PROGRAMAS SOCIALES

Por Eduardo López


Introducción:

En el marco de la reforma del estado y en relación directa con el modelo económico vigente, los organismos de cooperación internacional propician que los Estados fomenten la implementación de políticas sociales focalizadas hacia los sectores más pobres de la sociedad.

En este marco, se reproducen distintas estrategias de intervención focalizadas en los sectores pobres. Este fenómeno toca de cerca al trabajo social debido a que apunta directamente a la población excluida del sistema productivo y desprovista de las redes de protección social demandando tareas de promoción y asistencia social.

Conforme a la perspectiva de los organismos multilaterales como Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Unesco, etc, hegemónica en el estado Nacional, Provincial, en gran parte del Estado municipal y las ONG´s, se propone que la intervención esté orientada exclusivamente en los sectores más pobres de los pobres.1

Esta estrategia denominada según el período “Estrategia de lucha contra la pobreza”, o “Estrategia de eliminación de la pobreza” se implementa a través de la puesta en práctica de programas sociales que apuntan a segmentos generalmente especificados como población en estado de pobreza o de indigencia.

De acuerdo al enfoque predominante en las instituciones gubernamentales “...los programas sociales tienen como objetivo solucionar y transformar, con eficiencia y calidad los problemas específicos de la población” (Siempro, 1999:7).

Este enfoque, entiende al programa social como “...al conjunto coherente de acciones destinadas a transformar la situación inicial de una población determinada y mejorar sus condiciones de vida.” (Siempro, 1999:9)

Desde una perspectiva teórica más amplia, los programas sociales son instrumentos de política social entendiendo a la Política Social: “...como mediadora entre las desigualdades sociales producidas por el sistema económico...será “previsora” de inconvenientes y también estará asociada a una nueva manera de prevenir o frenar conflictos sociales.” (Carballeda, 3:1994)

Finalmente podemos concluir que la realidad de los programas sociales actuales constituye un conjunto heterogéneo de acciones propias de las políticas sociales: educación, salud, seguridad social, vivienda, asistencia social, promoción social, Desarrollo rural, sector trabajo, orientadas a la disminución de los efectos producidos por la reforma del Estado en los sectores excluidos del sistema productivo o que se encuentran por debajo de los mínimos de consumo. (Fernandez,1992:25)

Los programas sociales constituyen un momento de la implementación de las políticas sociales actuales y por lo tanto una realidad heterogénea y compleja.

Pesan sobre ellos los determinantes políticos e institucionales impuestos por la ideología y el marco conceptual de cada actor y cada aparato administrativo que los implementa.

Estos actores pueden ser de distintos niveles: nacionales provinciales, municipales, privados o de organisamos supranacionales.

Como bien lo plantea Tenti, las políticas sociales se definen más por el sector social al que están destinadas que por su temática. En la implementación de estos programas sociales, como la generalidad de las políticas asistenciales destinadas a los sectores más excluidos económica y socialmente, se destaca la inexistencia de un marco normativo que brinde derechos a los beneficiarios y obligaciones al Estado.

A partir de esta realidad gran parte de la realidad de la ejecución de los programas sociales son un lugar propicio para la discrecionalidad, la arbitrariedad y la dependencia de la autoridad, inhibiendo el ejercicio de los derechos y la constitución de la ciudadanía. Es así que esta forma de implementación de los programas crean las condiciones para la conformación y mantenimiento de clientelas políticas.

A la heterogeneidad política de las fracciones del poder que conviven conflictivamente, se le suma la heterogeneidad conceptual producto de múltiples perspectivas produciendo un menú de programas sociales que reproduce una visión fragmentada de la realidad sin una lógica que los ordene.

Para superar esta visión fragmentaria de la realidad propondremos agrupar los programas sociales por temáticas principales y generales.

Entre los temas principales podemos destacar.

1) Programas alimentarios

2) Programs de Hábitat: tierra, vivienda e infraestructura comunitaria.

3) Programas de empleo: Microemprendimientos, Microempresas, Productivos o de formación laboral.



1. Programas Alimentarios:


En Argentina el gran problema de la alimentación se comienza a generar con las políticas económicas y sociales llevadas a cabo a partir del golpe del ´76.

