses a Nicaragua.
1898, primera invasión a Cuba en vísperas de su independencia de España,
por los Estados Unidos. 1898. Bombardeo y destrucción de San Juan de
Puerto Rico, por los Estados Unidos. 1901, imposición de los tratados
Hay-Correa y Hay-Calvo a Nicaragua y Costa Rica, para adquirir una ruta
interoceánica a través de Centro América. 1903, imposición del tratado
Hay-Herrán a Colombia para abrir un canal en Panamá. 1903, imposición del
tratado Hay-Bunauvarilla a la recién creada República de Panamá y mutilación del
territorio de esta. 1904, primera intervención armada en la República
Dominicana. 1906-09, segunda intervención armada en Cuba. 1907,
imposición de los tratados de "Paz y Amistad" a las repúblicas centroamericanas.
1909, primera invasión a Nicaragua. (15).
Así fue sucediendo el "siglo de la
libertad", el XIX, y así ha devenido y está concluyendo el "siglo de la
democracia", el 20avo., en donde "ellos ponen las balas y nosotros los muertos".
(16); ellos ponen el capital y nosotros los recursos naturales y el trabajo
asalariado de hambre; ellos ganan los premios Nobel y nosotros hacemos las
investigaciones y somos los conejillos de indias (17). En fin, somos el "demos"
y ellos la "cracia" en esta asociación de "libre comercio" entre desiguales en
potencia militar que es, a fin de cuentas, el aval de todos los
negocios.
No solo lo anterior hemos perdido
en esta dialéctica de la enajenación y la detentación sino lo mas importante: la
conciencia de unidad cultural en torno a la exigencia de libertad del hombre
nuevo en el nuevo mundo; conciencia que se preserva especialmente en el idioma,
en los contenidos específicos de estas motivaciones y no solo la forma, pues el
idioma también conlleva, en su "real academicismo", la dependencia a España. De
allí que don Andrés Bello se lanzara a la tarea de componer una gramática que
enfatiza los "nuestroamericanismos", intentando poner un dique a la avenida de
"neologismos de construcción que inunda y enturbia mucha parte de lo que se
escribe en América" (13).
Hoy el peligro es más vigente. El "spaninglish" se
extiende como consecuencia del dominio militar, económico, tecnológico, político
y cultural estadounidense. Sin embargo, el trabajo que realizamos en el campo de
la salud psicológica en países hispano parlantes, anglo parlantes y
francoparlantes de nuestra América, nos ha proporcionado la certidumbre de una
conciencia "nuestroamericana" que integra estas diferencias en un nivel superior
de riqueza cultural continental, sin menoscabo de la piedra basa idiomática de
cada uno -- sin olvidar el portugués de Brasil -- frente al enemigo común: el
imperialismo globalizador gringo. Esto quiere decir que, conociendo y usando con
propiedad nuestra lengua de origen en América, tanto mas nos desarrollaremos
intelectualmente si aprendemos correctamente las otras que se hablan en nuestros
países hermanos a través de sus mejores autores. La enajenación cultural
consiste en anglofonizar o francofonizar nuestro lenguaje, desconociendo los
vocablos propios para significar objetos y eventos de la realidad con lo cual,
lo que se percibe, resulta culturalmente condicionado al lenguaje extranjero y,
por tanto, ajeno.
Cualquier anuncio comercial es el mejor ejemplo. Lo contrario
también es lo cierto para muchísimos ciudadanos estadounidenses (que no gringos)
que, habiendo nacido de las entrañas del ave de rapiña como sistema, han mutado
hacia la salud; se han producido "nuestroamericanos" a través de su pertenencia
a los grupos más conscientes de su país.
Sub-nivel Grupal
Destruida la vida de la comunidad
urbana y diluida en el campo por la imposición del sistema de competencia
individual en los centros de producción que obligan a la migración interna y
externa del país y, en ambos casos, a la transportación durante horas (18)
incluso a los centros escolares, el grupo familiar se redujo de familia extensa
a familia nuclear y sus funciones casi exclusivamente a una: el consumo y
finalmente, con el incremento necesario del empleo de la mujer; la radio y la
televisión para los hijos y la comercialización del tiempo libre y la
recreación, han sido la causa del surgimiento de los grupos secundarios, los
clubes deportivos de manera especial, y para los adultos conscientes las ONG con
diversos objetivos sociales.