Como lo describe Laura Golbert, a partir del escenario planteado en la década del ´80, caracterizado por la exclusión laboral y social de crecientes grupos de trabajadores y sus familias, “...el Estado argentino tuvo que instrumentar programas nacionales de ayuda alimentaria para un sector creciente de la población cuyos ingresos son insuficientes para satisfacer esa necesidad básica.” (Tenti, 1995:44)

El primer programa alimentario masivo fue el Programa Alimentario Nacional (PAN) puesto en práctica por el Gobierno de Raúl Alfonsin en 1984.su principal objetivo era el de “enfrentar la crítica situaciónde deficiencia alimentaria de la población más vulnerabley en condiciones de pobreza extrema” (Tenti, 1995:44)

Este plan consistía en la entrega a cada familia beneficiaria seleccionada de una caja de alimentos cuyo contenido equivalía al 30% de las calorías mensuales necesarias para un grupo familiar tipo. Este plan también previó la implementación de huertas comunitarias.

Si bien las autoridades gubernamentales hacían incapié en la transitoriedad de este programa, el mismo fue prorrogado varias veces durando hasta el final de la gestión.

En el año 1989, durante el gobierno de Carlos Menem se puso en práctica el programa llamado “Bono solidario”. Si bien la población destinataria fue la misma que la del PAN, este programa difirió en la implementación. Ésta consistía en la entrega de bonos a cada familia seleccionada que podían ser canjeados por por alimentos y prendas de vestir1.

Para recibir el bono era necesario una declaración jurada de hallarse en estado de necesidad alimentaria ante la Municipalidad u organismo intermediario. (Tenti, 1995:45)

El Bono solidario fracasó debido a la forma de distribución discrecional del mismo a través de diputado, senadores e incluso unidades básicas. (Tenti, 1995:45)

Ante la ausencia de un programa alimentario nacional, en 1990, la Provincia de Buenos Aires pone en marcha el Programa Alimentario Integral y Solidario (PAIS). Las autoridades provinciales se proponían “...superar la más grave limitación de los programas anteriores: no llegar a la población más necesitada, el PAIS fue explícitamente focalizado hacia aquellos que, además de tener nesidades básicas insatisfechas no estuvieran cubiertos por otro programa” (Tenti, 1995:45)

Este programa habría alcanzado, según datos oficiales, 770.000 beneficiarios y estaba estructurado en tres etapas. La primera preveía la asistencia alimentaria a la familia; la segunda buscaba el autoabastecimiento familiar y grupal y la última la realización de microemprendimientos productivos.

La asistencia alimentaria se organizó a través de comedores multifamiliares en los que se esperaba que un grupo de entre 5 y 20 familias se reuniera para comprar, y/o cocinar, y/o compartir la comida. (Tenti, 1995:47)

El programa se mantuvo con un funcionamiento dispar hasta el año 1994. Según una evaluación encargada por las autoridades oficiales de las tres etapas solo se cumplió con éxito la primera. Se cumplió y no sin inconvenientes la asistencia alimentaria. La segunda etapa referida a la autosuficiencia alimentaria sufrió el embate del empeoramiento de la situación económica general lo que la tornó inviable en la mayoría de los casos. La tercera etapa, dedicada a los emprendimientos, sufrió el efecto combinado de distintos factores. Ausencia de un proyecto comercial que sustente económicamente a los emprendimientos conjuntamente con el efecto perverso de un contexto económico y político adverso a la economía social.

A partir de la existencia de denuncias sobre el mal funcionamiento de los grupos de familias en cuanto al manejo de dinero, a partir del año 1993, el gobierno del Gobernador Duhalde da un giro en la concepción de los programas alimentarios implementando el programa VIDA - Comadres. Su objetivo es la reducción de la morbimortalidad materno-infantil.

Este programa se inspiró en la organización territorial propia de los manzaneros llevados adelante en programas sociales de Cuba y de Chile. Esta organización consiste en la existencia de una red de voluntarias denominadas “manzaneras” o “trabajadoras vecinales” cada cuatro manzanas cuya función es la de distribuir los alimentos como del relevamiento de las distintas necesidades de los habitantes de sus cuatro manzanas. Los alimentos están destinados a las madres y los niños de 0 a 5 años y consisten en leche, huevos y cereales varios.

Además existe otra voluntaria denominada “comadre” quien tiene a su cargo la asistencia a las embarazada y a las madres en el puerperio.

Conforme a lo previsto este programa tuvo un gran desarrollo territorial desplegando sus 37.000 trabajadoras vecinales an aproximadamente 24 distritos de la provincia del conurbano bonaerense y las grandes ciudades del interior. Este programa es en la actualidad el de mayor impacto asistencial en el territorio bonaerense insumiendo 180 millones de pesos que representa casi el 50% del presupuesto del Consejo de la Familia y Desarrollo Humano que asciende a casi 400 millones anuales.


En forma autogestiva se genera tanto a nivel municipal como barrial otra estrategia de ayuda alimentaria como son los comedores barriales. Estos comedores son manejados por los propios vecinos y tienen un carácter bastante permanente. En algunos casos están dirigidos a dar alimentos a los niños y en otros a toda la familia.

La provincia asiste en parte a estos comedores mediante un aporte en alimentos secos a través del programa de Asistencia Social Directa. Este programa apunta responder ante la situación de emergencia de salud y subsistencia. Los alimentos que provee son: harina, polenta, arroz, leche en polvo, azúcar, yerba, fideos y aceite, además de los demás elelmentos de emergencia como: colchones, frazadas, zapatillas, coberturas para techos y muebles varios.

La provincia además mantiene los llamados comedores escolares mediante el programa de servicio alimentario escolar. Estos comedores apuntan a los niños de 3 a 15 años en escolaridad formal durante el año lectivo. Estos comedores tienen distintas modalidades: comedores, copa de leche, copa de leche reforzada.


2. Programas de Tierra, Vivienda y Habitat


A partir del gobierno militar del ’76 al ’83 comenzó un fuerte proceso de expulsión hacia la periferia del Gran Buenos Aires, a través del efecto combinado de la nueva ley de alquileres, una nueva legislación, el código urbano, el plan de erradicación de villas miserias, etc. (Grillo, 1995:10).

La política de expulsión de sectores de escasos recursos de la Capital Federal, los desalojos, la ley de alquileres, la erradicación de villas y la eliminación de viviendas (por la construcción de las autopistas) incrementaron la radicación de nuevos sectores, pero ya en un proceso manifiesto de ocupaciones de tierras claramente deterioradas.

Estos nuevos grupos de características culturales urbanas generaron los “asentamientos” en la periferia de las grandes ciudades.

“Entre los años 1978 y 1979 surgieron en el Gran Buenos Aires 101 asentamientos”, ocupando aproximadamente 1.300 manzanas; en ellos vivían al año ’95 aproximadamente 36.400 familias (Grillo, 1995:10). El 71 % de los asentamientos con el 63 % de la población se localizó en la zona sur del Gran Buenos Aires.

La democracia encontró al país con un déficit habitacional de aproximadamente 2,5 a 2,8 millones de personas que habitaban en viviendas en condiciones insatisfactorias1. Cerca de la mitad de este déficit se localiza en el Gran Buenos Aires y la región pampeana.

Las respuestas gubernamentales a este problema se dieron desde la órbita del Banco Hipotecario Nacional (BHN) y de la Secretaría de Vivienda y Ordenamiento Urbano (SVOU) a través del FONAVI.

El BHN financió obras nuevas, individuales y masivas, pero también otorgó créditos para refacciones, ampliaciones y terminaciones de viviendas individuales y para la adquisición de unidades ya construidas. El FONAVI, en cambio, financió principalmente viviendas multifamiliares y obras de infraestructura y equipamiento comunitario.2

Tanto el BHN como el FONAVI no pudieron llegar a los objetivos buscados por razones de diversa índole, tanto financieras como productivas, contractuales y de gestión. Según Tenti los problemas fundamentales fueron:

Problemas de financiamiento

Desequilibrios en la distribución espacial de los recursos.

Falta de transparencia en los subsidios.

Problemas de costos y de estructura en la oferta.

Problemas institucionales.

Problemas de contratación con el sector privado.

Esta situación llevó a replantear la política habitacional en la provincia de Buenos Aires desde el año 1987, generando principalmente cambios en la modalidad de gestión. Así se crearon los programas Pro-casa, Solidaridad, Autogestión Constructiva y Autoconstrucción y Ayuda Mutua, que intentaron descentralizar recursos y decisiones de forma tal de mejorar la participación del beneficiario y el control de la gestión.

En el tema de la tierra, la democracia comenzó con una fuerte demanda de los ocupantes de los asentamientos para obtener su titularidad.

El gobierno democrático actuó bajo el paradigma de la regularización dominial. Este paradigma, a diferencia del concepto de “erradicación de villas”, trabaja sobre la base del arraigo y la propiedad como pilares y puntos de partida del progreso social. Bajo esta modalidad de intervención se crearon los programas Pro-Tierra, Lotes con Servicios, Asentamientos Planificados y en la órbita nacional el Plan Arraigo.