Sin embargo, lo que mas se ha evidenciado, son los
grupos secundarios patológicos: las pandillas; las bandas; las juventudes de los
partidos fascistas y las sectas. Y es que al estallar los grupos primarios
-familiares y educativos - la personalidad se aliena en individualidad sin punto
de referencia y sus intentos de reencuentro ocurren con otros de su condición:
frustrados, desesperanzados, víctimas de la agresión del sistema y, por tanto,
agresivamente defensivos y violentamente atacantes, para sostener su integridad
personal que está fusionada a su grupo marginado de referencia. Son grupos
aglutinados (19) en torno a un "líder", usualmente él más fuerte o agresivo,
conocidos en las obras de divulgación como grupos autocráticos o dictatoriales.
Sub-nivel de la persona
E l hecho determinante del
desarrollo de las personas, lo que determina los cambios en la conducta y, por
ende, la personalidad, es el modo en que cada persona en particular produce o se
procura los bienes materiales del alimento, el vestido, la vivienda y los bienes
psicosociales (bienes intangibles los denominaba Marx (20)), necesarios para que
pueda vivir y desarrollarse. El modo de vida es la personalidad:
determina el carácter de las relaciones entre las personas, sus pensamientos,
ideas, emociones, sueños, fantasías y ambiciones vigentes. La personalidad va
integrando las actividades psíquicas que se van unificando y jerarquizando en el
proceso del desarrollo (inteligencia, razón y consciencia) a la vez que las
reúne con las relaciones interpersonales (los grupos y la comunidad) modeladas
por la clase social a que pertenece (institución y sociedad).
H emos visto cómo a través de
nuestra historia, la sociedad y las clases dominantes imponen una ideología
abstracta, de bienestar, de acuerdo a sus intereses para detentar la consciencia
de las personas pertenecientes a las clases y sociedades dominadas, enmascarando
su triste realidad. Se vive, pues, una dicotomía de realidades; un estado
psicopatológico esquizoide; la realidad ideal de los dominadores y la realidad
miserable de los dominados. La personalidad se aliena y no sólo la de los
dominados, también las personalidades de los dominantes llegan a sustituir la
realidad "real" con su consciencia de realidad, a través de sus
intelectuales cuyo ejemplo mas corriente es el de los tres "gringueros" de la
pseudo concreción (21) quienes, además, agregan insulto al daño que pudieran
hacer sus puntos de referencia falsos: su ideología, que solo es una forma
culposa de asumir la personalidad que el sistema de rapiña considera
verdadera.
C ada individuo de la especie
es una personalidad humana que debe ser comprendida en unión con la etapa
histórica en que vive, la que le precedió y con los imperativos ideológicos y
las motivaciones de su toma de consciencia o su carencia de ella. La
personalidad es capaz de emanciparse del moldeamiento de los subniveles
superiores, elaborando conscientemente su actividad y actitud en sus relaciones
interpersonales y frente a los hechos del mundo, pasando por estadios que van
desde el modo de vida aglutinado, al posesivo, al cohesivo, al independiente
hasta la personalidad socializada alcanzando, en cada estadio, mas altos niveles
de identidad hasta aquel en que "la personalidad se convierte en práxis de la
consciencia... para emprender la elaboración del "ser puro", esto es, de las
funciones de la razón y la consciencia como expresión de la ruptura radical con
el pseudo concreto y representar así, la forma acabada de la libertad de la
persona" (22).
L a Psicología Sanitaria, la de la
Salud Pública, que superó lo que desde principio de siglo se denominó Higiene
Mental y luego Salud Mental, no puede limitarse a interpretar los hechos
psicosociales sino que trata de modificarlos. No sólo es un método de
investigación sino un instrumento de cambio que exige una estrecha relación
entre la teoría y la práctica. Ya no se trata de la atención de casos aislados.
Su objeto es la población y sobre ella se revierte el fruto de sus acciones que,
con ella, se realizan en el proceso de avance de la socialización: de la
salud.
L a práxis psicosanitaria conduce,
tanto a los psicólogos como a la población a comprender que ellos mismos son los
creadores y dueños de su propia situación y que sobre ellos recae la
responsabilidad de sus sufrimientos al igual que todo el bienestar producto de
sus propios esfuerzos conciencializados como su propia
objetivación.
P or eso, hoy, los invito a
gestionar ante los organizadores de este III Congreso Regional de Salud Mental
un pronunciamiento resolutivo en el sentido de rechazar, por ser
psicosocialmente patógena, la prevaricadora "Ley Helms-Burton" delirante y
delincuente contra la nuestroamericana Cuba, por haberse afirmado como pueblo
libre y soberano, pretendiendo convertir a nuestros gobiernos, empresarios y
trabajadores en cómplices del envilecimiento de la propia personalidad social -
de haberla aceptado servilmente - degradando nuestra cultura e identidad, por la
cual han demostrado en demasía su absoluto desprecio por los Estados Nacionales
que somos. De nosotros depende. Es todo.
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