En el tema de la Autoconstrucción Asistida, en la órbita de la provincia comienzan a reeditarse los modelos más exitosos de la década anterior a cargo de la dirección del Programa de Desarrollo Integral de Buenos Aires (PRODIBA), desde el año 1983 hasta 1987. Esta dirección fue la primera en intentar desarrollar autoconstrucción asistida con el mismo esquema de la década anterior. Al no considerar la primacía del proceso social en el trabajo comunitario y la verdadera participación de la población, se cayó en un divorcio entre la asistencia técnica y la social.

A partir del año 1987 el Instituto de la Vivienda comienza varias experiencias de autoconstrucción asistida tomando como base el modelo ATEPAM (Asistencia Técnica, Esfuerzo Propio y Ayuda Mutua). Estos proyectos fueron implementados en todo el interior de la provincia y el conurbano bonaerense. En esta línea trabajó la Comisión de Autogestión del Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires durante los años 1987-1991, construyéndose alrededor de 4.000 viviendas mediante esa operatoria. En este caso se cayó en el error de menospreciar la problemática social, generándose problemas de viabilidad del sistema para sectores vulnerables con necesidad de una contención social.

El lugar que tomó el trabajador social y el lugar que el equipo técnico le dio al autoconstructor fueron elementos cruciales en los programas de autoconstrucción de viviendas. En especial la participación que tuvieron éstos en las decisiones, el protagonismo que cobraron y por ende la relación entre la población y la institución de gobierno, fueron los elementos determinantes del éxito del programa y del avance de las obras.

3. Programas de Empleo transitorio:


Programa Barrios Bonaerenses:

El crecimiento de las tasas de desempleo y subempleo registrado a mediados de la década del ´90 trajo aparejada la necesidad de que el Estado provincial, a través del Instituto Provincial del Empleo (IPE), desarrolle “...un conjunto de acciones enfocadas hacia sectores de población desocupada y subocupada que por sus características en cuanto a su nivel de educación y calificación laboral, tienen mayores dificultades de inserción en el mercado de trabajo, o de adaptación a los perfiles ocupacionalesque plantean los nuevos procesos productivos.”(Suarez, 1999:9)

Luego de ensayar varios programas de empleo transitorio a mediados de 1997, la provincia puso en práctica el Programa Barrios Bonaerenses (BB). Su objetivo era doble: “...mejorar las condiciones de empleabilidad y proporcionar una subención mensual a los jefes y jefas de hogar pertenecientes a familias sin ingresos o con ingresos mínimos, a cambio de la prestación de servicios en proyectos comunitarios.”(Suarez, 1999:15)

Este fue el primer programa provincial masivo de empleo transitorio. Su alcance llegó a ser de 90.000 beneficiarios y se desarrolló en los 25 municipios del conurbano, los tres partidos del Gran La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca.

El IPE tiene a su cargo la coordinación general del programa, la evaluación, la aprobación y control de los proyectos comunitarios que son presentados por los municipios, así como la selección final y el seguimiento. También es su responsabilidad la implementación de los cursos de formación y capacitación la que se comparte con la Dirección General de Escuelas y Cultura.(Suarez, 1999:15)

El ministerio de Economía, a través del Banco de la Provincia se ocupa del pago de las subenciones las cualñes oscilan entre 160 a 400 pesos.

Este programa se focalizó en la población con dificultades laborales, ingresos familiares mínimos y escasa o nula calificación laboral. Fijándose prioridad en las familias numerosas. (Suarez, 1999:27)

Este programa tuvo un momento inicial con una prueba piloto implementada en los barrios donde funcionaba el programa VIDA.

Los proyectos implementados fueron: iluminación de calles; construcción de veredas, cruces de calles y cordón cuneta, arreglos de calles con vituminosos, señalización vertical y horizontal, reparación y mantenimiento de escuelas, unidades sanitarias y jardines de infantes, construcción de edificios y plazas, instalación de agua potable.

Los beneficiarios fueron seleccionados del registro municipal de demandantes de empleo y del censo realizado por las manzaneras. Con el objetivo de aumentar el sentido de pertenencia y de cooperación se dispuso que los beneficiarios debían residir en el barrio donde se realizaron las obras.

Los grupos de trabajo reproducían la forma de la organización común en el mercado de trabajo pero los mismos beneficiarios definieron quienes serían sus coordinadores y consensuaron el reglamento de trabajo.

Si bien el programa goza de un marco legal (Decreto 1862/97) éste regula el funcionamiento general del programa, otorga facultades a todos los actores, establece el límite de un integrante por grupo familiar pero, al igual que todos los programas destinados solo a la población pobre no especifica derechos de los mismos ni obligaciones del poder ejecutivo con éstos. (Suarez,1999:27)


Programas de Emprendimientos comunitarios


Programa Pais

El programa PAIS en su tercera etapa previó el desarrollo de microemprendimientos. Estuvo en vigencia desde su lanzamiento en el año 1990 hasta el año 1999 con ciertos períodos de discontinuidad debido al cambio de gestión provincial.

En su formulación planteó como objetivo: Efectivizar proyectos productivos, de servicios y de capacitación que generen empleo genuino. Promover la autogestión y autonomía de los grupos constituidos como microemprendimientos.

El programa se planteaba trabajar en grupos de forma tal de fomentar la participación activa de los miembros de la comunidad en la resolución de sus necesidades. Se proponía la conformación de una red solidaria entre el consejo, los Municipios, las instituciones intermedias estatales o privadas y los beneficiarios.

El programa apuntó a la población definida como: mujeres y hombres jefes de hogar. Jóvenes desocupados. Discapacitados. Grupos excluidos de la economía formal y/o extremos de aislamiento geográfico. Planteó como servicios o prestaciones del programa: el otorgamiento de subsidios para la implementación de proyectos productivos y o de servicios. Estos subsidios pueden destinarse a la adquisición de: materias primas, equipamiento, maquinarias.

El programa brindó asesoramiento técnico en: integración grupal, costos, comercialización, márketing y en cooperativismo.

Las subvenciones que se entregaban a cada beneficiario ascendían a 250 si ésta era para capacitación laboral. De 400 pesos si era beneficiario con funciones de capacitador y la duración prevista era de seis meses.

Los proyectos tuvieron objetivos diversos: productivos, de comercialización, relacionados con el sector agrícola-ganadero, el sector industrial o de servicios. También se apoyaron proyectos de huertas y granjas.

Los bienes de capital que los proyectos adquirieron fueron entregados por el consejo en calidad de préstamo pudiéndose retiurar dicha maquinaria en caso de no utilización de la misma con el objeto de readjudicarla a otro grupo.

Las evaluaciones que se realizaron sobre el funcionamiento de los emprendimientos productivos arrojó resultados dispares. Muchos emprendimientos no lograron sustentarse en el tiempo debido a la imposibilidad de mantenerse en el mercado. Una de los aprendizajes más importantes sobre los emprendimientos productivos es que éstos son emprendimientos de comercialización lo que indica que debe pensarse muy bién el mercado al que apunta una actividad antes de emprender la producción.



Subprograma de emprendimientos comunitarios - PRODEL

Este subprograma se orienta a que las organizaciones de la comunidad implementen proyectos que tiendan al desarrollo de la capacidad organizativa comunitaria y a mejorar la calidad de vida de las familias destinatarias, a través de la ejecución de actividades que mejoren su hábitat, brinden servicios nuevos y fortalezcan las instituciones locales.


Se propone que las organizaciones de la comunidad diseñen y ejecuten proyectos de trabajo orientados a:

Mejoramiento de la infraestructura local

Viabilización del acceso a servicios comunitarios

- Producción de bienes comunitarios

Tipologías propuestas:

Mejoramiento del espacio comunitario y la infraestructura social

Generación y/o mejoramiento de servicios que brindan las Organizaciones Comunitarias

Proyectos familiares y/o grupales destinados al autoabastecimiento comunitario

Subtipologías:

Proyectos destinados a recuperar espacios comunes y de recreación; mejorar la comunicación y accesibilidad barrial.

Proyectos destinados al mejoramiento de infraestructura de espacios cerrados de uso comunitario

Proyectos destinados a crear o fortalecer servicios de las organizaciones comunitarias tales como: centros para la 3ra edad, guarderías, centros recreativos o culturales, medios de comunicación local

Proyectos destinados a satisfacer el consumo de servicios a la comunidad tales como: jardines maternales, escuelas, hospitales, alojamiento para grupos vulnerables

Las actividades en relación a los proyectos son:

Capacitación

Asistencia Técnica

Financiamiento: Fondo Rotatorio de Inversión Social (insumos, materiales, horas de Capacitación)


Programas de Formación Laboral


El agravamiento de la desocupación, la subocupación y la precarización laboral conjuntamente con los cambios producidos en el mundo del trabajo llevaron a estudiar la aplicación de medidas basadas en la mejora de las condiciones de empleabilidad.

Se entiende por mejora de la empleabilidad a la sumatoria de condiciones del demandante de empleo que permiten posicionarlo mejor en el mercado de trabajo.

Estas condiciones son definidas según los autores como los saberes necesarios o como calificaciones claves o como competencias pero todos coinciden en: “...el conjunto de actitudes (cooperación, iniciativa, responsabilidad, autonomía) y de habilidades intelectuales (capacidad de planeamiento y resolución de problemas, habilidades lógicas y analíticas) resultarán cruciales para los trabajadores de todos los niveles jerárquicos.” (Gallart,1995:139).

Tomando en cuenta estas nuevas demandas del mercado laboral en diversos organismos se formulan programas de Formación Laboral dirigidos a diversos grupos de trabajadores y en particular a los trabajadores de bajo nivel educativo.

La formación profesional prevee un diseño que responde a:

“- Capacitar técnicamente , incluyendo saberes teóricos y prácticos, y “saber hacer”, es decir, capacidad para transferir dichos saberes a situaciones de trabajo concretas y diversas;

Compensar de algún modo los déficits en habilidades básicas...;

Y brindar especialmente en el el caso de los adolescentes una instancia de participación social y de contención para quienes son excluídos o discriminados en el mercado de trabajo y en el sistema educativo.” (Gallart,1995:140)


Sistema de Formación y Capacitación - Programa Barrios Bonaerenses- IPE


Este sistema tuvo como población destinataria a los desocupados menos favorecidos del mercado laboral con el propósito de evitar, en el largo plazo, la formación “...de grupos excluidos desde el punto de vista social y laboral.” (Suárez, 1999:50)

El objetivo del sistema fue la mejora de las condiciones de empleabilidad de la población beneficiariacon la adquisición de las calificaciones mínimas requeridas por el mundo laboral.

Se articuló con la Dirección General de Cultura y Educación para la certificación de los cursos.

El sistema se desarrolló en base a tres componentes: Formación Básica, Formación Profesional y Formación para el Trabajo planteados como niveles integrados y sucesivos de formación y capacitación. (Suárez, 1999:50)

La formación básica contó con los elementos propios de la educación primaria: lecto-escritura, operaciones matemáticas elementales, la claridad y organización de la expresión, el trabajo grupal y la toma de decisiones.

La Formación Profesional se refirió a la instrucción en oficiosespecíficos, la cual alcanzó su máxima efectividad al poder estar vinculada con un sistema de prácticas por medio de la articulación con sectores de la producción.

La Formación para el Trabajo tuvo como objetivo capacitar a los destinatarios para elaborar su propio proyecto de empleo a través de la formulación de emprendimientos productivos o de servicios.

Se evalúa como un éxito el desempeño de este sistema el cual pudo capacitar a unos 13.484 personas entre los cursos de Formación Básica y Profesional.

Debido a la alta cantidad de población sin escolaridad primaria que se incorporaba al programa se debió priorizar la formación básica para poder implementar la formación profesional.

Para asegurar la accesibilidad de los beneficiarios, los cursos de formación básica debían realizarse en los barrios donde residían los beneficiarios. Además se conformaron grupos homogéneos de forma tal de evitar las inhibiciones y se aseguró la contencipón brindada por los docentes. (Suárez, 1999:52)

Subprograma de Formación Laboral - PRODEL


Este subprograma se orienta a la mejora de las posibilidades de inserción laboral de la población desocupada o subocupada, en el marco de una estrategia de desarrollo local impulsada por los actores sociales participantes en la mesa distrital convocada por el Consejo en cada distrito.

Se apunta al fortalecimiento y desarrollo de capacidades, habilidades, aptitudes y actitudes de los beneficiarios, mejorando sus condiciones de empleabilidad acorde con las alternativas locales y extralocales del mercado de trabajo.

Se propone que la población meta, con el apoyo del Comité Técnico de Formación Laboral, conjuntamente con los Municipios y Organizaciones Sociales, cuenten con una apreciación de las condiciones locales del mercado de trabajo y diseñen proyectos centrados en la mejora de sus posibilidades laborales.

Los proyectos podrán apuntar a la mejora de las condiciones de empleabilidad, o la mejora de las capacidades, competencias y actitudes necesarias para el autoempleo.

Los participantes convocados al comité serán: el municipio, las instituciones y organizaciones comunitarias con voluntad de incidir en la problemática del trabajo, y los beneficiarios de los proyectos.

Resultados esperados:

Que la población beneficiaria logre:

Mejorar sus niveles de información respecto a oferta y demanda de productos y servicios en su localidad.

Ampliar sus posibilidades de inserción laboral a partir de contar con información y asesoramiento sobre oportunidades y el funcionamiento del mercado laboral local.

Adquirir autonomía e iniciativa para la búsqueda, mantenimiento o mejora de la fuente de ingresos o empleo logrado.

Obtener condiciones suficientes de aptitud, conocimientos específicos y habilidades para desarrollar una búsqueda autónoma de empleo o actividad económica a partir del dominio de un oficio.

Mejorar sus posibilidades de inserción en el mercado laboral a partir de organizar mejor su agenda personal en relación a su desempeño económico.

Contar con capacitación suficiente para poder reorientar su actividad económica en aquellos casos en que resultara inviable o poco rentable económicamente.


Este programa se lanzó en el año 2000 y se encuentra en vigencia. Ha tenido buenos resultados pero su implementación ha sido bastante restringida por razones de falta de financiamiento.

Se financia el pago del/los capacitador/es, los insumos y las maquinarias necesarias para el dictado de los mismos.

Los cursos pueden contar con la certificación otorgada por la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.

Al finalizar la capacitación, cada participante puede recibir un equipo mínimo de herramientas personales para la iniciación en la actividad.

Las especialidades de los cursos a proponerse deben responder a las necesidades y posibilidades del medio económico y social del distrito donde se lleve a cabo el proyecto. Éstas pueden ser elegidas dentro de las propuestas por el Consejo o elaborarse nuevas a partir de las particularidades del medio laboral local.


Programas de Microemprendimientos productivos


Programa Manos Bonaerenses


El programa Manos Bonaerenses tuvo el objetivo del fomento del empleo. La población destinataria estaba conformada por mujeres jefas de hogar que habían participado del programa de microempresas o que recibían el fondo de desempleo y que en un alto porcentaje eran del rubro textil.

Dado que la provincia compra guardapolvos, ropa de cama para hospitales, uniformes para la policía,etc., el programa apuntó a la demanda de ropa del Estado provincial, en particular Policía, Consejo, Salud, Ministerio de gobierno y Dirección general de Escuelas.

Además de la producción textil, manos bonaerenses puso en práctica también emprendimientos de fabricación de fideos y fraccionamiento de arroz.

La producción de cada especialidad se organizó por polos productivos. Las beneficiarias fueron organizadas en cooperativas las que constituían los polos productivos. El objetivo del polo productivo era la baja de costos a partir de la asociación entre cooperativas en cuanto a traslados, costos de transporte, compra de insumos, distribución del trabajo y demás formas asociativas entre cooperativas que pudieran surgir y ponerse en práctica.

Fue organizado un servicio de asesoramiento y capacitación en gestión empresarial, aspectos de administración, organización grupal y distribución y ventas de sus productos.

El programa creó la casa de Manos Bonaerenses en Capital Federal con el objetivo de que sirva de puesto de ventas y de lugar para que las microempresarias realicen nexos comerciales con otros microempresarios, cooperativas y cámaras.

Las cooperativas de los polos textiles produjeron pantalones, camisas y tricotas para la policía bonaerense; Guardapolvos, ajuares (mosés y ropa de bebé) para el Consejo de la Familia; Ropa de cama para Salud; Joggins para los torneos juveniles bonaerenses del ministerio de gobierno y buzos para el plan pibes de Dirección General de Escuelas.

El programa centralizó un número alto de tareas reservándose para la administración central la compra y distribución de insumos, la recolección y entrega de lo producido que se realizaban con camiones del Consejo, el cobro de los trabajos y los pagos a cada polo y/o cooperativa.

Las evaluaciones realizadas sobre el programa arrojaron como positivo que se permitió que gente que tenía una capacidad adquirida por muchos años, gente que había sido despedida de fábricas textiles, que trabajó en fasonería , pudo seguir realizando la misma tarea. Como aspectos negativos se destaca la falta de cabida en el mercado de esos mismos productos debido a la imposibilidad de competir con las grandes empresas e importadores a los precios niveles de subsidios actuales.



Programa Provincial de Microempresas


Este programa consistió en el otorgamiento de financiación de proyectos productivos presentados por microempresarias al Consejo de la Mujer durante los años 1992 a 1997.

Se otorgaron 215 créditos por medio del Banco Provincia luego de la aprobación del proyecto por parte de los equipos técnicos del Consejo. El crédito tenía un monto máximo de cinco mil pesos.

Las personas beneficiarias eran mujeres desempleadas que habían tenido una inserción laboral y manifestaban voluntad y capacidad para desempeñar una actividad comercial o industrial.

El proyecto a presentar debía incluir un análisis de costos de lo que se pretendía producir.

Las beneficiarias pertenecían a distintos partidos de la provincia tanto del interior como del conurbano.

A partir de una evaluación realizada sobre una muestra de los casos en el año 1993 se pudo apreciar las condiciones bajo las cuales debieron sobrevivir dichos emprendimientos: “...la microempresa femenina - con las características detectadas - aparece como una forma de actividad económica particularmente adaptada a las posibilidades de cumplir un doble rol: el vinculado al cuidado del hogar y el desempeño de una actividad generadora de ingresos.”(CPFyDH; 1993:7) Y una generalizada situación de ilegalidad de los emprendimientos evadiendo habilitaciones municipales y cargas previsionales e impositivas. (CPFyDH; 1993:7)


Se verificó que no se debe pensar la microempresa independiente de su soporte humano y social: la familia, y por lo tanto de la economía hogareña “...el grueso de las microempresarias, en tanto son aprovechadas habilidades y destrezas logradas en el hogar. Las dos terceras partes de las microempresas se dedican a la producción de productos textiles, confecciones y alimentos; siendo normalmente la propia casa el lugar donde se desarrolla la actividad.” (CPFyDH; 1993:7) Además de que el 80% de la mano de obra pertenece al grupo familiar. (CPFyDH; 1993:8)

Los ingresos provenientes de la microempresas solo pretenden incrementar los ingresos familiares: No se concibe al emprendimiento como una actividad autónoma por lo que un nivel muy bajo de actividad igual sigue justificando que se mantenga funcionando el emprendimiento dado que adiciona una porción de ingreso necesario al hogar. A estos emprendimientos se los denomina microempresas complementarias. (CPFyDH; 1993:20)

Se pudo verificar la necesidad de que exista un sistema económico de economía protegida que permita que estos esfuerzos sirvan para el crecimiento dado que en estas condiciones se da un “franco dominio de la muy pequeña escala productiva. Esta circunstancia es acompañada, como lógica consecuencia, por la hegemonía de formas de comercialización francamente desfavorables para las microempresarias, ya que en general se accede a mercados escasamente dinámicos y al menudeo.” (CPFyDH; 1993:8)


Subprograma de emprendimientos productivos - PRODEL


Este subprograma se orienta a la creación de proyectos familiares o grupales destinados a la generación de ingresos a través de la producción de bienes o servicios requeridos por el mercado promoviendo la autogestión y sustentabilidad de los grupos constituídos como microemprendimientos.

Se propone que la población - objetivo diseñe proyectos de trabajo destinados a generar o apoyar: microemprendimientos grupales o familiares en una operatoria de préstamo para el financiamiento de capital de trabajo y de inversión.

Se financiarán proyectos del:


Sector primario: granjas, huertas, pesca o forestación.

Sector secundario: artesanías, fabricaciones textiles, alimentación

Terciarios: servicios y comercio

Se preveen las siguientes actividades:

Evaluación ex - ante de los proyectos.

Aprobación de proyectos para otorgamiento del financiamiento.

Determinación de actividades de capacitación de los comité técnicos de Proyectos Productivos.

Constitución de los Fondos de Desarrollo Local.

Determinación de necesidades de asistencia técnica de los microemprendimientos.

Monitoreo y supervisión de los comité técnicos.

Monitoreo y supervisión del movimiento de los Fondos de Desarrollo Local .

Se prevve la provisión financiera y recursos para:

Financiamiento para capital de trabajo y capital de inversión.

Capacitación a CTP.

Asistencia y asesoramiento


Bibliografía:


CARBALLEDA ALFREDO J. M. Crisis del ´30 y origen de las politicas sociales. Apunte de Cátedra TS I. UNLP. La Plata.1994.

CPF y DH - CONSEJO PROVINCIAL DE LA FAMILIA Y DESARROLLO HUMANO. Primer informe de seguimiento de desempeño de microempresarias del Programa Provincial de Microempresas. Mimeo. La Plata. 1993.

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